Matanza en Iguala

Gubidxa Guerrero 

[Texto publicado en Enfoque Diario, el lunes 29/Sep/2014]

La noche del viernes y la madrugada del sábado fueron asesinadas seis personas en el municipio de Iguala, Guerrero, cuna de la bandera mexicana, lugar donde se firmó el Plan de Iguala entre Agustín de Iturbide y Vicente Guerrero. 

Varias de las personas ultimadas estudiaban en la Normal de Ayotzinapa, famosa por los bloqueos que realizan sus alumnos en la Autopista del Sol, que comunica el Distrito Federal con el puerto de Acapulco.


Un comando armado, apoyado aparentemente por policías municipales de Iguala, atacó varios autobuses. Previamente los normalistas habían secuestrado camiones Costa Line para regresar a su zona de origen, en los alrededores de Tixtla.

Quizás alguien vio la oportunidad de disparar a los normalistas, con el argumento de que éstos violaban la ley. Lo cierto es que el ataque fue bárbaro e injustificado. 

A la vez que los normalistas, murió un jugador del equipo de fútbol ‘Los Avispones’, así como el chofer que los trasladaba. Estos hechos ocurrieron en la carretera Iguala-Chilpancingo, al parecer por haber sido confundidos con normalistas.

A los hechos sangrientos de este fin de semana sólo encuentro una explicación: un intento de intimidar a los normalistas y profesores del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) que pertenecen a la Coordinadora Nacional (CNTE). La pregunta del millón es: ¿quién o quiénes deseaban mandar un mensaje sangriento a los normalistas y a sus profesores?

El dedo de los trabajadores de la CNTE señalará al “Estado represor”. Pero lo anterior resulta un tanto simplista, sabiendo el efecto negativo que la matanza tendrá para la opinión pública. Además, el gobierno mexicano ha puesto en marcha un operativo para detener a los presuntos implicados. Al momento, están detenidos 22 elementos de la Policía Preventiva de Iguala.

El segundo grupo sospechoso se encuentra entre el empresariado guerrerense, ya que suelen ser los más afectados cada que los estudiantes se movilizan y bloquean la Autopista del Sol. Con ello se pretendería mandar un mensaje terrible a los futuros movilizados, que si bien no temen al garrote policíaco, puede que se intimiden ante las balas asesinas.

El tercer sector sospechoso se encuentra entre el crimen organizado. Los secuestradores y narcotraficantes pululan por la zona. Guerrero se ha convertido en un nido de delincuentes, mismo que ha crecido con la embestida que sufrieron los Caballeros Templarios en el vecino Estado de Michoacán.

En estos días estarán difundiéndose distintas versiones acerca de los hechos. Es importante estar al pendiente de las pruebas que se aporten, para que los homicidios no queden impunes. 

El camino para resolver las disputas sociales o estudiantiles no está en las armas. El Estado dispone de todas las herramientas para garantizar la paz con justicia. Es cuestión de que las use con inteligencia. Los hechos de Iguala son absolutamente condenables.