De ex presidentes a ex presidentes


Gubidxa Guerrero

[Texto publicado en Enfoque Diario, el lunes 04/Nov/2013]

Cada cierto período de tiempo alguien suelta el dato de cuánto cuesta a los contribuyentes la manutención de los ex presidentes de la República. Con asombro, la gente se entera de todo lo que el Estado mexicano destina a facilitar la vida de quienes gobernaron nuestro país por seis años cada uno.

Es común escuchar la exigencia de algunos sectores de la población, con respecto que se elimine la pensión vitalicia a los ex mandatarios como si, con ello, éstos dejarán de sangrar al erario. Tal vez no sepan que, además de la famosa pensión, un ex presidente tiene derecho a varios colaboradores y guardias de por vida... 

Cada que leo sobre el tema me río de la ingenuidad mayoritaria. Me he atrevido a afirmar que conozco a ex presidentes que cuestan más caro a los contribuyentes que Echeverría, Zedillo, Salinas, Fox y Calderón juntos. Me refiero a los ex presidentes municipales de Juchitán: cada uno de ellos representa una erogación multimillonaria, que recae no en un país de cien millones de habitantes, sino en una ciudad de apenas cien mil personas.

Haciendo cuentas, cada ex presidente y sus "colaboradores" (que en este caso, resultan ser los cientos de trabajadores que tiene en nómina, mucho de los cuales jamás pisaron el Palacio Municipal) cuesta cientos de miles de pesos al mes. Según palabras del actual presidente municipal de Juchitán, Daniel Gurrión Matías, la erogación asciende a ¡dos millones de pesos! Si a eso sumamos obras públicas asignadas por dedazo (pues casi todos tienen sus empresas constructoras) la cifra se eleva significativamente. 

El presupuesto de Juchitán de Zaragoza es uno de los más abultados del Estado de Oaxaca. Pero de lo destinado al municipio, buena parte se queda en los bolsillos de algunos políticos. Por eso, no vemos mejoras reales y seguimos padeciendo la inseguridad y la falta de servicios elementales, como la recolección de basura. 

Antes de cuestionar a los ilustrísimos titulares del Poder Ejecutivo Federal, preguntemos por nuestros alcaldes de pueblo. A veces, como en la película La Ley de Herodes, se sirven con una cuchara más grande que aquéllos. Hasta Salinas se queda corto.