Nutria neotropical. Fuente: Reproducción y extinción. |
Cuando los zapotecas llegaron a la planicie costera del Istmo de Tehuantepec, hallaron dos ríos caudalosos. Uno de ellos es el famoso Río Grande, que pasa entre dos altos cerros: el de Las Pilas y el de Guiengola. Sus aguas alimentaron durante varios meses a los valientes guerreros que combatieron contra los mexicas por defender el reino zapoteca. Este río, también conocido como Guiigu’ ro’ Guizii, pasa cerca de Mixtequilla, pueblo fresco, donde se sembraba cacao; que alguna vez fue propiedad de los últimos reyes binnizá. Finalmente, atraviesa apaciblemente la ciudad de Tehuantepec, para transitar al lado de la Villa de San Blas Atempa.