Algunas palabras sobre 'La Micaela' y 'La Martiniana'



Por Gubidxa Guerrero


El año pasado tuve el honor de presentar la Revista Guidxizá (Nación Zapoteca) en la Casa de la Cultura de Tehuantepec, recinto edificado con autorización regia y eclesiástica en el Siglo XVI, pero financiado por el entonces Cacique de Tehuantepec, Don Juan Cortés, Cosijopi II. Menciono el hecho porque en la mesa de los presentadores se encontraba ―además de los poetas Alfonso Carballo y Santiago Ruiz Santos― el profesor Mario Mecott Francisco, quien obsequió al Comité Melendre una serie de ejemplares de la revista Guiengola que dirigiera Carlos Iribarren Sierra y un documento musical cuya introducción viene suscrita por este mismo personaje. 
     
El texto se llama "Micaela sí, Martiniana no", y tiene como principal propósito denunciar el cambio de nombre de un son que se volvió muy popular en la década de los sesentas. El son referido se llama La Micaela, de autor anónimo, sobre el que el escritor zapoteca Andrés Henestrosa escribiera unos versos con el título de La Martiniana
     
En su momento, la música de La Micaela dejó de escucharse, más no por ello cayó en el olvido, pues viejos artistas recordaban la melodía con la denominación original. Sin embargo, Henestrosa la popularizó con una nueva denominación y con versos de su autoría. ¿Es esto un plagio? Si éste se atribuyó la paternidad de la música, sí lo sería; pero si sólo le compuso letra, aunque a muchos les pese reconocerlo, no sería así.  
     

¿Por qué Juchitán tiene dos ‘San Vicente’?


Por Gubidxa Guerrero

Algunos curiosos que entran al Templo de San Vicente Ferrer, en Juchitán, se preguntan por qué razón este recinto alberga a dos Santos con igual nombre, cuando lo usual es que cada pueblo conserve y venere a un solo Patrono. Uno es Gola (‘grande’), y el otro Huiini’ (‘chico’). Cada cual con su propia festividad y con nicho respectivo.

Para responder esta duda, es necesario repasar lo acontecido hace más de un siglo; pues este tema, que podría parecer ajeno a las circunstancias de nuestra historia, guarda íntima relación con el pasado de los pueblos del Istmo, y con uno de sus movimientos armados más importantes: la rebelión que encabezara Albino Jiménez, mejor conocido como Binu Gada.

En septiembre de 1870 el héroe de la resistencia zapoteca contra la intervención francesa se levantó en armas. En ese entonces gobernaba el Estado de Oaxaca Félix Díaz, apodado El Chato, quien era además hermano de Don Porfirio. 

No pretendo detallar las razones de la rebelión de Binu Gada. Baste con decir que se enmarcaba en la larga tradición de lucha por defender los recursos naturales y la autonomía política de los pueblos zapotecas del Istmo, en contra de las imposiciones del Gobierno del Estado. Como en todo conflicto armado, una chispa encendió la mecha: cuentan que un pequeño altercado entre Albino Jiménez y el Jefe Político de Juchitán, apodado Dxu’ yuudxu (‘forastero podrido’), provocó la nueva guerra, apenas cuatro años después de la batalla del 5 de septiembre en Juchitán, en que los habitantes del Istmo derrotaron a las tropas imperialistas que servían a Maximiliano de Habsburgo.

Be'ñe'


Foto.- Francisco Toledo


Por Gubidxa Guerrero

Dicen que el lagarto es un animal que estaba desde que el mundo era obscuro; antes, incluso, de que los zapotecas brotaran. Cuentan los que saben, que uno de nuestros padres nació del huevo de uno de ellos; otro del águila; alguno más del vientre de un jaguar; y de las piedras, y de las raíces de los árboles… Si bien los binnizá descendemos directamente de los seres más antiguos; de todos éstos, el primero fue Be’ñe’, el lagarto.

Vacío estaba el mundo en su obscuridad originaria. Triste se encontraba la tierra; quieta. Esa es la razón de que a Be’ñe’ le salieran espesas escamas en la piel y aprendiera a estar inmóvil; porque se acostumbró a la quietud primigenia. Dicen que en aquel tiempo el mundo era un pantano grande y espeso. Entonces el sol despertó de su sueño largo y apareció en el firmamento. Sus rayos iluminaron paulatinamente el mundo y se crearon las plantas y las montañas. Pero no había hombres.

Fue cuando Lagarto sintió la necesidad de multiplicarse y de sí nació el primer zapoteca. No se sabe bien si como persona completa, o como lagarto que después cambió de forma. Lo que sí sabemos es que el águila que habita en las alturas sintió envidia y también tuvo un hijo hombre. Lo mismo sucedió al jaguar que existe desde que la luz apareció, pues desciende del sol.

Los primeros seres se unieron entre sí, y ante la necesidad de comunicarse inventaron el lenguaje que ahora nombran didxazá. Se llamaron a sí mismos binnizá, ‘gente de las nubes’, porque cuando aparecieron en la tierra, una nube espesa se estaba diluyendo y daba la impresión que de allí salieran. Las demás personas, las que hablan otros idiomas y tienen otras costumbres, no sabemos de dónde hayan venido…
   
Los zapotecas veneramos al lagarto y lo respetamos como se respeta al abuelo. Por ello en Juchitán le hacemos todavía su procesión y le celebramos su fiesta.


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Texto publicado en Los guardianes de la tierra, Secretaría de Cultura de Morelos/Fondo Regional para la Cultura y las Artes. Año 2013. Morelos. ISBN: 978-607-7773-84-9.

Sobre la participación zapoteca en el Congreso Constituyente de 1917

Fotógrafo: José Mendoza: Historia Gráfica del
Congreso Constituyente de 1916-1917, Quéretaro de Arteaga, 1917.


Gubidxa Guerrero

 

El martes se conmemora el Día de la Constitución Mexicana; celebración que recuerda la promulgación de nuestra Carta Magna el 5 de febrero de 1917, como una de las consecuencias del movimiento armado revolucionario que diera comienzo en 1910.
     
Esta efeméride es una de las más importantes de nuestro país, pero ¿qué relación tiene dicho acontecimiento histórico con nosotros los binnizá? ¿Por qué esta fecha guarda más importancia o significado que otras tantas en el calendario cívico festivo? Simplemente porque en el Congreso Constituyente que sesionó en Querétaro, participaron dos Diputados zapotecas: José F. Gómez hijo, y Crisóforo Rivera Cabrera. Juchiteco uno, tehuantepecano el otro. Porque ambos representaron a sus Distritos de origen y plantearon la idea de la creación de un nuevo Estado en el Istmo de Tehuantepec.