Santa Cruz ¿Tecolapan?

Glifo de Tecolapan
Gubidxa Guerrero 

[Texto publicado en Enfoque Diario, el sábado 18/Ene/2014]

Uno de los pilares del alma zapoteca en la ciudad de Tehuantepec es el Barrio de Santa Cruz Tagolaba. Sus habitantes gustan destacar la peculiaridad de sus costumbres, mismas que conservan celosamente. Dicho barrio es un reducto donde todavía se escucha la lengua de los binnigula’sa’ y donde las mujeres usan de forma cotidiana la vestimenta tradicional, además de dedicarse a las actividades típicas de nuestra etnia. Muchos hombres de Santa Cruz van al campo, y los comuneros tulabeños son respetados en muchas poblaciones istmeñas.

No obstante la antigüedad del barrio y su arraigo, existe un pequeño enigma: la etimología de su denominación original; ya que sabemos que el nombre que le dieron los castellanos es Santa Cruz, complementando al actual Tagolaba. Sin embargo, nadie parece saber el significado de este último. ¿Qué quiere decir exactamente? ¿Cuál es su procedencia? ¿En qué idioma está o se originó? Ante la incógnita, muchas personas aventuran hipótesis para dar una respuesta que aclare el asunto.

En otras ocasiones he dicho que mientras no existan pruebas documentales fehacientes, no sólo está permitido, sino que es imprescindible especular, tratar de llegar al conocimiento mediante ciertas hipótesis que los más avezados en el tema enriquecerán. Por eso es muy afortunado encontrarnos textos de primera mano, que cual fuente que emana saber, nos aproxima al pasado.

Es verdad que no todas las fuentes son confiables, y que no por su antigüedad un documento debe dejar de examinarse con meticulosidad. Sin embargo, combinando adecuadamente los documentos primeros, junto con hipótesis certeras, podremos llegar a felices puertos, que si no resuelven, al menos dan más elementos para aclarar las incógnitas.

Tal es el caso de los “Autos seguidos por doña Magdalena de Zúñiga, mujer que fue de don Juan Cortés, Cacique por sí como madre tutora y curadora de don Felipe Cortés su hijo, y los demás hermanos, contra el fiscal de su Majestad sobre la posesión de los indios, y otras estancias. 1567-1572”, transcrito por Michel R. Oudijk, del Instituto de Investigaciones Filológicas de la UNAM. El manuscrito original se encuentra en el Archivo General de Indias (AGI), en España.

¿Pero qué dato desconocido pudiera aportar el documento antedicho? Precisamente el que estamos buscando: el del nombre original del barrio del que hablamos.

Según podemos inferir del expediente, el Barrio de Santa Cruz se llamó en lengua náhuatl Tecolapan, palabra que significa ‘Sobre el río de los tecolotes’, o ‘Sobre el río donde hay tecolotes’. En el documento se menciona varias veces a un barrio denominado así; y hasta el mismo Don Juan Cortés Cosijopi lo cita en la foja 45r, al decir: 
“en esta provincia Pedro de Alcalá, por el Marqués del Valle mandó al barrio de Tecolapa e indios del dicho barrio que fuesen a las dichas salinas”. 
Asimismo es mencionado por don Alonso, vecino del pueblo de Jalapa, de más o menos noventa años de edad, quien declara: 
“Pedro de Alcalá […] alcalde mayor de esta provincia […] mandó a los indios de tecolapan que cogiesen la sal de las salinas de dicho Don Juan, porque eran comunes a todos” [foja 46v]. 
Ambas declaraciones son de 1554 y se presentan en un juicio legal.

Así pues, desde la época prehispánica ―y apenas entrando a la Colonia― existía un barrio tehuantepecano llamado en lengua náhuatl Tecolapan, cuyo significado, reiteramos, es: ‘Sobre el río de los tecolotes’ (recordemos que Santa Cruz es rivereño).

