De la previsión. Historias de Ta Jacinto Lexu VIII

Mujeres de Yalálag
Gubidxa Guerrero

[Texto publicado en Enfoque Diario, el domingo 29/Dic/2013] 

Los binnizá habitamos incontables poblaciones. Hay hermanos en valles, serranías y en llanuras. Los zapotecas poblamos ciudades enormes y comunidades pequeñas. Muchas son nuestras desde inmemorial tiempo ―desde que nacimos del vientre de las fieras y de las raíces de los árboles, o desde que las conquistamos―; en otras sólo estamos avecindados. 

Como he contado en alguna otra ocasión, Ta Jacinto Orozco también se dedicó al comercio. Por tanto, a pesar de vivir mayormente en el Istmo, subía con algunas mulas a elevadas montañas para llevar los productos del mar a aquellos pueblos.

Uno de los lugares que visitó se llama Yalálag, poblado zapoteca donde las mujeres visten elegantes trajes y utilizan un precioso tocado en la cabeza, que hace rememorar a las abuelas binnigula’sa’. 

Estaba el hombre caminando en la plaza de dicha población cuando pasó un joven preocupadísimo. “¿Qué sucede, hijo?”, inquirió Ta Jacinto. El muchacho, con algo de inquietud, respondió: “Es que no sé exactamente en qué gastar un dinero que tengo ahorrado. No me decido porque a cada cosa que pienso le encuentro alguna contrariedad. Si me entusiasmo por poner algún negocio, luego comienzo a imaginármelo: me figuro cómo será, cuanto voy a gastar, y todo lo que tendré qué hacer para que dicho negocio camine bien; pero, a fin de evitar algún problema futuro, pienso también en los inconvenientes que pudiera tener. Si me entusiasmo por construir una casa, la construyo en mi cabeza, la imagino resistente, y calculo el peor de los escenarios: temblores, incendios, y todo lo malo que pudiera ocurrirle, de tal manera que ésta sea resistente. Y así sucesivamente. Por eso es que no acabo”.

Ta Chintu Lexu, hombre de mucha prudencia, se identificó con el muchacho, y le comentó: “Me parezco bastante a ti. Siempre procuro ver los lados de cada cosa que realizo; porque todo cuanto hacemos en esta vida tiene consecuencias buenas y malas, lo que depende de la persona que la lleve a cabo, del momento en que se haga y de muchas otras circunstancias que deben ser consideradas. Por eso, lo que para unos resulta beneficioso, para otros termina siendo una catástrofe. Lo que me ha permitido seguir vivo, disfrutando de mis bienes y de buena salud, de la amistad de mis amigos y del cariño de algunas personas, es la previsión; ya que una persona desconfiada de sus juicios tiene más posibilidades de hacer las cosas bien, que alguien despreocupado. Pero hay una diferencia entre ambos: yo pongo un límite a mi previsión; pues sé que jamás encontraré una acción perfecta. Estoy consciente de que todo cuanto realice tendrá alguna objeción. Eso me permite decidirme cuando es necesario. De no ser así, viviría encerrado en mi choza sin salir ni ver a nadie, para no arriesgarme a perecer porque me caiga un rayo en medio de una tormenta cuando camino por la montaña…”

Como si hubiera salido de una grave situación, el muchacho indeciso recuperó el semblante y se le iluminó el rostro. Agradeció intensamente a Ta Jacinto Orozco por las palabras que le había compartido, quien antes de que se despidieran le dijo: “La persona con buen juicio debe intentar ser siempre precavida. Pero demostrará más inteligencia si evita que sus previsiones le arruinen el propósito original”.

El Palacio de Guiengola

Dibujo de Guiengola de principios del S. XIX
Gubidxa Guerrero 

[Texto publicado en Enfoque Diario, el sábado 28/Dic/2013] 

“Fue desde lo alto de ese nido de águilas que el rey de los zapotecas desafió durante un año entero toda la fuerza del poderío mexicano [...] rodeada de precipicios y a menudo cubierta de nubes, esta meseta a la que no se puede llegar sino después de una jornada de ascenso desesperante, está sembrada de magnificas ruinas en piedra tallada, palacios, templos y fortificaciones cuya extensión y grandeza arquitectónica llenan de admiración al viajero [...] Cosijoeza  hizo cavar amplios estanques para cultivar peces de río. Tres veces el rey de los mexicanos despachó nuevas tropas para desalojar a su enemigo de este sitio temible; tres veces fueron destrozadas en el paso o diezmadas en la llanura y el soberbio Ahuitzotl se vio obligado a ofrecerle la paz”.

Así describe el célebre intelectual francés del siglo XIX, Charles Brasseur, la zona arqueológica que se encuentra a pocos kilómetros de la metrópoli tehuana y del pueblo de Mixtequilla. El libro en el que hace tal descripción es  ‘Viaje por el Istmo de Tehuantepec 1859-1860’, escrito en su viaje a nuestra región durante esos años. Aunque el humanista no pudo subir al sitio, pues cayó enfermo la vez que lo intentó, recogió las versiones de quienes sí había ascendido.

¿Templos?, ¿fortificaciones?, ¿palacios? Exactamente. Los templos estuvieron sobre los basamentos piramidales (una ‘pirámide’ no es mas que el asiento sobre el que se construía el templo dedicado a una o varias deidades prehispánicas). Las fortificaciones se hallan en toda la parte oriente de la montaña de Guiengola, desde los 200 hasta los 500 metros sobre el nivel del mar. Las hay por doquier: entre las barrancas, en lo alto de una colina, a la orilla de los arroyos del temporal. El palacio se encuentra a pocos metros de la plaza, cerca de la pirámide occidental. Dicho espacio es tema aparte, por la amplitud y la complejidad de la zona. 

La vista de la llanura del Istmo de Tehuantepec y la Laguna Superior desde ‘el mirador’ es impresionante. Su forma es casi circular ya que fue construida sobre una roca natural de forma redonda. Este palacio ocupa por lo menos 11,000 metros cuadrados. Dado que los patios están distribuidos sobre varias terrazas naturales a desnivel, las estructuras dan una impresión de lujo que no se aprecia en un mapa de dos dimensiones. Las áreas de funciones dan un total de 64 cuartos, plataformas y almacenes, 14 escaleras o escalones pequeños, 9 escaleras grandes de 5 a 10 metros de largo o de ancho, y 38 columnas dentro de los cuartos. Hay además un estanque o alberca así como una tumba que fue saqueada antes del siglo XX.

Todas las estructuras fueron construidas de bloques de piedra caliza estratificada (del tamaño de ladrillos de barro moderno). En el exterior de las estructuras fueron cubiertas por estuco, que aún hoy podemos ver en perfecto estado en ciertas paredes. 

En mi reciente visita a la zona pude percatarme del estado tan delicado de la zona. Una pared de más de dos metros que se encontraba la penúltima vez que subí, estaba completamente derrumbada, debido al tiempo transcurrido, al clima y al vandalismo. Protejamos Guiengola, es patrimonio de todos los zapotecas, de los mexicanos y, por qué no, de la humanidad.

Golpe a la ciudadanía

Mariano Vicente candidato al que los tribunales arrebataran la victoria
Gubidxa Guerrero

[Texto publicado en Enfoque Diario, el viernes 27/Dic/2013] 
Tres instancias abofetearon la voluntad de los habitantes de Salina Cruz: el Tribunal Estatal Electoral; la Sala Regional, con sede en Xalapa, Veracruz, del Tribunal Federal del Poder Judicial de la Federación; y la Sala Superior del antedicho tribunal, con sede en el Distrito Federal. Todas ellas ratificaron el triunfo de Rosa Nidia Villalobos, candidata del PRI-PVEM a la presidencia municipal del puerto; una victoria que no obtuvo en las urnas, sino mediante la argucia legal que anuló varias casillas del vencedor en los comicios, Mariano Vicente, abanderado del Partido Nueva Alianza (Panal).
Lo escribí la semana pasada y lo reitero hoy: “más allá de tecnicismos jurídicos, me parece que el asunto de fondo es meramente político, y deja claro que la democracia sólo es válida para los grandes jugadores. Lo que el presente caso nos enseña es que si alguien surgido de la nada se atreve a desafiar a la partidocracia tradicional, difícilmente podrá salirse con la suya. Ahí estarán los tribunales listos para impedir, con las reglas en la mano (que casi siempre aplican ‘a modo’), la materialización de la voluntad popular. Faltaba más”.
Cuando redacté lo anterior, todavía guardaba la esperanza de que se hicieran valer los argumentos, en lugar de los arreglos al más alto nivel. Desafortunadamente ganó la partidocracia. 

No conozco al médico Mariano Vicente. Jamás he cruzado palabra con él. Tampoco simpatizo con el partido que lo postuló. Pero me sorprendió el apoyo que encontró en miles de ciudadanos salinacrucenses cansados de ser gobernados por  los partidos de siempre: PRI, PAN y PRD. La victoria sorpresiva del “médico de los pobres” confirmó, de algún modo, el desencanto con los políticos tradicionales que con los años traicionaron, en su mayoría, la confianza de los ciudadanos.

