Leopoldo de Gyves en el banquillo

Gubidxa Guerrero

[Texto publicado en Enfoque Diario el viernes 27/Sep/2013]

Hay quien habla de que la demanda contra Leopoldo de Gyves de la Cruz es inédita. Polo de Gyves, quien ha sido dos veces presidente municipal de Juchitán, y es considerado como uno de los iniciadores de la denominada COCEI, no es el único que ha sido citado a comparecer ni a quien se le ha dictado orden de aprehensión. De hecho, casi todos los coceístas han estado en presidio por una u otra razón. 

Lo novedoso es la circunstancia por la que atraviesa su ciudad natal. Juchitán de las flores es, hoy por hoy, una población anárquica, donde solo cuenta la voluntad de quien es capaz de movilizarse. No importa que la causa sea injusta. Basta con que los sacrosantos líderes digan que una “lucha” es por el pueblo, para que los bloqueos y tomas de oficinas se santifiquen.

Si algún funcionario despistado intentara aplicar la ley en el Istmo de Tehuantepec, de inmediato le lloverán las acusaciones de “criminalizar la lucha social”, tal como pasó a las autoridades que indagaban las invasiones promovidas por el grupo que encabeza el hoy Diputado Federal Roberto López Rosado. 

Y así como a Rosado la demanda le causó gracia, tal vez a De Gyves le provoque ternura. ¿Es que alguien se atrevería a condenar a un político como Polo, respaldado por numerosos líderes de todo tipo? ¿Acaso el gobierno, del nivel que sea, desafiaría a los coceístas que han recuperado para sí mismos la presidencia municipal de Juchitán?

El contexto es bien sencillo. En los terrenos de La Planta un grupo de personas hizo lo que se viene haciendo en Juchitán desde hace varias décadas: invadir, ocupar por la fuerza lo que no les pertenece. Sólo que en esta ocasión se escudaron en que los terrenos que se agenciaron pertenecen a los Bienes Comunales de Juchitán, como si ellos fueran las personas indicadas para decir cómo repartir dichas tierras (puesto que no tenemos Comisariado), en caso de que esta versión fuera verdad. 

Lo que el gobierno pretende hacer en este caso es dar un aviso a los líderes menores que no han dejado de emplear estas prácticas que los coceístas patentaron desde los tiempos en que fundaron la Colonia Rodrigo Carrasco y Gustavo Pineda. 

Sin embargo, uno se podría preguntar, ¿alguien en Juchitán teme a la autoridad? Este asunto encontrará una salida política. Así de sencillo.