El muro de Hezbolá

Hassan Nasralá, líder máximo de Hezbolá, el 'Partido de Dios'.


Gubidxa Guerrero

“En 2006, dos idiotas, Ehud Olmert [entonces Primer Ministro] y Amir Peretz [Ministro de Defensa en tal año] cometieron un grave error lanzando su guerra contra Hezbolá. Hoy les digo a los israelíes: tienen de nuevo dos idiotas, [Benjamín] Netanyahu y [Ehud] Barak que amenazan con atacar Irán”. Palabras del Jeque Hassan Nasralá, máximo líder del ‘Partido de Dios’, Hezbolá, en su alocución por el Día Mundial de Al Quds (Jerusalén).  

 

Mientras en los distintos países nos debatimos en conflictos partidistas o minucias de política interior, el mundo corre el preocupante riesgo de que se desencadene una guerra de consecuencias impredecibles, que tendría como principales actores al Estado de Israel y a la República Islámica de Irán. El primero de ellos tendría como aliado a la potencia más poderosa del orbe, Estados Unidos de América, mas una parte de la Unión Europea; Irán, por su parte, contaría con el apoyo decidido de las guerrillas de Líbano y Palestina (especialmente en Franja de Gaza, donde gobierna Hamás), así como el apoyo, vedado o abierto, de Rusia y China.
 
Israel ha denunciado en distintos foros internacionales la supuesta intención del gobierno iraní de construir una bomba nuclear. Sin embargo, los persas han negado lo anterior, aduciendo el derecho que su país tiene de desarrollar tecnología nuclear con fines pacíficos. Por su parte los iraníes han criticado el doble racero con que las potencias occidentales tratan el tema, pues mientras nadie cuestiona al Estado de Israel por poseer aproximadamente 200 artefactos nucleares, todos sancionan a Irán por su supuesta intención.
En caso de un conflicto armado, el mundo se vería afectado. Por las costas de Irán (el Estrecho de Ormuz) pasa buena parte del petróleo del mundo; flujo que muy probablemente se vería suspendido en caso de desencadenarse una guerra. 
Pero, ¿qué tiene que ver Hezbolá en todo esto? Que hasta ahora es el único grupo armado que ha derrotado al Ejército israelí. Primero, cuando en el año 2000 lo obligó a desalojar Líbano sin necesidad de un acuerdo de paz; en seguida cuando le causó más de 150 bajas entre sus soldados durante la ‘Segunda Guerra del Líbano’ en 2006.
Hassan Nasralá es un hombre sumamente respetado por aliados y adversarios. Hasta el día de hoy nunca ha errado un pronóstico. Por eso las autoridades y la población de las ciudades hebreas tomarán muy en serio sus declaraciones, tal como la siguiente: “El precio de una guerra contra Líbano será muy caro. Harán de su vida un infierno. No se hablará de centenares de víctimas sino de decenas de miles”.
En momentos en que el mundo está al borde del abismo, la afirmación anterior sirve de ayuda, pues podría generar un clima de temor en el país agresor, que influiría para que sus autoridades desistieran del ataque contra Irán. En eso consiste el valor de la disuasión. Estaremos al pendiente.

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Texto publicado en Enfoque Diario el lunes 20/Ago/2012.