Me pareció indignante la manera en que se aliaron contra Mariano Vicente los partidos que en julio habían contendido entre sí. Tanto el PRI, PVEM, como el PAN, PRD y PT impugnaron la elección, contribuyendo a que los tribunales anularan las casillas que revirtieron los resultados. Fue increíble que institutos políticos que siempre se han opuesto al priísmo, prefirieran que dicho partido llegase al palacio municipal en lugar que lo hiciera un personaje apenas conocido: Mariano Vicente.

El golpe no se dio contra una persona ni contra un equipo de campaña. El golpe fue en contra de la credibilidad de las instituciones electorales. El golpe fue a la ciudadanía que creyó que podría cambiar de gobierno municipal por la vía pacífica y civilizada. 

No sólo Salina Cruz está de luto. También la incipiente democracia istmeña. Y ello se debe a la ambición de unos cuantos, que humillaron al pueblo porque quieren y porque pueden. Por ahora.

Por la paz y la tranquilidad de Salina Cruz

Gubidxa Guerrero 

[Texto publicado en Enfoque Diario, el jueves 26/Dic/2013] 

Son días cruciales en el puerto de Salina Cruz, una de las ciudades más importantes no sólo del Istmo de Tehuantepec sino del sureste mexicano. La determinación de los tribunales electorales, que se acaba de dar a conocer podría tener implicaciones insospechadas en el municipio más poblado de nuestra región. De eso hablaremos mañana, en una entrega más de ‘Escenario Político’. 

Por lo pronto ―enmarcando mis comentarios en las fechas en que millones de cristianos conmemoramos el nacimiento de Cristo―, me gustaría hacer mención de un hecho que aconteció en el puerto, y que brindó gusto y esperanza a miles de creyentes: la visita del Obispo de la Diócesis de Tehuantepec, Monseñor Oscar Armando Campos Contreras.

En la tarde del domingo 22 de diciembre, a las 5 de la tarde, los fieles católicos de la Parroquia de San Pablo Apóstol, se dieron cita para celebrar la Santa Misa, presidida en esta ocasión por el mencionado Obispo.

Fueron varios los motivos de la ceremonia: el Obispo Instituyó a 5 ministros extraordinarios de la comunión (fieles católicos que tendrán la facultad de llevar la sagrada Comunión a los enfermos de la parroquia), declaro en estado de Misión la Parroquia de San Pablo Apóstol (lo que significa que todos los laicos visitarán continuamente la comunidades de la parroquia de San Pablo, llevando la Palabra de Dios y analizando la mejor manera de ayudar y socorrer a las clases más desprotegidas), y bendecir el nuevo retablo de la Parroquia de San Pablo Apóstol (la estructura arquitectónica, pictórica y escultórica que se sitúa detrás del altar en los templos católicos).

El nuevo retablo de la parroquia esta tapizado por cuadros de cedro. A los costados de la madera hay figuras de cerámica en color oro antiguo. En una de la paredes (lado derecho) una pintura con la leyenda "Ego sum via veritas et vita" (“Yo soy el camino, la verdad y la vida”). 

El Obispo Campos Contreras, muy entusiasmado felicitó a los fieles reunidos y en general a toda la parroquia de San Pablo Apóstol, por todos los logros realizados desde la llegada del nuevo párroco, Presbítero Lic. Martín Eduardo Martínez García. Dijo en su homilía que se alegraba mucho porque la Iglesia Universal es misionera, y al declarar la parroquia de San Pablo Apóstol en estado de misión se dará cumplimiento a una de las funciones primordiales de la Iglesia. Agregó que al instituir 5 nuevos ministros extraordinarios de la comunión se podrán atender mucho mejor las necesidades espirituales de los enfermos. Les pidió que realizaran su misión con mucha fe y misericordia.

Finalmente expresó su beneplácito por el nuevo retablo de la parroquia. Se alegró y felicitó al párroco de San Pablo por los grandes logros alcanzados en tan poco tiempo y animó a la comunidad parroquial para que juntos, con su párroco, caminen en el amor y la fraternidad ayudados por la oración, la formación y la acción. Después de bendecir el nuevo retablo y la nueva sacristía, dio la bendición solemne a todos los fieles ahí reunidos. Los fieles aprovecharon la presencia del Obispo para saludarlo y agradecer su presencia.

Diciembre no sólo debe ser un mes de “fiesta”, entendida en el sentido banal del término, sino un tiempo de dicha por la llegada del Salvador, que nos permita acercarnos al prójimo en cualquiera de sus formas. Que haya personas dispuestas a caminar de la mano del desprotegido y falto de fe, es algo que debe reconocerse y valorarse. En los meses por venir, Salina Cruz necesitará de mucha entereza.  

La otra cara de la moneda: Oaxaca

Gubidxa Guerrero 

[Texto publicado en Enfoque Diario, el mates 24/Dic/2013]

En la última entrega de esta columna mencionábamos la excesiva publicidad del gobernador chiapaneco, Manuel Velasco Coello, para promocionar sus “logros”. Es, dijimos, demasiado pronto para aparecer en otras Entidades que no son la suya propia, pues ¿qué le hace pensar que un capitalino estará feliz de saber lo que hace el mandatario del Estado fronterizo más pobre?

Pero si algo debemos reconocer al novio de Anahí es su voluntad de proyectar al vecino Estado de Chiapas, y con él a su propia persona. Cosa contraria con nuestro titular del Ejecutivo local, Gabino Cué Monteagudo, quien parece no esforzarse mucho en hundir la imagen de la bella Entidad que tiene a mal gobernar.

Desde el mes de agosto no hay medio importante que no cuestione de manera directa y abierta la actitud del mandatario estatal, que parece estar a merced de las decisiones de la dirigencia magisterial de la Sección 22, perteneciente al Sindicato Nacional de los Trabajadores de la Educación (SNTE). 

Gabino Cué no sólo ha sido desafortunado en sus respuestas ―como aquella famosa entrevista ante Carlos Loret de Mola, en cadena nacional, donde se dedicó a lavarse las manos de la ingobernabilidad en su Estado y a justificar la actitud de los docentes que desquiciaban periódicamente las vialidades del Distrito Federal― sino que ha mostrado una actitud indolente al no ejercer la autoridad de la que está investido.
Por puro milagro no ha habido ningún muerto durante la “recuperación” de escuelas en diversas regiones de la Entidad, en las que el gobierno estatal únicamente ha fungido como mero espectador ante los enfrentamientos con piedras, cohetones e, inclusive, armas de fuego. ¿Se imaginan si una bala perdida hubiese matado a un padre de familia?

La alternancia se fue al caño. La esperanza de millones de habitantes fue traicionada por Cué Monteagudo en aras de quedar bien con los grupos de poder que lo apoyaron en su búsqueda de la gubernatura. ¿Y los niños?, ¿y la gobernabilidad?, ¿y la paz y el orden? Solamente en los discursos de uno de los mandatarios más incapaces de la historia.

Manuel Velasco, rumbo a la presidencia de México

Gubidxa Guerrero 

[Texto publicado en Enfoque Diario, el lunes 23/Dic/2013]

Pocos son los políticos que respetan los tiempos oficiales para iniciar sus campañas proselitistas. Cada conferencia de prensa y cada aparición pública sirve de plataforma a quienes aspiran a ocupar un puesto más alto en el gobierno. Sin embargo, en México, la anticipación nunca había sido por cinco años. 

El joven mandatario del Estado de Chiapas, Manuel Velasco Coello, lleva doce meses como gobernador de la Entidad más pobre del país, y parece querer repetir la estrategia de Enrique Peña Nieto, actual Presidente de la República.

Como recordamos, Peña Nieto buscó aparecer en los medios de todo tipo, erogando grandes fortunas para publicidad “disfrazada”, a manera de entrevistas o reportajes. Además de cuidar su apariencia física, estableció un noviazgo con una mujer del mundo de la farándula, la hoy primera dama Angélica Rivera.

Ser gobernador del Estado más poblado y con la economía más grande del país ayudó mucho. El desgaste del presidente Calderón y de su principal adversario, Andrés Manuel López Obrador, también sirvió para este propósito. La desmedida publicidad a favor de Peña rindió sus frutos el día de las elecciones de julio de 2012.

El chiapaneco Manuel Velasco está haciendo exactamente lo mismo que el mexiquense: además de ser bastante joven y cuidar su aspecto físico, tienen una novia “artista” (como llaman a los actores, cantantes y demás personajes promovidos por las grandes televisoras), hasta hace poco una de las más populares del medio juvenil: Anahí.

La ex RBD acompaña a menudo al titular del Ejecutivo local. Además de contribuir en mucho a proyectar la imagen del gobernador, éste desembolsa bastante dinero en promover los “logros” de su gobierno por todo el país.

