Insulto a China

Gubidxa Guerrero 

No hay peor cosa que violar los acuerdos. No hay gobierno más inepto que el que desconoce sus propias leyes. Tal parece que el gobierno mexicano se ha disparado al propio pie al cancelar el proyecto del tren México-Querétaro que había ganado en licitación el consorcio chino Railway Construction.

En previsión al escándalo que se desataría pocos días después por una sospechosa compra de cierto inmueble en Las Lomas de Chapultepec, Enrique Peña Nieto, Presidente de la República, dio marcha atrás al proyecto para la construcción de un tren de alta velocidad, mismo que costaría 3 mil 750 millones de dólares

¡¿En qué estaba pensando?! ¿No dijo nuestro ilustrísimo mandatario que fue a China --dejando la grave crisis política de nuestro país-- “para atraer inversiones”? ¿Qué inversionistas confiarán en nuestro país si por tapar un escándalo, al que los chinos son ajenos, se desconoce el resultado de una licitación debidamente ganada? Por tonterías menores han renunciado presidentes de otros países…  

Para mayor vergüenza, el titular del Ejecutivo fue a casa de quienes acaba de insultar. Y el asunto no es menor, porque este martes el Primer Ministro chino, Li Keqiang, dijo que lamenta la decisión de México de revocar el contrato ofrecido a firmas chinas y que desearía que las compañías de ese país sean tratadas justamente. El consorcio había ganado a principios de mes los derechos para construir y operar la vía de 210 kilómetros de extensión entre la capital mexicana y la ciudad de Querétaro.

Apenas este viernes el Secretario de Comunicaciones y Transportes, Gerardo Ruiz Esparza, declaró a un periodista mexicano: “Quizás no sea lo mejor para México, quizás no sea lo mejor en un momento dado para que este proyecto se ponga en marcha, pero creo que es lo mejor para que no haya cuestionamientos de ningún tipo”.

“El procedimiento fue un procedimiento legal, apegado a tiempos legales, apegado a procedimientos legales, apegado a las normas legales para tener certificación, con testigo social, con el órgano interno de control, con la empresa que dictaminó el fallo, que es una empresa española de talla mundial que vio que se apegaba en todas las cuestiones”.

Con respecto los chinos, dijo: “No solamente cumplieron con la oferta, mandaron técnicos a trabajar a México desde que se les hizo la invitación, como se le hizo a todo mundo, de que venía una licitación del tren, ellos mandaron técnicos para preparar su oferta con toda formalidad. Son los más grandes constructores del mundo de trenes de alta velocidad, el consorcio que participó tiene más de 11 mil kilómetros de trenes de alta velocidad construidos. Era buen proyecto, era buen plazo, era buena empresa, y es legal que haya una sola empresa”.

¿Y entonces? Querían evitar que se cuestionara la honorabilidad del Presidente porque Angélica Rivera, la llamada Primera Dama, compró una casa de más de 70 millones de pesos que, por cierto no acaba de pagar, con una inmobiliaria mexicana que también trabajará en el proyecto. 

¿Y qué culpa tienen los chinos de que la esposa del Presiente se jacte de la casota que adquirió en Las Lomas para ampliar su residencia? ¿Qué culpa tenemos los mexicanos de la vergüenza que nos está haciendo pasar Peña Nieto en el lejano Oriente? Vamos de mal en peor.   


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Texto publicado en Enfoque Diario el miércoles 12/Nov/2014.