Gubidxa Guerrero
Mucho revuelo causó en el mundo la mesa de negociación entre la República Islámica de Irán y las principales potencias mundiales.
El objetivo primordial era conseguir un acuerdo que garantizara a ciertos países que Irán no fabricará una bomba nuclear, a la vez que permita a la nación persa comerciar con el mundo después del levantamiento de sanciones.
El principal opositor a este acuerdo es Benjamín Netanyahu, Primer Ministro del Estado de Israel, que en aras de impedirlo viajó a Estados Unidos para pronunciar un discurso ante el Congreso, sin invitación de la Casa Blanca, lo que viola el protocolo diplomático de cualquier país respetable. Además, tenía como otro de sus propósitos fortalecerse ante la opinión pública de su país, a unos días de las elecciones que terminaron favoreciéndole.
Desde hace veinte años Netanyahu viene repitiendo que Irán está "a meses" de obtener un arma nuclear. Durante ese tiempo el régimen de los Ayatolas no ha invadido ningún país, mientras Israel ha perpetrado ataques inhumanos contra Palestina y Líbano, causando más de tres mil muertes.
Pero entonces, ¿a qué se debe el empeño de impedir un entendimiento entre el grupo del G5+1 e Irán? A que un levantamiento de sanciones permitirá que la antigua Persia se fortalezca financiera y, por tanto, militarmente. Lo realmente preocupante no es la bomba, sino la capacidad misilística iraní y su apoyo a los movimientos de resistencia.
Los principales analistas afirman que Irán jamás ha deseado tener una bomba atómica. Después de todo, sabe que Israel cuenta con un par de centenares de ojivas, que son suficiente medio de disuasión. La cuestión nuclear ha servido únicamente como moneda de cambio para que Irán negocie y se le reconozca el estatus de potencia regional, cosa que este acuerdo le está permitiendo.
El plan estratégico de EE.UU. hace más de una década era eliminar los gobiernos de Afganistán, Irák, Libia, Líbano, Siria e Irán. Lo consiguió con los tres primeros. Topó con pared ante los últimos, sobre todo, después de que Hezbolá defendió la integridad territorial y política de Líbano.
Parece que tarde nuestro vecino del norte está reconociendo que no puede vencer al 'Eje de la Resistencia', y está optando por llegar a un saludable entendimiento.
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Texto publicado en Enfoque Diario el miércoles 08/Abr/2015.