Es perfectamente comprensible que un mandatario difunda sus acciones de gobierno ante la opinión pública de su demarcación, pero que un político gaste fortunas para llegar a personas del otro extremo de la nación, hace sospechar de burda propaganda política anticipada.

Faltan todavía cinco años para que haya un cambio de administración en el país, pero tal parece que el PRI y el gobernador chiapaneco están ya en la carrera. Ojalá los servidores públicos se preocuparan más en trabajar que en aparecer en los grandes medios de comunicación. Después de todo, el trabajo es la mejor publicidad.  

Del buen gobierno. Historias de Ta Jacinto Lexu VII

Mujeres de Quialana
Gubidxa Guerrero

[Texto publicado en Enfoque Diario, el domingo 22/Dic/2013]

Anteriormente se daba un intercambio comercial muy grande entre el Istmo de Tehuantepec, la Sierra Zapoteca y los Valles Centrales. Vendedores iban y venían; de aquí surtíamos de pescado y sal a aquellas regiones, de donde nos llegaba café y otros bienes. Cuentan que Ta Jacinto Lexu se dedicó un tiempo al comercio. En varias mulas llevaba y traía los productos que mercaba.

Una de las poblaciones que más frecuentaba es San Bartolo Quialana. Si la memoria no me falla, dicha comunidad se encuentra cerca de otro pueblo binnizá llamado Tlacocula.

Ahí estaba Ta Chintu Lexu, ofreciendo sus bultos de pescado seco. Él, como todos los comerciantes de aquella época, tenía amigos y compadres en los pueblos que visitaba. Sucedió entonces un acontecimiento poco común: los habitantes del lugar organizaban pequeñas reunioncitas aquí y allá, entre la Iglesia y la Plaza. Ante el inusual movimiento, Ta Jacinto Orozco se dirigió a su compadre Mariano Martínez, oriundo del lugar, para preguntar por lo que acontecía:

“Sucede que algunas personas están proponiendo cambiar nuestra forma de gobierno ―dijo el señor Mariano―, y mucha gente se está entusiasmando. Como tenemos muy cerca la ciudad de Oaxaca y algunos paisanos ven cómo se administran allá, pues consideran mejor imitarlos”.

“Y allá, ¿cómo se gobiernan?”, preguntó Ta Jacinto; a lo que su interlocutor respondió: “Pues mediante partidos políticos. Allá cualquier persona puede aspirar a ser ‘cabeza del pueblo’; además, los que sirven al pueblo reciben una compensación económica. No que aquí, aparte de que no recibimos salario, hasta se termina gastando del patrimonio propio; bien lo sabemos quienes alguna vez hemos llegado a gobernar. Acá se debe recorrer muchos años de servicio para poder ocupar un cargo importante o para poder ser elegido alcalde”.

“¿Y eso por qué está mal?”, preguntó Ta Chintu. “No es que sea malo, es que ya algunos pueblos vecinos están cambiando su forma y no debemos quedarnos atrás”, expresó su compadre. “Es decir que si en los demás pueblos sus dirigente los saquean y mal administran, ¿ustedes querrán hacer lo mismo?”, inquirió nuevamente. “No, ¡qué va! Es sólo que ciertas personas en Quialana piensan que tal vez sería bueno adaptarnos a los nuevos tiempos”.

Entonces Ta Jacinto Lexu pensó un rato lo que iba a decir a su compadre Mariano Martínez, y soltó lo siguiente: “Hermano, he recorrido muchos lugares; he visto ciudades grandes pero mal administradas, donde sus habitantes se quejan de quienes deberían gobernarla bien, llamándoles ‘ladrones’. En cambio he conocido pueblos chicos donde son los gobernantes quienes se quejan del trabajo extenuante y del sacrifico que hacen por la comunidad. 

Debería resultarnos sospechoso que en ciertos lugares las personas tengan avidez por estar en el gobierno; ya que quizás se deba al beneficio personal que desde sus posiciones puedan obtener. En cambio, es bueno saber que en otras partes la gente más trabajadora dirige al pueblo; porque un buen sistema es aquel en donde se quejan más los gobernantes de lo que se queja el pueblo. Lo ideal es que nadie se lamente y todos participen. Y aquí en Quialana todos se ayudan, pues mediante el trabajo solidario y responsable no sólo realizan ustedes las festividades tradicionales, sino la administración del pueblo. Son otros los que tal vez deberían aprender de ustedes…”

Esto dijo Ta Jacinto Lexu en aquel pueblo zapoteca del Valle. Finalmente no cambió el sistema por el que se regían, pero el intento sirvió como oportunidad para que nuestro personaje compartiera su opinión con un compadre suyo.

Artículo: El portalito



Por Gubidxa Guerrero

[Texto publicado en Enfoque Diario, el sábado 21/Dic/2013]

Cada mes tiene su olor en el Istmo de Tehuantepec. Marzo y/o abril huele a incienso, por la Semana Mayor. Junio huele a tierra mojada, por las primeras lluvias. Agosto huele a hierba, por el verdor en el campo debido a las copiosas tormentas. Octubre huele a cempasúchil, que ofrendamos a los muertos cuando nos visitan. Y un olor a pólvora inunda nuestros pueblos en diciembre.

Este mes es esperado con ansia por los pequeños, quienes, además de las vacaciones escolares, disfrutan de un ambiente de posadas, en que los dulces, las piñatas, los juegos y la alegría navideña están a la orden.

Los istmeños no festejamos tanto la Navidad (25 de diciembre). De hecho, para nosotros, es más importante la Noche Buena (24), en que acostamos al Niño Dios mediante las rezadoras o las pastorelas. El Año Nuevo también es motivo de magnas celebraciones.

Cuando era pequeño, los niños del Callejón de los Leones, y avenidas aledañas, salíamos de portalito, que es como llamábamos al hecho a recorrer las calles cada noche cargando un pequeño veliz o caja, que representaba el nacimiento de Jesucristo, para cantar en las casas que nos dieran posada.

Todas las noches eran de alegría, porque más de diez muchachitos nos dábamos cita para comenzar la caminata nocturna. “¿Va a querer Portalito?”, era el anuncio que uno de los nuestros hacía en los patios y puertas de los hogares juchitecos. En muchas ocasiones nos decían “para la otra”, pero cuando la respuesta era “entren”, nos poníamos felices y comenzábamos a cantar a todo pulmón. Después de algunos minutos en que, medio desentonados, habíamos terminado las rimas ―con uno de nosotros sosteniendo el portalito―, el dueño de la casa depositaba una pequeña cooperación en el modesto nacimiento, que guardábamos y contábamos al finalizar la jornada.

El rito duraba aproximadamente diez días, del 13 de diciembre al 23; y al concluir esta pequeña etapa de nuestras vidas, repartíamos lo que la gente hubiera cooperado. Entonces cada uno tendría posibilidades de adquirir los cohetes (o chiquitracas) y alguna ropa para estrenar el 31 que, cabe decir, era de las pocas ocasiones en que estrenábamos (la otra era en nuestros cumpleaños). 

El portalito es una de las costumbres decembrinas que está perdiéndose. A nivel nacional son pocas las regiones donde se lleva a cabo, y en el Istmo de Tehuantepec son cada vez menos los muchachitos que salen a dar aquéllos viejos y alegres recorridos…

Bloquear no debe ser opción

[Texto publicado en Enfoque Diario, el viernes 20/Dic/2013]

Gubidxa Guerrero 

Hace algunos días anunciamos el fallo de la Sala Regional, con sede en Xalapa, Veracruz, del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) a favor de la candidata del PRI-PVEM Rosa Nidia Villalobos para la presidencia de Salina Cruz.

Fui de los que sintió extrañeza por el dictamen que ratificaba, en lo esencial, el pronunciamiento del Tribunal Estatal Electoral que anuló diversas casillas que terminaron revirtiendo la victoria que Mariano Vicente, candidato del Partido Nueva Alianza (Panal), había obtenido en las urnas.

Todavía falta que la Sala Superior dé su sentencia, ante la solicitud de reconsideración que presentó el Panal para que le sea devuelto el triunfo al “médico de los pobres”. Es decir, no están agotadas las instancias que podrían dar una solución digna al problema que está poniendo en riesgo la estabilidad de esta importante ciudad porteña.

Sin embargo, antes de que la máxima autoridad en la materia se pronuncie, algunos seguidores de Mariano Vicente (ignoro si con el aval de éste) decidieron bloquear la carretera Salina Cruz-Tehuantepec, afectando a miles de habitantes que transitan diariamente por dicha vía. Con ese bloqueo, la causa pierde popularidad entre un sector que simpatiza con el doctor; ya que afectando a ciudadanos inocentes no es como se logrará que la Sala Superior se conduzca con justicia. Por el contrario, da un mensaje de ingobernabilidad a las autoridades y a la sociedad en general, pues ¿cómo pretende ser alcalde de una importante ciudad quien bloquea su principal ruta de acceso terrestre? ¿Con qué autoridad moral podrá defender el derecho al libre tránsito de sus ciudadanos quien antes de erigirse en presidente municipal utiliza este medio de presión?