Si meditamos en el nombre, encontraremos un parecido muy grande entre Tecolapan, y Tagolaba. Baste recordar que el idioma didxazá suaviza las palabras de otras lenguas. A la ‘cuchara’, por ejemplo, le decimos gudxara (la ‘c’ la convertimos en ‘g’; la ‘ch’ en ‘dx’, que suena a ‘j’ inglesa); al ‘chocolate’ (chocólatl en lengua náhuatl) le decimos dxuladi (nuevamente la ‘ch’ la transformamos en ‘dx’, y la ‘t’ final en ‘d’, y hasta la última vocal la convertimos de ‘e’ en ‘i’). Así pues, es factible que la palabra náhuatl original se haya zapotequizado quedando tal como la conocemos hoy. Incluso, la palabra ha tenido un cambio más reciente, acortándose de Tagolaba a Tulaba, cosa igualmente común.

Espero que el presente artículo ayude a esclarecer el enigma. Tal vez más adelante conozcamos nuevos documentos que nos permitan confirmar plenamente esta versión o complementarla.

Trabajo colectivo que da frutos

Gubidxa Guerrero 

[Texto publicado en Enfoque Diario, el jueves 16/Ene/2014] 

El miércoles 15 de enero todos los países centroamericanos festejaron al Cristo Negro que se encuentra en Esquipulas, Guatemala. Nuestra región istmeña también se vistió de gala para hermanarse con los países vecinos, ya que, desde hace varios siglos, miles de paisanos acuden en peregrinación al Santuario de Esquipulas (hoy Catedral) y/o a los templos dedicados al Cristo Negro que se encuentran en nuestros pueblos.

Xadani, Juchitán, Tehuantepec y prácticamente todas las comunidades istmeñas tienen templos dedicados al Señor de Esquipulas, lo que constata la vinculación con Centroamérica y la fe de nuestros paisanos al Cristo Negro. En Juchitán, de hecho, existe una Parroquia ubicada en la Séptima Sección, de la que hablaré el día de hoy.

La historia de la Parroquia del Señor de Esquipulas inicia en noviembre de 1997 cuando Monseñor Arturo Lona Reyes decide nombrar como encargado de la Capilla del Señor de Esquipulas al Presbítero Lic. Martín Eduardo Martínez García, con la intención primera de hacerla cuasi parroquia. 

En tan solo dos años, con la ayuda de los fieles católicos se logró comprar un terreno, lo suficientemente grande, en donde se construiría más tarde la oficina parroquial, el dispensario médico de la Parroquia y la Casa Parroquial. Lona Reyes, al ver el trabajo logrado, decidió el 15 de enero de 1999 erigirla como Parroquia, siendo así la segunda Parroquia en Juchitán. El primer párroco fue, desde luego, el padre Martín.

Para llegar a lo que hoy es la Parroquia del Señor de Esquipulas sucedieron muchos acontecimientos; varios muy alegres, pero también algunos tragos amargos. Erigir la parroquia no fue fácil, ya que en algunos momentos la vida del mismo párroco estuvo en peligro.

En la compra del terreno en donde se construyó el nuevo templo participaron muchas personas: de manera especial un comité para la compra del terreno. Hasta el momento son tres los comités que han trabajado arduamente: uno para la compra del terreno, otro para la casa parroquial y oficina parroquial, y el actual comité para la construcción del nuevo templo parroquial.

El grupo que vino a dar nuevas fuerzas para continuar la construcción del nuevo templo del Señor de Esquipulas es sin duda alguna el grupo de la Virgen de Guadalupe, agrupación de señoras y jóvenes que hace algunos años, ya siendo adultas, decidió hacer su primera comunión y confirmación, y como compromiso, después de recibir estos sacramentos, ayudar en la construcción del nuevo templo. Mención aparte merecen la Profa. Roselia Martínez Ruíz y su esposo Francisco Zarate Pavián, quienes juntos con los demás miembros del comité han trabajado arduamente.

En la construcción han intervenido muchas personas de buen corazón, incluyendo algunas administraciones municipales. Es el primer templo católico y único que cuenta con capilla especial para el Sagrario y sacristía. El único que cuenta con una cúpula como tal. Sobresalen los detalles con molduras.

