Gubidxa Guerrero
[Texto publicado en Enfoque Diario, el martes 05/Nov/2013]
Mientras miles de capitalinos se siguen quejando por el plantón en el Monumento a la Revolución; mientras el regreso a clases no ha dejado satisfechos a todos, y continúan los conflictos en varios municipios del Estado de Oaxaca; en las escuelas normales se viven procesos singulares.
Hace algunos días supimos de cómo varios integrantes de la Sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE. O la ‘Coordinadora’, es decir, la CNTE cuando andan en lucha) fueron humillados por alumnos normalistas en la ciudad de Oaxaca. Una representación estudiantil exigía que los alumnos que no participaron en las movilizaciones de agosto-octubre en el Distrito Federal no fueran beneficiados por las “conquistas” del movimiento.
Lo anterior no podía ser concedido por la cúpula sindical, pues contraviene derechos elementales y supondría un duro golpe mediático en contra del discurso de la educación popular. Los beneficios otorgados por el Estado Mexicano (traducción: por los millones de contribuyentes de este país) a un sector de la población no pueden entregarse bajo criterios políticos. Al menos no puede hacerse así de cara a la ciudadanía.
Por dicha razón el liderazgo de la Sección 22 no podía conceder lo que ciertos estudiantes exigían. Se les caería el espectáculo. Pero las razones, de elemental sentido político, no pudieron ser comprendidas por algunos aspirantes a profesores, quienes retuvieron a los docentes que habían ido a dialogar con ellos. No sólo los encerraron, como muchos grupos políticos suelen hacer, sino que les impidieron ir a los sanitarios a hacer sus necesidades fisiológicas. Los retenidos tuvieron que defecar en un bote, al interior de un salón. Como algunos manifestaron, ni la misma Sección 22 ha incurrido en tales excesos…
Ayer lunes, la Escuela Normal, con sede en Ixtepec, cerró puertas. El Comité Estudiantil determinó que las clases no podían continuar hasta no dar solución a sus demandas.
Quien ha padecido los constantes paros en toda la Entidad no puede más que mirar con ironía cómo los propios estudiantes se pegan un tiro en el pie. Mientras el país camina en un sentido, mientras que la evaluación está en puerta y las plazas magisteriales escasean, en el Istmo hay quienes se empeñan en ir para atrás. No los culpo. Bien lo dice el dicho: cría cuervos y te sacarán los ojos.