Considero una gran equivocación la actitud asumida por los seguidores de Mariano Vicente. Habrá quien señale los ejemplos de otros candidatos, como el de Unión Hidalgo, que optaron por este “método de lucha”. Y esa comparación será precisamente la muestra de que se está cometiendo un error, ya que se está actuando de la misma forma que los políticos tradicionales de quienes se querían diferenciar.

Bloquear no debe ser opción. Menos todavía cuando quedan instancias a qué recurrir. El asunto está todavía en tribunales y es preciso esperar el fallo. Hasta no tener una negativa rotunda, hasta no ver cerradas todas las puertas institucionales, no debe pensarse en actos de protesta. Y si llegare el caso de que éstos deban realizarse, tendrán que cuidarse las formas para no ganarse de enemigos a quienes lo apoyaron con la confianza en las urnas.

Los ciudadanos inocentes no deben pagar por los arreglos políticos ni por las injusticias de otros. Debe imperar la prudencia y la firmeza, pero sin dañar al prójimo. 

Sembrando el divisionismo…

Gubidxa Guerrero 

[Texto publicado en Enfoque Diario, el jueves 19/Dic/2013]

Los proyectos eólicos en la planicie costera de la región istmeña están a toda marcha. Con algunos problemas han logrado instalar cientos de torres generadoras de energía eléctrica, principalmente con capital extranjero.

Uno de estos “problemas” se llama Álvaro Obregón (o Guixhi ro’, en idioma zapoteco, que significa ‘monte grande’), agencia municipal de Juchitán, donde campesinos y pescadores se opusieron a la instalación del parque auspiciado por Mareña Renovables en terrenos de San Dionisio del Mar, pueblo huave colindante con Chicapa de Castro. 

Pese a las garantías del gobierno, la empresa tuvo que retirarse por la presión internacional y para evitar derramamiento de sangre. Esta “victoria” de los activistas antieólicos dio nuevos bríos a su causa, que permitió que en la Séptima Sección de Juchitán se creara un movimiento de oposición a un parque que se está levantando en las inmediaciones.

El tema ha cobrado más o menos relevancia, dependiendo el momento político del que hablemos. Recientemente supimos de la visita de algunos funcionarios de la Unión Europea que acudieron a las obras de Bi Hioxho, al poniente de Juchitán, donde además de corroborar que la zona se encuentra en la ruta ancestral de procesión de la Santa Cruz Guzebenda, también verificaron que se ha afectado al menos un pozo de agua, tal como dio a conocer un diario de circulación nacional.

Ahora, lo preocupante es el divisionismo que parece estar aumentando entre los mismos habitantes de Juchitán. Por un lado, un sector de pobladores de Álvaro Obregón (agencia municipal fundada hace aproximadamente ochenta años por soldados juchitecos bajo el mando de Heliodoro Charis Castro) opuestos al proyecto eólico de Mareña Renovables declaró que impedirá la pesca a habitantes de la Séptima Sección de Juchitán por, supuestamente, haber éstos aceptado apoyos de empresas eólicas para sus faenas diarias, tales como motores y/o lanchas.

Resulta alarmante que en aras de un idealismo mal entendido, se confronten los zapotecas de dos núcleos poblacionales que se dedican a la misma actividad; ya que la respuesta de quienes se sintieron agredidos fue inmediata, impidiendo la entrada de vehículos provenientes de Álvaro Obregón a la cabecera municipal.

Los grandes perdedores en esta disputa serán los mismos juchitecos, independientemente del grupo al que pertenezcan. Los ganadores indudables serán los políticos mañosos y las grandes empresas transnacionales, que seguirán haciendo de las suyas mientras los zapotecas se pelean. ¡Digamos no a la violencia entre hermanos! 

Juchitán, entre pavimentación y desgobierno

Gubidxa Guerrero 

[Texto publicado en Enfoque Diario, el miércoles 18/Dic/2013]

Está a punto de finalizar la administración de Daniel Gurrión Matías en Juchitán. Con él se irá la oportunidad histórica que tuvo el Partido Revolucionario Institucional (PRI) de reafirmarse en una ciudad zapoteca que se le comenzó a ir de las manos desde la década de los setentas (¡hace 40 años!), cuando las tropelías de los caciques de entonces, permitieron que un nuevo movimiento político tomara fuerza: la denominada COCEI.

Pero los rebeldes setenteros se convirtieron en los nuevos caciques y, repitiendo la estrategia del PRI postrevolucionario, los coceístas enarbolaron la bandera de lucha social sólo de manera aparente. El PRI siguió siendo el PRI: vertical, alejado de las necesidades del pueblo ―donde el compadrazgo importaba más que la militancia―, corrupto y servil de las autoridades superiores.

El desgaste de seis administraciones coceístas, sus divisiones internas, así como la buena imagen de que gozaba Daniel Gurrión, permitieron que el PRI recuperara la presidencia municipal luego de un buen lapso de tiempo (el gobierno de Héctor Matus fue bajo el modelo de ‘consejo municipal’, no como presidencia). Y con Daniel llegó la esperanza de que las cosas mejoraran.

Si bien, al principio de su administración, el alcalde mostró genuino interés por cambiar el rostro de la ciudad, bastaron pocos meses para que se percatara del complejo entramado de intereses en Juchitán, donde los grupos de poder, que pululan por doquier, hacen que la gobernabilidad sea casi imposible.

Pareció que Daniel Gurrión no quiso saber más de política y se dedicó de lleno a las obras públicas. Mientras se pavimentaban decenas de calles, explotaba el fenómeno de los mototaxis; a la vez que con ayuda del gobierno federal se construían o remodelaban parques públicos, se sucedían varios bloqueos carreteros por semana; mientras se construían canchas de fútbol rápido, se destruían vestigios centenarios, como la Capilla Lunes Santo, en Cheguigo Sur; y así por el estilo, impulsando constantemente la obra pública, pero descuidando la gobernabilidad. 

Como excusa siempre tuvimos el “yo no fui”, olvidándose que los funcionarios no sólo yerran por acción sino, sobre todo, por omisión. La delincuencia se disparó, y aunque el presidente no asaltó a nadie, tenía la responsabilidad de velar porque los índices de inseguridad disminuyeran en su demarcación. Y qué decir de las invasiones de terrenos o de los graves enfrentamientos por la construcción de los proyectos eólicos en la Séptima Sección o en Álvaro Obregón, agencia municipal de Juchitán. Por no hablar de las tomas del Palacio o la reciente invasión al Parque Central.

Juchitán es complicado y problemático. Todos lo sabemos. Como también estamos conscientes de que los caciques políticos siempre estarán listos para hundir más al pueblo, pues con el caos ellos ganan. Por eso la ciudad necesitaba de un gobierno que hiciera valer su autoridad para regir con orden y equidad. En lugar de eso, tuvo un eficiente empresario del ramo de la construcción.     

Si su servidor pudiera calificar la administración que finaliza, podría decir que fue el gobierno con mejores intenciones que tuvo el Istmo. Por desgracia, las intenciones no bastan.  

Caso Salina Cruz: también a la Sala Superior

La Justicia no siempre es imparcial
Gubidxa Guerrero 

[Texto publicado en Enfoque Diario, el martes 17/Dic/2013]

Este lunes la Sala Regional, con sede en Xalapa, Veracruz, del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) ratificó la decisión del Tribunal Estatal Electoral, por lo que Rosa Nidia Villalobos (del PRI) sigue siendo alcaldesa electa de Salina Cruz. 

Por su parte, Mariano Vicente declaró que acudirá a la Sala Superior, en el Distrito Federal, para luchar por la victoria que le dieron los ciudadanos en las urnas “buscando siempre la justicia y la paz social”.

La decisión del tribunal colegiado fue peculiar ya que, a diferencia de muchos otros casos, no hubo unanimidad en su fallo. Mientras que “los magistrados Adín Antonio de León Gálvez y Juan Manuel Sánchez Macías, ponente del asunto, coincidieron en calificar como correcta la decisión del tribunal local de haber anulado la votación recibida en diversas casillas”, Octavio Ramos Ramos se pronunció en sentido distinto, defendiendo la voluntad de los ciudadanos que votaron en julio pasado a favor del Partido Nueva Alianza (Panal).

Tal como se anunció de manera oficial, una de las principales causales para anular las casillas en el puerto ―nulidad que revirtió el triunfo de Mariano Vicente― “fue la existencia de propaganda electoral de Nueva Alianza frente a la casilla durante la jornada electoral. Y en el caso de las casillas 695 B, 708 B, y 695C, por haberse conformado las mesas directivas de las mismas por integrantes de partidos políticos que contendieron en la elección y al haberse integrado por una funcionaria de mando superior del propio ayuntamiento de Salina Cruz”.