El martes 14 de enero se trasladó el Cristo Negro a su nueva morada. En este acontecimiento, al que llegaron miles de juchitecos, el gran ausente fue el Pbro. Martín Eduardo Martínez García a quien se le negó permanecer como párroco unos meses más y poder concluir lo que empezó y ser testigo de lo que junto con el pueblo juchiteco logró.

Desconocemos porque el cambio tan repentino del cura a la Parroquia de San Pablo Apóstol en la ciudad de salina Cruz. Según se dijo, porque a todos los sacerdotes se les cambió, pero eso está en entredicho, ya que aún hay varios sacerdotes que no han sido movidos de parroquia.

Lo cierto es que el padre Martín, quien a su llegada a la Capilla del Señor de Esquipulas, en noviembre del 97, tuvo que dormir cuatro días a la intemperie bajo el árbol guiechachi que se encuentra aún en el atrio de la parroquia, se fue con la frente en alto y con la misión cumplida en septiembre del año pasado, porque de haber llegado a un lugar donde solo había una pequeña capilla y un atrio de 8 por 7 metros aproximadamente, se marchó dejando ya terminada la nueva casa del Cristo Negro que se venera en Guatemala y en tierras zapotecas.

Una puñalada contra el pueblo

Gubidxa Guerrero 

Una canallada. Un acto de cobardía. Una puñalada contra el pueblo fue lo que aconteció entre la noche del lunes y la madrugada de ayer en el poblado de Antúnez, municipio de Parácuaro, Michoacán, cuando una partida de soldados mató a sangre fría a cuatro civiles desarmados. 

Las imágenes no mienten. El testimonio videograbado circuló ayer por redes sociales de Internet para constancia del penoso hecho. Rabia e impotencia es lo que se siente al ver las escenas del “desarme” de algunos Policías Comunitarios de Tierra Caliente, por parte del Ejército Mexicano. 

Victoria persa

Gubidxa Guerrero 

[Texto publicado en Enfoque Diario, el martes 14/Ene/2014]     

Todos los analistas coinciden: la región más conflictiva del mundo es Medio Oriente. La importancia de esa parte de la Tierra reside, básicamente, en su potencial energético, ya que bajo el suelo de un puñado de países se encuentran las mayores reservas de petróleo y gas del planeta.

No ha habido década, durante el último siglo, en que esa región no haya padecido alguna guerra promovida por una gran potencia occidental. Ingleses, franceses, italianos y norteamericanos por igual han pretendido el control de esta gran zona estratégica. Lo mismo han derrocado a gobiernos democráticamente electos, para instaurar férreas dictaduras, que han tumbado dictadores para imponer regímenes más serviles. 

Los estadounidenses se han aprovechado de la situación, logrando para sus grandes corporaciones sendos contratos de explotación petrolera. Así derrocaron al gobierno republicano en Irán, para instaurar a un monarca de aires medievales, el Sha, mismo que fue echado del país por una revolución popular encabezada por el Ayatola Jomeini, a finales de la década de los setentas. 

La República Islámica de Irán, antiguamente el Imperio Persa, soportó una guerra promovida por el entonces aliado de Estados Unidos, Sadam Hussein. Pero ni el armamento yanqui ni los gases tóxicos doblegaron la voluntad de los iraníes. Y desde entonces comenzaron un programa de armamento destinado a disuadir a sus enemigos regionales.

Como parte de las labores para dejar de depender de la explotación petrolera, los persas reactivaron una planta nuclear que, irónicamente, los israelíes les habían ayudado a construir en tiempos del Sha. Tal medida generó el temor del gobierno israelí, preocupado por ser el único país con armamento nuclear en la región. 

Durante el presente milenio el conflicto se ha centrado en la supuesta intención iraní de construir la bomba atómica. Mientras el gobierno de ese país afirma que su apuesta a la tecnología nuclear es con fines pacíficos, las naciones occidentales temen que Irán se convierta en una potencia regional capaz de amenazar el equilibrio geopolítico.

