Es tiempo de los ciudadanos

Gubidxa Guerrero 

Anteriormente hablar de ‘pueblo’ implicaba hacer una generalización acertada. El ‘pueblo’ tal o cuál, actuada de cierta manera, pensaba de determinada forma, tenía costumbres particulares. Posteriormente comenzó a hablarse de ‘partido’ o de facciones. Tal ‘partido’ proponía determinada idea, enarbolaba ciertas causas. Después comenzó a hablarse de ‘sindicato’ o de gremios; que de profesores, transportistas, trabajadores del ayuntamiento, etc. Hasta que la sociedad en su conjunto terminó desmembrada.

Hoy en día los grupos o personajes poderosos velan únicamente por sus intereses. Se considera legítimo que un gremio luche sólo por sus causas. La palabra ‘pueblo’ ha perdido el sentido de englobar a toda la colectividad. Se volvió demagogia, pues en la práctica la inmensa mayoría de grupos que dicen representar la voz del ‘pueblo’ en realidad representan la suya propia.

El auténtico ‘pueblo’ está desorganizado, pareciera que no tuviera dinámica. Por ello desde hace años ha comenzado a hablarse de los ‘ciudadanos’; es decir, de todas aquellas personas que no militan en ningún partido político, o que a pesar de pertenecer a ciertos gremios, anteponen el interés general al particular. Ahora el ‘pueblo’ son los ‘ciudadanos’. Eso sí: desorganizados.

¿Pero quién vela por los intereses del ‘pueblo-ciudadanía’?; ¿quién hace escuchar su voz?; ¿quién lucha por ellos? 

Disputa israelí-libanesa por Karish

Gubidxa Guerrero

Un nuevo frente de guerra se abre en el mundo. En la frontera entre el Estado de Israel y la República de Líbano se oyen cantos bélicos. La cuestión no es menor: la disputa por los derechos de explotación de hidrocarburos.

Israel y Líbano comparten frontera terrestre y marítima. Resulta que frente a las costas de ambos países se encuentran yacimientos de gas y petróleo. Los del lado israelí tienen algunos años de explotación. Del lado libanés cuentan con menor tiempo. Sin embargo, uno de los yacimientos más importantes, el de Karish, es compartido. Significa que se ubica bajo las aguas limítrofes. Ello ha propiciado rondas negociadoras con mediación estadounidense.

La caza

Gubidxa Guerrero

[Texto publicado en el el libro colectivo: Xhquíchi ca bidxaa / Libro de los metamorfoseados, Editorial Praxis, México, 2004. ISBN 970-682-210-0.

Cierta anciana me contaba una tarde, bajo unos enormes tamarindos que se mecían con la brisa del sur llamada por nosotros binisa, que cuando niña era más frecuente saber de los nahuales. Me relató que entre sus mejores logros estuvo haber atrapado a uno.

En Juchitán aún existe la creencia de que la sombra de una persona es especial. En ella, además, se localiza un punto débil de los bidxaa; esto significa que por medio de la sombra puede agarrárseles. Nuestra relatora señaló que una tarde, hace más de siete décadas, mientras jugaba en el patio de su casa, de tierra apisonada toda ella, advirtió la llegada de una octogenaria mujer de quien se sospechaba la capacidad de metamorfosearse. La niña observó con curiosidad atenta los movimientos de la recién venida, sabiendo que si alguien pinchaba una espina o aguja sobre la sombra de un brujo (como erróneamente algunos les denominan) éste quedaba imposibilitado para moverse. La pequeña intentó aplicar la técnica aprendida de oídas entre sus amigas y, acercándose a la silla donde se encontraba la majestuosa señora, colocó una espina justo enmedio de la sombra que su cuerpo a contraluz presentaba. 

Pasada unas horas, la mujer no se levantaba de su silla. La anfitriona ya  revelaba cierta desesperación por despedir a la visita, cuando en ese instante tuvo que retirarse por unos minutos; lapso que fue aprovechado por la anciana para reprender duramente a la niña juguetona, quien al ser regañada tuvo que reconocer su travesura y removió la punta de la tierra obscura, todavía húmeda.

Nunca contó a sus padres lo ocurrido, pero desde entonces mostró gran respeto por la mujer a quien había descubierto y aprehendido.


Rusia saldrá victoriosa

Rusia está siendo excluida de eventos deportivos de carácter internacional, tales como el Mundial de fútbol, organizado por la FIFA. También se le excluye del sistema internacional de pagos y de muchos otros mecanismos de participación y de comercio mundial, lo que repercutirá negativamente en su economía.