Lo anterior es sorprendente, dado que los partidos políticos que integraban dichas mesas directivas no eran del Panal (es decir, el favoritismo a favor del candidato estaría descartado). Y en cuanto la existencia de propaganda del Panal frente a la casilla, ¿acaso no hay ciudad en este país donde todos los partidos inunden de basura electoral las calles? Si una barda pintada el día de la elección con el logo del PRI, PAN o PRD fuera causal de nulidad, no habría comicios válidos…

Pero la Ley es la Ley. Y así como la Sala Regional ratificó, en lo esencial, el fallo del Tribunal Estatal Electoral, Mariano Vicente y su equipo tienen la alternativa de acudir a la Sala Superior para hacerse escuchar y demandar la ‘reconsideración’ puntual de su caso. La importancia de Salina Cruz lo amerita.

Aunque más allá de tecnicismos jurídicos, me parece que el asunto de fondo es meramente político, y deja claro que la democracia sólo es válida para los grandes jugadores. Lo que el presente caso nos enseña es que si alguien surgido de la nada se atreve a desafiar a la partidocracia tradicional, difícilmente podrá salirse con la suya. Ahí estarán los tribunales listos para impedir, con las reglas en la mano (que casi siempre aplican ‘a modo’), la materialización de la voluntad popular. Faltaba más.   

La torpeza de la izquierda mexicana

Gubidxa Guerrero 

[Texto publicado en Enfoque Diario, el lunes 16/Dic/2013]

La semana inicia con la aprobación de la Reforma Energética en la mayoría de los congresos estatales del país, sin discusiones de fondo y entre quejas y protestas disminuidas.

La izquierda mexicana que se vistió de nacionalismo para abanderar la “defensa” del petróleo no tuvo mucho eco. De hecho, desde que arrancó el año y se firmó el famoso Pacto por México mucha gente vio al PRD como mera comparsa del nuevo régimen, por lo que pocos creyeron que en verdad fuera a tomarse en serio eso del “cerco” al Congreso.

Las paráfrasis insultantes de una diputada y el desnudo de un legislador no ayudaron mucho. Más bien otorgaron pretextos perfectos a los grandes medios informativos para mofarse del debate que proponían los diputados opositores a las nuevas reformas constitucionales. Si a eso sumamos que apenas algunas semanas antes el PRD y el PRI aprobaron conjuntamente la Reforma Fiscal, la confusión aumenta.

Los políticos pueden darse el lujo de ser cínicos, pero no torpes; por lo que me sorprendió sobremanera que justo en la semana que se votaría la reforma más importante de los últimos sexenios, al gobierno del Distrito Federal se le ocurriera aumentar la tarifa del Sistema del Transporte Colectivo Metro en más de un 60 por ciento.

La Ciudad de México es el principal bastión de la llamada izquierda mexicana. Sirvió de plataforma para construir las candidaturas de Cuauhtémoc Cárdenas en el 2000, de Andrés Manuel López Obrador en 2006, así como la precandidatura de Marcelo Ebrard en 2012. Es ahí donde se han impulsado los programas sociales más ambiciosos, que después han sido retomados por otros gobiernos, tales como el programa de útiles escolares gratuitos, el seguro médico universal, el apoyo a las madres solteras, el programa Prepa Sí, entre otros. Y en el ánimo de granjearse el apoyo popular se había mantenido un fuerte subsidio al transporte público que utilizan la mayoría de capitalinos diariamente.

¿Por qué, entonces, darse un tiro en el pie precisamente cuando la izquierda necesita posicionarse como una opción cercana a la gente? Para millones de personas poco enteradas de lo que se discute en ambas cámaras, fue mucho más grave el aumento a la tarifa del Metro que la aprobación de la Reforma Energética; ya que lo primero fue resentido en sus bolsillos de inmediato, mientras que lo otro llevará su tiempo.

Si Enrique Peña Nieto ha podido echar a andar su ambiciosa agenda de este año, se debe ―además de la habilidad de sus operadores políticos― a la torpeza de quienes deberían ser oposición, tanto en el PAN, pero sobre todo en el PRD. No sabemos qué tan bueno o malo pueda ser que un mandatario haya barrido con los obstáculos para impulsar su política. El tiempo lo dirá. 

De la solidaridad. Historias de Ta Jacinto Lexu VI

Iglesia de Mixtequilla
Gubidxa Guerrero

[Texto publicado en Enfoque Diario, el domingo 15/Dic/2013]

Mixtequilla es un pueblo bello. Un pequeño cerro ―desde el que se divisa la planicie costera― resguarda el lugar. A un lado transita apacible el Río Tehuantepec, que baja imponente desde Jalapa del Marqués. 

Cierta mañana caminaba Ta Jacinto Orozco, al que todos apodaban Lexu, por dicho pueblo. Había salido de San Blas Atempa durante la madrugada subiendo el ‘Portillo de San Antonio’ para bajar al centro de la ciudad de Tehuantepec. De ahí se encaminó hacia el Barrio de San Sebastián para enfilarse a las Labores que están a un costado, ya que entre sus huertas está el camino recto que va de Guizii a Mixtequilla, y que desemboca justo al centro de esta pintoresca población.

Cuando Ta Jacinto iba entrando vio cómo un muchacho cargaba penosamente un costal de elotes. “¿Adónde llevas esa pesada carga? ¿No tienes acaso un animal que haga el trabajo por ti?”, preguntó el hombre. “¡Ta Jacinto!, vengo del terreno de mi amigo. Estamos cosechando y me pidió ayudarlo”, dijo el joven, contento por saludar a nuestro personaje. “Qué bueno, muchacho. Es preciso que los amigos se apoyen, porque entre dos es más liviano el trabajo. Imagino que debe venir detrás de ti con una carga similar, si no es que va más adelante o se quedó trabajando allá”. Entonces, un tanto apenado, el joven respondió: “No precisamente, Ta Chintu. Mi amigo fue a Comitancillo, a una pequeña celebración”.

Ta Jacinto no dijo más y siguió su andar. Mientras visitaba a conocidos y amigos volvió a encontrarse al muchacho aquél: “Pero hombre, ¿sigues cargando redes de elote? ¡Sí que eres fuerte!, y tu amigo bastante afortunado por tener quien lo ayude con tanto esmero. Imagino que el compromiso que lo obligó a ir a Comitancillo es de suma importancia. Tal vez un bautizo del que fue padrino, quizás la boda de un familiar directo…” Y el muchacho, más avergonzado que la primera ocasión, dijo: “Nada de eso. Recibió invitación de otro amigo para una fiesta al que éste a su vez fue invitado. Pero bueno, Ta Jacinto, no quiero que piense usted mal; así sucede con los allegados; por lo que debemos ayudarnos en la medida de lo posible, en las buena y en las malas, ¿qué no?”.

Entonces Ta Chintu Lexu, con un poco de compasión hacia el muchacho, le habló por última vez: “Para hacer el bien o hacer el mal hay que tener juicio. De otra manera no sabrás si ayudas o perjudicas. Cuídate de no estar haciendo a tu amigo un gran daño volviéndolo flojo e irresponsable, porque esa clase de gente no es aceptada en ninguna parte. La solidaridad con tu amigo te obliga a apoyarlo en lo que éste, por causa justificada, no pueda realizar o requiera de ayuda. Pero si haces por él lo que está obligado a hacer y está en sus manos poder efectuar, no serás su amigo sino un tonto”.

Gusiguesa [Cosijoeza]: ‘Rayo de pedernal’

Los zapotecas somos celosos de nuestra historia
Gubidxa Guerrero 

[Texto publicado en Enfoque Diario, el sábado 14/Dic/2013] 

A los zapotecas del Istmo nos fascina la historia, especialmente en lo concerniente a nuestros últimos reyes. Como de memoria suele repetirse la versión “oficial” que dice que en la ciudad de Tehuantepec reinaron consecutivamente dos monarcas: Cosijoeza, quien desposó a Coyolicatzin ―emparentada directamente con los nobles de México-Tenochtitlan―, y el hijo de ambos Cosijopi, quien gobernaba el reino a la llegada de los españoles, siendo convertido a la religión católica adquiriendo el nombre de Don Juan Cortés.

Los binnizá apasionados con los datos bibliográficos, repiten insistentemente lo que escribieron personajes como Fray Francisco de Burgoa, el presbítero José Antonio Gay o Manuel Martínez Gracida. Por ello vemos como la mayoría de ensayos, libros o artículos escritos por aficionados utilizan a los antedichos como única fuente de información.

Sin embargo, existen una serie de documentos coloniales y prehispánicos que están aportando nuevos datos para el entendimiento de la compleja dinámica previa a la colonización castellana. Dichos documentos permiten escribir novedosas “versiones” de la historia nuestra.
El nombre de un monarca no es precisamente un dato trascendental, pero si consideramos que en el Istmo de Tehuantepec muchos niños, así como algunas instituciones educativas, se llaman Cosijoeza, podrán comprender mi afán por mostrar el significado.