Lo anterior ha provocado que año con año se dispongan sanciones económicas contra Irán, mismas que han terminado afectando seriamente el nivel de vida de su población.

Sin embargo, hace algunos meses los gobiernos de Barack Obama y Vladimir Putin, respectivamente, decidieron darle una oportunidad a las negociaciones e impulsaron un acuerdo preliminar que busca poner bajo el control internacional las plantas nucleares iraníes. Según esto, en caso de que Irán acepte y muestre voluntad de someter ese rubro a la comunidad internacional, los gobiernos que tienen congelados miles de millones de dólares persas los pondrían a disposición de su gobierno, lo que aliviaría en mucho la maltrecha economía persa y consolidaría al régimen de los ayatolas.

Los primeros pasos se acaban de dar. Obama, inclusive, declaró que vetará cualquier sanción surgida del Senado de su país, en un giro impresionante de su política. Ello ha significado una victoria para los persas, de la que el principal afectado es el Estado de Israel. Así las cosas en aquella región del planeta. 

Comunitarios cercan Apatzingán


Gubidxa Guerrero 

[Texto publicado en Enfoque Diario, el lunes 13/Ene/2014]

La región que ahora roba titulares en los noticiarios de todo el país tiene historia. Por esos pueblos anduvo José María Morelos y Pavón cuando era cura, antes de que Miguel Hidalgo y Costilla se levantara en armas. La Meseta Purépecha y Tierra Caliente, en Michoacán, son famosas desde la época prehispánica, en que los tarascos mantuvieron a raya a los guerreros mexicas. 

Apatzingán no es sólo el centro neurálgico de una importante región productora, hoy en manos de los Caballeros Templarios, sino la ciudad donde se promulgó la primera constitución de nuestro país, por Morelos: la Constitución de Apatzingán, fechada el 22 de octubre de 1814.

Hoy es el epicentro de la ‘guerra’ michoacana entre los Templarios y las Policías Comunitarias, denominadas genéricamente ‘autodefensas’, en la que el Ejército, la Marina y la Policía Federal han sido meros espectadores.

En los últimos días los comunitarios han tomado, uno por uno, los pueblos que rodean Apatzingán, intentando cercarla completamente para luego cerrar la pinza. Lo que parecía una misión imposible ha dado resultados, en parte por la férrea voluntad de las autodefensas, en parte por el apoyo popular y por la desmoralización en las filas del crimen organizado.

Bloquear e incendiar vehículos de todo tipo en las carreteras ha sido la principal estrategia de los Templarios. Los comunitarios, por su parte, iniciaron la ofensiva que pretenden detener hasta ocupar la “capital” de aquéllos, Apatzingán. Los enfrentamientos han sido muchos. En casi todos ha vencido el pueblo armado. Pero nadie puede asegurar a ciencia cierta lo que sucederá, ya que si bien los comunitarios gozan de mucha popularidad, no cuentan con certeza jurídica como para ocupar el lugar de las instituciones gubernamentales.

Michoacán es un Estado fallido. Tuvo dos administraciones perredistas que se pudrieron hasta el tuétano, y actualmente la gobierna un PRI igual de ineficaz y corrupto, según han denunciado los líderes de las autodefensas.

Parece que nada podrá detener la violencia. Únicamente la victoria contundente de uno de los bandos podría apaciguar las cosas. Pero, ¿y después? Más de diez mil ciudadanos armados hasta los dientes, sin más jefe que el que ellos deciden, son una preocupación genuina, no sólo del crimen organizado, sino del mismísimo gobierno, que ya debe estar pensando en el modo de apaciguarlos.

