Hacia la autonomía telefónica

Talea de Castro, municipio zapoteca de la Sierra Norte
Gubidxa Guerrero

[Texto publicado en Enfoque Diario el miércoles 21/Ago/2013]

A mediados de junio comenzó a suscitarse un grave problema en Juchitán. Miles de líneas de teléfonos móviles comenzaron a colapsar. Al principio, nadie entendía muy bien lo que pasaba. Hubo pleitos maritales; problemas con las tareas en la escuela, en la casa y con la pareja sentimental.
     La terrible falla de la red de Telcel sirvió, también, como magnífico pretexto para quienes deseaban desentenderse de alguien: “no salían las llamadas”, podría justificarse cualquiera. Y nadie osaría objetarlo.
     Estamos a mediados de agosto y las cosas no han mejorado. Si bien hubo una repentina vuelta a la normalidad, sólo duró pocos días. Las cosas siguen muy mal y no se ve para cuándo mejoren. 
     Lo grave es que quienes pagan altas tarifas mensuales continúan devengando cantidades exorbitantes, si las comparamos con lo que se paga en la mayoría de los países. Quienes utilizan tarjetas o recargas sencillas, simplemente se ahorran cierta cantidad por un servicio casi inexistente.
     “Todo México es territorio Telcel”, dice el slogan publicitario de una de las empresas más exitosas de Carlos Slim. Pero esta afirmación es falaz, ya que existen amplias zonas de nuestro país sin servicio de telefonía celular, por la sencilla razón de no ser un mercado del que se puedan obtener jugosas ganancias. No existe una visión compensatoria por los miles de millones de dólares que dicha empresa obtiene por la venta de fichas Amigo. Y hablo de Telcel, porque es la empresa que aventaja a todas las demás en el rubro. Pero lo que a altas tarifas se refiere, todas pecan de lo mismo.
      La dependencia del teléfono móvil, como herramienta de la vida cotidiana, nos hace presas de compañías voraces. Pero esto cambió en una comunidad del país...
     Un pueblo zapoteca serrano está poniendo el ejemplo al resto de los mexicanos. Talea de Castro, municipio enclavado en la Sierra Norte logró instalar y operar su propia red de telefonía celular.
     Luego de solicitar reiteradamente el servicio a las grandes empresas del ramo, y de que éstas se lo negaran por “incosteable”, el pueblo decidió tomar la comunicación en sus manos. 
     Ahora la tarifa mensual es de $15.00 (quince pesos). Se pueden realizar llamadas ilimitadas, con la condición de que duren menos de cinco minutos, para no saturar las líneas.
     Durante esta semana varios medios nacionales y extranjeros refirieron la noticia que seguramente preocupará a Telcel, Movistar y Unefón. Con esto, los zapotecas serranos están demostrando que es posible romper los monopolios, siempre que se cuente con la voluntad, el talento, y el permiso de las autoridades correspondientes.
     Es probable que otros pueblos apartados imiten el buen ejemplo de Talea; pero la pregunta es, ¿el Estado Mexicano autorizará este modelo de comunicación comunitaria? 
     Por lo pronto, sería bueno que en Juchitán se tomara nota de este ejercicio. Más ahora, que Telcel no se ve muy preocupada por resolver el problema en su red…