Ya en otra ocasión escribí un texto al que denominé “Coyolicatzin se llamaba Quetzalcóatl”, en que, basándome en un documento de primera mano (los “Autos seguidos por doña Magdalena de Zúñiga, mujer que fue de don Juan Cortés, Cacique por sí como madre tutora y curadora de don Felipe Cortés su hijo, y los demás hermanos, contra el fiscal de su Majestad sobre la posesión de los indios, y otras estancias. 1567-1572”, transcrito por Michel R. Oudijk, del Instituto de Investigaciones Filológicas de la UNAM), mostraba la “confusión” alrededor de dicho nombre. 

En cuanto al término Cosijoeza el asunto es más sencillo, pues es un nombre de origen zapoteco. Sin embargo no parece existir acuerdo en cuando a su significado. Como sucede con muchos términos antiguos en nuestra lengua, se aventuran hipótesis sobre las que no ahondaremos.

Teniendo como referencia el documento antedicho (los “Autos seguidos por doña Magdalena…”) podemos tener la certeza del significado y de la pronunciación actual de Cosijoeza, ya que en dicho texto el nombre fue traducido al idioma náhuatl, lo que nos permite hacer un ejercicio comparativo.

Un fragmento que aparece en el documento de más de 400 fojas, y que es la respuesta dada por cierto testigo, que conoció personalmente a los nobles zapotecas, ante las autoridades españolas en un proceso legal, dice lo siguiente:
Foja 166 v: “que conosçio a huizquiahuitl y a queçalcoatl su muger padre e madre del d[ic]ho don Juan cortes señores que fueron de la d[ic]ha villa e provinçia”.

El ‘Huizquiahuitl’ al que se refiere el documento, es Cosijoeza. ¿Qué significado tiene dicha palabra en náhuatl? ‘Lluvia de obsidiana’. Pero el nombre es más común de lo que solemos pensar, ya que así mismo [Cosijoeza] se llamaron antes, otros nobles zapotecas. En una tumba de Zaachila, por ejemplo, se encuentra escrito el nombre en caracteres prehispánicos. Representado por dos glifos: ‘Cosijo’ (‘Dios del rayo’ para los zapotecas, ‘Tlaloc’ o ‘Dios de la lluvia’ para los nahuas), y ‘Guesa’ (‘Pedernal’). Por tanto, el significado indiscutible del nombre es ‘Rayo de pedernal’ (para la lengua zapoteca) o ‘Lluvia de obsidiana’ (para la lengua náhuatl). 

¿Pero cómo se diría actualmente dicha palabra? La manera correcta de pronunciarla es Gusiguesa que significa ‘Rayo de pedernal’ (aquí cabria ejemplificar con el término ‘Ixtepec’, palabra de origen náhuatl que significa ‘Cerro de obsidiana’, y que en zapoteco se dice Danniguesa, ‘Cerro del pedernal’). 

Espero que el presente artículo enriquezca el bagaje de nuestra cultura, y sea de utilidad para los curiosos y apasionados de ella. No tuve otra misión cuando me fui a estudiar etnohistoria a la ciudad de México, hace más de 10 años, que poder aportar algo para el conocimiento de la historia de la nación zapoteca.

Las reformas estructurales


Gubidxa Guerrero 

[Texto publicado en Enfoque Diario, el viernes 13/Dic/2013] 

Hoy millones de personas hablan de la Reforma Energética, como ayer hablaron de la Reforma Educativa o de la Hacendaria: sin conocimiento de causa, desde el sentimiento y repitiendo lo que escuchan de ciertas voces referentes, como académicos, periodistas o ―mucho peor― políticos. Son pocos los que están medianamente enterados de lo que se discute y aprueba en el Congreso de este país.

Los que no están pendientes de la final del fútbol mexicano, o se encuentran ensimismados en sus proyectos personales, están iniciando, felices, el ‘maratón Guadalupe-Reyes’, que permitirá que olvidemos por casi un mes el caos en el que vivimos como sociedad.

Se dice que cada pueblo tiene el gobierno que se merece. No comparto del todo esa opinión. Todavía confío en que logremos ir articulando un movimiento ciudadano capaz de anteponerse a los poderes fácticos, poco a poco, paso a paso.

Confío en que cada vez más personas veamos la educación (y con eso no me refiero únicamente a la asistencia a la escuela) como el principal medio para despertar conciencias y poner los cimientos de una futura transformación social.

Un pueblo educado es difícilmente manipulable por políticos de todos los partidos. Un pueblo consciente escucha, analiza y propone. No repite como autómata lo que le dice la televisión o el líder en turno ni dice ‘no’ a todo lo que plantea el partido con el que no simpatiza. 

Un pueblo educado puede salir avante con el sistema político o económico que escoja, porque no tiene la corrupción como bandera y no trata de evadir su responsabilidad social. Un pueblo ignorante siempre será un país pobre y dividido, porque sus líderes saldrán de su seno, y en caso de tener un modelo positivo lo echarán abajo. En cambio, una nación consciente podrá modificar, para su beneficio, un sistema inadecuado.  

Sobran causas pero faltan líderes íntegros. El problema con nuestro país son los políticos, que lo han envilecido todo. La incredulidad del mexicano es infinita. Por ello, aunque todos estén en desacuerdo con X o Y Reforma, ésta pasará. Pocos están dispuestos a formar el coro de un político. La demagogia se revirtió, y hoy todos pagamos las consecuencias: nadie es de fiar. Detrás de cada discurso patriota vemos el mismo ánimo de manipular. Detrás de los partidos que hoy se rasgan las vestiduras vemos la misma corrupción y cinismo que en los partidos tradicionalmente entreguistas. Pobre de mi país; pobre de mí, de ti, de todos...

Caso Salina Cruz: el PRI preocupado

Mariano Vicente podría recuperar la victoria
Gubidxa Guerrero 

[Texto publicado en Enfoque Diario, el jueves 12/Dic/2013] 

La elección en Juchitán está casi definida con la confirmación del triunfo de Saúl Vicente Vázquez en la Sala Regional del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), con sede en Xalapa, Veracruz. Y digo ‘casi’, porque únicamente falta que la Sala Superior, con sede en la Ciudad de México, deseche o admita el recurso del equipo de Héctor Matus Martínez, lo que permitiría prolongar o concretar, de una vez por todas, el asunto. 

Sin embargo, hay un tema que interesa a todos los istmeños, como es el caso de Salina Cruz. Como recordarán los lectores, la elección de julio arrojó un resultado sorpresivo y favorable al candidato del Partido Nueva Alianza (Panal) Mariano Vicente. Más sorpresiva todavía fue la resolución del Tribunal Estatal Electoral de anular una serie de casillas, lo que permitió la disminución de sufragios, suficientes para revertir la victoria. 

Ante buena parte de la opinión pública el PRI “robó” la elección a los porteños. No obstante, el equipo del médico Mariano Vicente acudió a una instancia superior, como es la Sala Regional, con sede en Xalapa, misma que ya resolvió diferendos en varios municipios del Estado de Oaxaca, pero que ha dejado en el limbo jurídico el caso de Salina Cruz.

Es peligrosa la incertidumbre que decenas de miles de personas están teniendo; ya que si bien la impugnación del PRI en el Tribunal Estatal fue favorable a su candidata Rosa Nidia Villalobos, es bastante probable que la Sala Regional desconozca el fallo anterior, lo que “devolvería” la victoria a Mariano Vicente.

Estando así las cosas, nadie puede asegurar quién tomará posesión de la presidencia municipal de Salina Cruz el próximo primero de enero. Obviamente los priístas afirmarán con seguridad que Rosa Nidia será la alcaldesa; igual que los simpatizantes del doctor Mariano, dirán con respecto su abanderado. 

A diferencia del caso de Juchitán, en que la situación está casi definida a favor del candidato del PRD-PAN-PT, en Salina Cruz me atrevo a decir que hay un virtual empate, si no es que los pronósticos son favorables al “médico de los pobres”.

Pese al aire triunfalista (porque legalmente, por ahora, Rosa Nidia es la ganadora), los priístas del puerto están muy preocupados. Saben que no tienen segura la victoria.  

Es una lástima que los electores tengamos que esperar tanto para saber quiénes irán a regir los destinos de las dos ciudades más importantes del Istmo. 

Héctor Matus rumbo a la Sala Superior

Luego de conocerse el fallo de la Sala Regional de Xalapa,
Héctor Matus declaró que acudirá a la Sala Superior
Gubidxa Guerrero 

[Texto publicado en Enfoque Diario, el miércoles 11/Dic/2013] 

Como se esperaba, la Sala Regional del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), con sede en Xalapa, Ver., confirmó los resultados del mes de julio en Juchitán. Por tanto, según esta instancia, Saúl Vicente Vázquez continúa siendo el presidente municipal electo de esta ciudad zapoteca, tal como supimos el día de los comicios y como confirmó el Tribunal Estatal Electoral del Poder Judicial de Oaxaca (TEEPJO) hace varias semanas.