Ta Pedro Bidxaa

"Por las noches, mientras el pueblo duerme,
sale convertido en un temible perro negro".
Grabado en metal.- Gregorio Guerrero
Gubidxa Guerrero

[Texto publicado en Enfoque Diario, el domingo 12/Ene/2014]

Noventa años tiene el señor Pedro; nueve décadas de arrastrar su cuerpo enjuto por las calles de un polvoroso pueblo. Muchas cosas han visto sus ojos: desde portentos naturales (como un venado de dos cabezas), hasta a las más bellas mujeres de la región (como a Na Juanita Gallegos, por quien enloquecieron muchos varones de su tiempo). 

Incontables veredas ha caminado Ta Pedro. Sus pies lo han llevado a diferentes lugares y sus huaraches quedaron marcados entre cerros grandes y pequeños. No hay pueblo istmeño que no conozca; tampoco hay festividad que no haya disfrutado este hombre. ¿En cuántos templos no habrá depositado una ofrenda? 

Pero hoy, en la vejez, Ta Pedro pasa las horas sentado en una butaca en el patio de su choza. Y es que, a pesar de vivir en el centro de la comunidad, jamás quiso vender su propiedad ni tirar sus horcones de madera para construir una casa de cemento. Su vieja casa es de bajareque. 

No hay niños jugando en su amplio patio. Los vecinos dan largos rodeos con tal de evitar pasar frente a su vivienda, pues dicen que Ta Pedro es nahual, es decir, que tiene la capacidad de transformarse en jaguar, en mono o en un cerdo gigante. La forma que quiera, puede adoptar.

En sus mejores años la fama de Ta Pedro llegó a otras regiones, pues su poder era grande. No sólo curaba males inconcebibles, sino que era capaz de causar daño a quien se lo propusiera. Dicen los que saben que, junto con otros nahuales, se iba Ta Pedro al río que atraviesa el poblado, donde se revolcaba hasta adquirir la forma deseada. Después salía a realizar sus fechorías, o “travesuras” como algunos le llaman. 

Ta Pedro jamás reconoció ser un bidxaa, que es como se les denomina en lengua zapoteca. Pero si consideramos que no tuvo hijos (prueba casi irrefutable de que se es uno), todo puede pensarse.

Ta Pedro vive sus últimos días trabajosamente. Lo que no sabe el mundo es que todavía tiene el poder de metamorfosearse. Por las noches, mientras el pueblo duerme, sale convertido en un temible perro negro. Es cuando vuelve a recorrer viejos caminos y a desandar sus pasos…

Sobre el ‘escudo de Tehuantepec’. Algunas aclaraciones

Primera escena del Códice Egerton o Sánchez Solís,
originario de la Mixteca, difundido erróneamente
como 'Escudo de Tehuantepec'
Gubidxa Guerrero

[Texto publicado en Enfoque Diario, el sábado 11/Ene/2014]

Quienes transitamos cotidianamente por la ciudad de Tehuantepec estamos acostumbrados a ver el escudo de dicha población grabado a un costado de la carretera, cerca del puente de fierro. También podemos encontrarlo en documentos del ayuntamiento, así como en libros, playeras, postales y hasta videos. Se ha convertido, pues, en el principal símbolo para representar la ciudad.

Debo reconocer que hasta hace muy poco ignoraba la procedencia de esta imagen, y al igual que otros apasionados de la historia y cultura nuestra, tenía curiosidad por saberlo. Por más que buscaba entre los documentos coloniales más asociados a nuestro pasado no daba con el glifo en que, según algún cronista, está representado un guerrero mexica siendo devorado por un jaguar zapoteca, que simboliza la fiereza de quienes combatieron en Dani Guiengola (‘Cerro de la piedra grande’). El que me sacó de dudas fue el Dr. Michel R. Oudijk, historiador y filólogo, quien es, además, uno de los más grandes conocedores y estudiosos de la cultura zapoteca. 

