Opinión: Los patos a las escopetas, o ironías de la política local

Si se aplica la ley, habría de empezar con los mismos
mototaxistas que hoy se manifiestan. Foto de archivo. 



Gubidxa Guerrero

[Texto publicado en Enfoque Diario, el martes 29/Ene/2013]
Hace pocos días marcharon cientos de mototaxistas en Juchitán. El fenómeno, cada vez más usual en la tierra del General Charis, fue para exigir la aplicación de la ley en contra de los vehículos “pirata”.
     Aunque el asunto parece una broma, lo cierto es que los sempiternos líderes de la otrora digna COCEI, instruyeron a sus operadores para que sacaran a las calles a los cientos de militantes. 
     Dentro de la tragicomedia istmeña este asunto es especial, pues quienes se han caracterizado por el uso descarado de la violencia, suplican porque cesen las amenazas contra sus líderes. 
     Uno de los propósitos por el que supuestamente marcharon los conductores de varias organizaciones, fue para responsabilizar ante el mundo a Héctor Matus Martínez, de cualquier agresión que sufran sus dirigentes.
     Pero, un momento: ¿No fueron los mototaxistas cercanos a la COCEI los que saquearon y destrozaron una farmacia del político priísta, popularmente conocido como Garnacha? ¿No fueron personas cercanas a dos conocidos dirigentes, quienes agredieron físicamente a Carlos Beedxe’, coordinador de Radio Totopo? ¿No fue el comunicador de Canal 10, José Luis López, golpeado igualmente hace casi un año?
     La sociedad vive en la zozobra por el temor que infunden algunos personajes. Y si bien, la condena no debe generalizarse, tampoco deben voltearse los papeles como por arte de magia, pues para todos es sencillo determinar cuál ha sido la parte agresora en este asunto.
     Y con respecto los vehículos “pirata”… Si se comienza a aplicar la ley, habrá de iniciar con los mismos mototaxistas que hoy se creen “legales” (porque los respalda un documento obtenido a base de cierres carreteros). ¿O se han olvidado de cómo ellos mismos exigían el derecho de ganarse honradamente el pan para sus familias?
     Sin embargo, detrás de todo este embrollo hay una sola cosa: las elecciones municipales. Los aspirantes a la presidencia se valdrán de cualquier pretexto para mostrar el músculo. No importa que el pueblo no les crea una sola palabra, ni que hayan resultado peor que lo que en su momento combatieron. El mensaje no va para la ciudadanía, sino para los adversarios políticos, o los prospectos de amigos, en caso de que deseen una alianza.
     La política regional ha descendido de nivel. La ciudad que alguna vez fue faro para muchos pueblos de México, hoy vive sumida en las peores prácticas clientelares. Lástima.