Pero con lo anterior todavía no se cierra el asunto, pues falta saber qué decide la Sala Superior, con sede en el Distrito Federal. Héctor Matus Martínez, ex abanderado del PRI-PVEM a la alcaldía juchiteca anunció que acudirá a esta última instancia a la que tiene derecho. Expresó textualmente lo siguiente: “Como ya lo habíamos dicho, independientemente del resultado, el siguiente paso es a la Sala Superior. […] Esperemos que a finales de diciembre nos den el resultado final”.

Seguramente el lector se preguntará si es existe la posibilidad de que otra instancia retome el caso y emita un nuevo fallo. Sí es posible, aunque muy poco probable. Pese a lo que algunas personas han afirmado, en el sentido de que la confirmación de Xalapa es definitiva e inapelable, “la Ley prevé el recurso de reconsideración para impugnar las resoluciones emitidas por las Salas Regionales”, de lo cual existen varias causales. Es decir, es legalmente posible llevar el caso a una última instancia, para lo cual será necesario que los asesores de Héctor Matus preparen un documento impecable. 

El periodista Armando López Gómez, una de las personas que más conoce del tema, compartió en mi cuenta de Facebook dos ejemplos de casos que, habiendo pasado por la Sala de Xalapa, fueron admitidos por la Sala Superior en la capital del país: la elección en Tepezintla, Ver. (cuya sentencia fue revocada), y el caso de unas diputadas oaxaqueñas (cuyo fallo fue confirmado). Ello permite saber que es posible el anuncio de Héctor Matus, aunque como ya dijimos, es muy poco probable.

Por tanto, toca esperar unos días para saber si la Sala Superior admitirá el caso de Juchitán. En caso negativo, el asunto estará terminado y la victoria de Saúl Vicente confirmadísima. Pero si la Sala Superior diera entrada al recurso, tendríamos que seguir esperando una nueva sentencia. 

No falta mucho tiempo para saber cómo terminará este asunto, que compete a una de las ciudades más importantes del Estado de Oaxaca. Aunque los pronósticos están 100 a 1, en cuestión de leyes siempre puede haber sorpresas… 

El nuevo frente: Matías Romero

Fotografía tomada del Muro de Facebook de José Rafael López Cabrera
Gubidxa Guerrero 

[Texto publicado en Enfoque Diario, el martes 10/Dic/2013] 

“Ayer lunes, el municipio de Matías Romero estuvo a punto de sufrir una tragedia”. Así comenzaba mi columna, pues la estaba redactando antes de saber que Urbano Rodríguez Onobom, de 41 años de edad, perdió la vida en el enfrentamiento entre taxistas y mototaxistas en las inmediaciones de una escuela, en la colonia Pueblo Nuevo.

El trasfondo es el mismo que convirtió a Juchitán en un pueblote: los mototaxis. Los intereses muy similares: el de unos cuantos líderes que pretenden aprovecharse de la buena fe de la gente.
Ante la injustificable omisión de las autoridades estatales, los ciudadanos vieron cómo se incendiaban varios vehículos, se arrojaban piedras, se realizaban disparos y se blandían machetes. Y es que el mototaxi, como modalidad de transporte público, está llegando a la ciudad ferrocarrilera cuyos concesionarios de taxis se encuentran alertas ante un posible crecimiento desproporcionado, como sucedió en otras poblaciones istmeñas.

¿Recuerdan cuando los líderes mototaxistas juchitecos afirmaban que sólo se daría el servicio en la periferia? ¿Se acuerdan de cómo buena parte de la población los apoyó sabiendo que cubrirían una necesidad de transporte? Y así como aquéllos recibieron el respaldo ciudadano, traicionaron a las mayorías rompiendo toda clase de acuerdos y cayendo en las mismas prácticas que los ruleteros. Lo mismo sucedió en Asunción Ixtaltepec y Ciudad Ixtepec, donde se presentaron conatos de violencia, que fueron oportunamente remediados en sendas negociaciones.

Ahora parece repetirse la historia en Matías Romero. En dicha población, donde confluyen zapotecas, mixes y zoques, desde hace algunos meses los concesionarios de taxis se encuentran alertas pues no quieren que se les tome desprevenidos. Algunos líderes mototaxistas, sin embargo, han ido penetrando sigilosamente en las poblaciones aledañas para poder ingresar de lleno al núcleo urbano.

Entre dimes y diretes la situación se había mantenido bajo control, hasta ayer… Todavía no se sabe a ciencia cierta qué detonó el enfrentamiento. Pero lo que haya sucedido no es más que la pantalla detrás de la que se encuentra un problema de fondo: el jugoso negocio que los mototaxis representan para algunos dirigentes sin escrúpulos y, sí, también para el gobierno estatal; pues para nadie es un secreto que algunos funcionarios que trabajan con Gabino Cué están “relacionados” con ciertos líderes y empresarios dedicados al negocio. A ello se suele atribuir la indolencia con que reaccionan las corporaciones policíacas estatales.

Pero la gravedad de lo acontecido ayer en Matías Romero obligará a que las autoridades cumplan con su obligación, ya sea regulando el transporte o impidiendo, de plano, el ingreso de cientos de mototaxis. 

Ojalá la concordia reine en esa ciudad hermana. Una vida no vale los negocios ni la arbitrariedad de unos pocos... 

¿Victoria contundente?

Los líderes de la COCEI están nerviosos
Gubidxa Guerrero 

[Texto publicado en Enfoque Diario, el lunes 9/Dic/2013] 

En julio se llevaron a cabo las elecciones municipales en Juchitán, así como en todo el Estado de Oaxaca y otras regiones del país. Los pronósticos se cumplieron con la victoria de Saúl Vicente Vázquez, abanderado de todos los grupos que se autodenominan COCEI, en contra de Héctor Matus Martínez, candidato del PRI y de un inexistente Partido Verde.

El triunfo, que parecía anticipado, se complicó en campaña porque el aspirante de la “izquierda” juchiteca no levantaba. Mientras tanto, Matus Martínez, que arrancó desde el suelo, fue sumando poco a poco adhesiones. De haberse prolongado un poco más los tiempos electorales, tal vez el resultado habría sido otro. De haberse adelantado, quizás no se hubiesen perpetrado las torpezas que se cometieron.

Si hoy existe incertidumbre acerca del futuro de Juchitán, se debe principalmente a la forma en cómo se dieron las elecciones; ya que cuando algunos líderes de la llamada COCEI vieron que su candidato tenía posibilidades reales de perder, hicieron todo lo posible por asegurarse el triunfo, dejando rastros en el camino de las irregularidades en campaña. Hubo de todo, desde el clásico acarreo, hasta compra de credenciales de elector y entrega de despensas al por mayor. Es preciso mencionar que los señalamientos de la ciudadanía fueron en contra de los dos principales contendientes.

Sin embargo, la genuina preocupación orilló a realizar una maniobra burda en Álvaro Obregón, agencia municipal de Juchitán, donde un sector de sus habitantes había anunciado que no permitiría la instalación de casillas, y en donde la misma autoridad electoral había declarado que no existían condiciones para ello.

No obstante, los comicios se llevaron a cabo en dicho lugar con una “aplastante” victoria de Saúl Vicente, misma  que despertó muchas dudas; tantas, que el Tribunal Estatal Electoral tuvo que anular las casillas de la población, restando más de 1,200 votos al abanderado del PRD-PT-PAN, y sembrando las dudas legítimas de si toda la elección había estado plagada de parecidas irregularidades.

Ayer marcharon las distintas corrientes de la COCEI ratificando la victoria de su candidato que, afirman, es irreversible. Pero, si estuvieran tan seguros, ¿por qué ocupar anticipadamente el Palacio Municipal previendo una toma de los simpatizantes de Héctor Matus, cuando él mismo ha declarado que no le interesa el edificio? ¿Por qué insistir en la “contundente” victoria si la Sala Regional, con sede en Xalapa, todavía no se pronuncia? ¿Por qué marchar para “ratificar” el triunfo si no hay riesgo de que los resultados cambien?

Con las acciones y declaraciones de los últimos días, los jefes de la COCEI sólo demuestran su nerviosismo, lo que repercute entre la militancia leal, que también comienza a preocuparse. 

Mejor es que todos esperen el fallo del Tribunal para saber en qué terminará el asunto y quién despachará, con todas las de la ley, en el corazón de Juchitán. Tan sencillo como tener paciencia.  

¿El Istmo separatista?

División política de México en 1853-1857
Gubidxa Guerrero

[Texto publicado en Enfoque Diario, el sábado 7 y domingo 8/Dic/2013] 
Estando lejos de nuestra tierra es bastante común que cuando preguntan sobre nuestro lugar de origen, los paisanos respondan “soy del Istmo”, en lugar de decir “vengo de Oaxaca”; o que digan “soy istmeño”, o “soy zapoteca”, o “soy ixtepecano”, juchiteco, tehuano, samblaseño, en lugar de decir “soy oaxaqueño”. Y es que nuestras identidades regionales y étnicas siguen teniendo una fuerza que muchas veces supera a la identidad estatal.  

