Mariano Vicente candidato al que los tribunales arrebataran la victoria |
Gubidxa Guerrero
[Texto publicado en Enfoque Diario, el viernes 27/Dic/2013]
Tres instancias abofetearon la voluntad de los habitantes de Salina Cruz: el Tribunal Estatal Electoral; la Sala Regional, con sede en Xalapa, Veracruz, del Tribunal Federal del Poder Judicial de la Federación; y la Sala Superior del antedicho tribunal, con sede en el Distrito Federal. Todas ellas ratificaron el triunfo de Rosa Nidia Villalobos, candidata del PRI-PVEM a la presidencia municipal del puerto; una victoria que no obtuvo en las urnas, sino mediante la argucia legal que anuló varias casillas del vencedor en los comicios, Mariano Vicente, abanderado del Partido Nueva Alianza (Panal).
Lo escribí la semana pasada y lo reitero hoy: “más allá de tecnicismos jurídicos, me parece que el asunto de fondo es meramente político, y deja claro que la democracia sólo es válida para los grandes jugadores. Lo que el presente caso nos enseña es que si alguien surgido de la nada se atreve a desafiar a la partidocracia tradicional, difícilmente podrá salirse con la suya. Ahí estarán los tribunales listos para impedir, con las reglas en la mano (que casi siempre aplican ‘a modo’), la materialización de la voluntad popular. Faltaba más”.
Cuando redacté lo anterior, todavía guardaba la esperanza de que se hicieran valer los argumentos, en lugar de los arreglos al más alto nivel. Desafortunadamente ganó la partidocracia.
No conozco al médico Mariano Vicente. Jamás he cruzado palabra con él. Tampoco simpatizo con el partido que lo postuló. Pero me sorprendió el apoyo que encontró en miles de ciudadanos salinacrucenses cansados de ser gobernados por los partidos de siempre: PRI, PAN y PRD. La victoria sorpresiva del “médico de los pobres” confirmó, de algún modo, el desencanto con los políticos tradicionales que con los años traicionaron, en su mayoría, la confianza de los ciudadanos.
Me pareció indignante la manera en que se aliaron contra Mariano Vicente los partidos que en julio habían contendido entre sí. Tanto el PRI, PVEM, como el PAN, PRD y PT impugnaron la elección, contribuyendo a que los tribunales anularan las casillas que revirtieron los resultados. Fue increíble que institutos políticos que siempre se han opuesto al priísmo, prefirieran que dicho partido llegase al palacio municipal en lugar que lo hiciera un personaje apenas conocido: Mariano Vicente.
El golpe no se dio contra una persona ni contra un equipo de campaña. El golpe fue en contra de la credibilidad de las instituciones electorales. El golpe fue a la ciudadanía que creyó que podría cambiar de gobierno municipal por la vía pacífica y civilizada.
No sólo Salina Cruz está de luto. También la incipiente democracia istmeña. Y ello se debe a la ambición de unos cuantos, que humillaron al pueblo porque quieren y porque pueden. Por ahora.