En el portal de internet www.zapotecosdelmundo.ning.com el citado investigador publicó, el 15 de septiembre de 2011, un comentario alusivo. Lo acompaña una fotografía del referido escudo, tomado del Códice Egerton o Sánchez Solís que se encuentra en el Museo Británico de Londres. Como parte de su comentario, el Dr. Michel escribe: «El códice contiene una larga genealogía de gobernantes de un lugar representado por un templo con un jaguar. La pareja fundadora de este lugar constituye el señor 1-Lagarto y la señora 1-Lagarto. Sus nombres, el primer día del ciclo adivinatorio de 260 días, indican que estos señores probablemente no son históricos sino míticos. Esa idea es confirmada por la manera en que nacieron y que refiere a nuestro escudo de Tehuantepec. El escudo forma parte de una escena más grande que comienza con un señor llamado Serpiente de Turquesa, que está pintado de negro, indicando que es un sacerdote. Sus invocaciones provocan que un águila saque a un señor de la boca de un jaguar, que está sentado en un cerro. Posiblemente, este señor es 1-Lagarto que después funda el linaje del Pueblo del Jaguar».

Mosaico de glifos que sí representan a Tehuantepec
Más adelante el investigador aclara que dicho pueblo no se encuentra en el Istmo, sino en la Mixteca Baja. Asimismo da luces sobre la procedencia del Códice, mencionando que, según propuestas de Mary Elizabeth Smith y Viola König, respectivamente, proviene de Santa María Coyotepeji o Santa María Cuquila. Finaliza diciendo: «Espero que esté claro que el escudo de Tehuantepec no representa a Tehuantepec. Se trata de un lugar de origen donde nació el fundador del Pueblo del Jaguar situado en la Mixteca Baja. Es particularmente curioso que se haya elegido este glifo para representar a Tehuantepec, tomando en cuenta que existen varios glifos  toponímicos del lugar en otros documentos. Se puede pensar en el Lienzo de Guevea, el Lienzo de Huilotepec, el mapa de la Relación Geográfica de Tehuantepec o el Códice Mendoza (f. 13v). Desconozco cuando este glifo fue aceptado para representar a Tehuantepec. La referencia más antigua que tengo es un mensaje de año nuevo de 1972».

Ante la interrogante abierta, el tehuano Juan Manuel López Alegría, periodista e indagador acucioso de la historia de su terruño, complementó la información aportando nuevos datos, como que: «lo más lejano que he llegado ha sido a la lectura de un reportaje de Adrián García Cortés en el diario El Universal (No. 13 mil 256, sección Revista de la Semana. Págs. 9 a 11. Junio 7 de 1953). Ahí el reportero que asistió al centenario de La Sandunga (mayo de 1953), señala al observar un desfile de tehuanas: "En uno de los estandartes, iba pintado parte del códice de la fundación de Tehuantepec. En él se veía una figura de tigre devorando a un ser humano. Al preguntar a quién lo portaba su significado, me contestó: ‘El tigre somos los zapotecas, el hombre que devora son los mexicas’ ". Supongo que desde aquí parte la idea de que el escudo representa la batalla del Guiengola […] Tengo la sospecha que, para la celebración del centenario de La Sandunga, a alguien le pareció buena idea usar ese glifo como escudo; tal vez porque el del Lienzo de Guevea o el de Huilotepec son de inferior factura, si se me permite decir esto». Finalmente, López Alegría nombra el libro regional en que aparece por vez primera dicho glifo (del que más adelante pudo tomarlo el cronista local Melesio Ortega, quien escribió la descripción más difundida, aunque errónea), y que tiene como autor a Alberto Cajigas Langner. Llamado El Folklor Musical del Istmo de Tehuantepec comenzó a escribirse en 1953 y fue publicado en 1961. «Así que, por esas cercanías del centenario, creo, andará el origen del escudo», apuntó López Alegría.

Vemos que la historia no está acabada. Conforme se conocen nuevos documentos se desmienten o confirman viejas hipótesis, especulaciones o versiones; se aclarara la imagen que tenemos de nuestro pasado, pero sobre todo, se enriquece el saber de la propia historia. Con el aporte de investigadores como el Dr. Michel R. Oudijk, la tarea por escudriñar en las fuentes primarias se hace conjunta. Por ello, compartimos con los estimados lectores, este sano intercambio de información que los protagonistas me autorizaron publicar…