¿Por qué se da este fenómeno? ¿De dónde proviene este orgullo regional que hace que marquemos nuestras diferencias con el resto de la Entidad, o que nos reconozcamos más como istmeños o zapotecas que como oaxaqueños?

En los ancianos es más notoria esta actitud; pues ellos heredaron la desconfianza hacia las autoridades centrales. Son hijos o nietos de quienes combatieron en las diferentes guerras por la autonomía política regional. Descienden de los soldados por la independencia del Istmo. 

José F. Gómez
Hay muchas historias que no han sido contadas y que faltan por escribirse. En los libros de texto sólo aparecen aquellos capítulos acordes a un discurso oficialista, que intenta presentar el pasado como una serie de grandes acontecimientos en que sólo los personajes de bronce fueron determinantes. La historia oficial omite referir los procesos sociales que considera riesgosos para mantener la armonía o cohesión, como es el caso de los intentos separatistas.

La Nación Zapoteca tiene una gran historia, y dentro de sí existen diversas historias menores, una de las cuales corresponde a la que han escrito sus hijos en el Istmo de Tehuantepec. Esta región ha vivido un proceso peculiar marcado por reiterados intentos por dotarla de autonomía política. No es casual, pues, que el istmeño o el zapoteca del Istmo posea un carácter tan peculiar. 

Desde la época prehispánica esta región constituyó un reino independiente con cabecera en Tehuantepec; dicho reino sostuvo una guerra prolongada con la Triple Alianza (Tenochtitlan, Texcoco y Tlacopan) y se supo ganar el respeto de los pueblos de entonces. En la época colonial la zona integró la Alcaldía Mayor de Tehuantepec. 

Durante el México independiente, el Istmo ha tenido vida autónoma en tres ocasiones, 1823, 1853 y 1865, y existen registros documentales de al menos trece intentos por independizarlo, la mayoría de los cuales ha venido acompañado de alguna rebelión armada. 

De las tres ocasiones en que el Istmo fue legalmente autónomo, la primera duró aproximadamente tres meses, de octubre de 1823 a febrero de 1824. La segunda de mayo de 1853 a febrero de 1857, al entrar en vigor la Constitución liberal de ese año. Y la tercera durante el Imperio de Máximiliano de Habsburgo, de 1865 a 1867, en que su gobierno sucumbió.

Adolfo C. Gurrión
El primer intento de los zapotecas por adquirir plena autonomía fue en 1847, cuando el Estado de Oaxaca estaba gobernado por los polkos (conservadores). En febrero de ese año varios pueblos del Istmo desconocieron al gobierno central y mantuvieron la región independiente de facto (de hecho) con respeto de Oaxaca. Los personajes centrales de este período fueron José Gregorio Meléndez (Che Gorio Melendre), quien fungió como Gobernador, y Cristóbal Salinas; juchiteco y tehuano respectivamente. Pero una vez que ‘los polkos’ perdieron el dominio en la Entidad, los líderes zapotecas decidieron reincorporarse.

El segundo intento quedó plasmado en el plan del 10 de enero de 1851, firmado por Meléndez, que tiene como antecedente inmediato la rebelión que él comenzara el 14 de abril de 1850 en el pueblo de Juchitán. En esta ocasión la guerra duró varios años y finalizó con la toma de la ciudad de Oaxaca en febrero de 1853. Como parte de las negociaciones con el Presidente de la República, el Istmo fue proclamado Territorio Federal el 29 de mayo de ese año, siendo su primer Gobernador el tehuantepecano Máximo Ramón Ortiz. De esta etapa los personajes centrales fueron Meléndez y Ortiz.

En 1857 existieron graves tensiones entre los dirigentes istmeños y las autoridades de Oaxaca, que fueron medianamente resueltas mediante una serie de maniobras políticas, como elevar a Juchitán a la categoría de Villa y a Tehuantepec a la de Ciudad.

Heliodoro Charis Castro
El tercer intento por la independencia del Istmo fue el que encabezó Albino Jiménez (Binu Gada), que dio comienzo en septiembre de 1870 en Juchitán, y que fue secundado por el pueblo de San Blas. Aunque en esa ocasión las razones aparentes fueron de índole fiscal, los principales actores sabían que el motivo de fondo era la anhelada autonomía política, como dejaron plasmado en diversos documentos.
El cuarto intento fue el que encabezó Miguel Petriz en Tehuantepec, diez años después (en 1880). Ésta, al igual que la rebelión anterior, tuvo como razón aparente los altos impuestos que el Gobierno del Estado pretendía cobrar a los istmeños, pero como trasfondo cierto la autonomía política. Aunque dicha rebelión no tuvo gran trascendencia, debe ser tomada en cuenta en la larga lucha por la autonomía regional; tal como la de Ignacio Nicolás (Mexu Chele), quien se levantó en armas dos años después (1882), en Juchitán, por las razones anteriores, constituyendo el quinto intento por segregar el Istmo de Oaxaca.

Con la ‘paz porfiriana’ los pueblos istmeños vivieron en relativa calma. No obstante, una vez que Porfirio Díaz dejó el poder, todo el país comenzó a convulsionar y nuestra región no fue la excepción. El 2 noviembre 1911 se levantó en armas el licenciado José F. Gómez (Che Gómez) en Juchitán, siendo secundado por habitantes de muchos pueblos zapotecas aledaños. Las razones de esta lucha eran de carácter político, pues se exigía la democratización de las autoridades y la independencia del Istmo con respecto Oaxaca, como ha sido bien documentado. Este fue el sexto intento, que terminó con el asesinato de ‘Che Gómez’ en diciembre de 1911. 

Rebeldes chegomistas en 1911
La séptima tentativa fue del juchiteco Adolfo C. Gurrión en 1912. Ella no fue de carácter violento, sino mediante el uso de la palabra, ya que el profesor Gurrión era Diputado Federal. En varios de sus discursos dejó ver sus intenciones de solicitar formalmente la secesión de los Distritos de Juchitán y de Tehuantepec para constituir un Territorio Federal, pero fue asesinado antes de que lo consiguiera. Casi a la par, el tehuano Manuel Garfias Salinas publicó un periódico llamado ‘El Istmo Libre’, donde impulsaba la misma idea separatista, y que podríamos considerar como el octavo intento. 

En 1917, los Diputados zapotecas José F. Gómez hijo (juchiteco) y Crisóforo Rivera Cabrera (tehuantepecano) solicitaron formalmente al Congreso Constituyente, reunido en Querétaro, la creación de un Territorio Federal, dando razones históricas, económicas, políticas y étnicas para conseguirlo, lo cual no fue posible, a pesar de las promesas hechas por Venustiano Carranza a los zapotecas istmeños durante la lucha revolucionaria. Este fue el noveno intento.

La décima ocasión fue nuevamente de carácter militar. El joven Heliodoro Charis Castro proclamó el Plan de San Vicente en la ciudad de Juchitán a finales de 1919. Charis aglutinó tras dicha bandera a un gran número de personas de diferentes poblaciones, logrando derrotar a los carrancistas en mayo del año siguiente. No obstante, la coyuntura política alejó a Charis de la región del Istmo, convirtiéndolo en un destacado General de División, impidiendo que llevara a término su intención original.

La onceava intentona por separar al Istmo de Oaxaca la encabezaron dos médicos juchitecos, Valentín Carrasco y Roque Robles, para lo que contaron con el apoyo resuelto de Heliodoro Charis Castro, quien les proporcionó armas y su prestigio. Esta rebelión fracasó y los líderes fueron asesinados en mayo de 1931.

Escudo Comité Melendre
El penúltimo intento separatista fue el que encabezó el eminente médico cirujano originario de San Blas Atempa, Facundo Génico Salinas en la década de los sesentas. A su muerte, se fundó una asociación que se denominó Comité Pro Creación del Territorio o Estado del Istmo en su pueblo natal. Él, al igual que casi todos sus antecesores, murió violentamente por “razones políticas”. Se sabe que Génico fue médico de cabecera del General Heliodoro Charis Castro y, en cierta medida, su ahijado político, de donde retomó la idea secesionista. 

El más reciente intento por crear un Estado Libre y Soberano comenzó en el año 2004 con la fundación del Comité Pro Independencia del Istmo “Che Gorio Melendre”, que en 2006 cambió su nombre a Comité Autonomista Zapoteca “Che Gorio Melendre”. A diferencia de los grupos o líderes anteriores, el Comité Melendre ―como también se denomina―, propugna la idea de crear una Entidad Federativa donde estén aglutinadas todas las poblaciones zapotecas. Es este caso pulen el postulado original, que pasa de querer la conformación de un Estado que tenga como base una delimitación geográfica, a uno que tenga como fundamento la identidad étnica. Este sería el treceavo intento por lograr aquél viejo sueño que comenzara José Gregorio Meléndez en 1847…