Gubidxa Guerrero
[Texto publicado en Enfoque Diario, el jueves 23/Ene/2014]
Una muy buena noticia. Una importante vialidad que estuvo cerrada por más de dos meses en la ciudad de Juchitán acaba de ser abierta a la circulación.
Ayer miércoles los vecinos de la avenida Miguel Hidalgo, entre las calles Independencia y Reforma, retiraron los tubos y cadenas que obstruían el paso a los vehículos. En cuestión de minutos quedó abierta a la circulación.
Previamente fue barrida la calle y pintados los adoquines. Como se recordará, los vecinos la cerraron luego de que dos grupos de mototaxistas instalarán sus bases y la hicieran de doble sentido (cuando va originalmente de poniente a oriente).
El problema no inició con esta administración. Debe mencionarse que el bloqueo de esta vialidad se dio durante los últimos meses del gobierno de Daniel Gurrión Matías, quien no pudo resolverlo, aunque se presentó en varias ocasiones al lugar a dialogar con los vecinos.
Quien también acudió al sitio, y tampoco logró el cometido, es Saúl Vicente Vázquez, en ese entonces presidente municipal electo de Juchitán.
Afortunadamente el ahora alcalde le dio suficiente importancia al problema, que afectaba a miles de juchitecos, toda vez que esa avenida era una de las más transitadas, y pudo encontrarse una solución sencilla: cumplir lo que los vecinos pedían desde el inicio.
¿Qué se necesitaba para resolver el problema? La disposición de algunos líderes y regidores coceístas, quienes coincidentemente dirigen a esos grupos de mototaxistas a los que me he referido. Es decir, parte del mismo cabildo tuvo que firmar los acuerdos con los ciudadanos, comprometiéndose a respetar el sentido de la calle y a no instalar bases de mototaxis en la zona.
Resulta irónico que quienes gobiernan una de las ciudades más importantes del Estado de Oaxaca sean parte del problema y sean ellos mismos quienes tengan que "resolverlo".
De cualquier manera se celebra que esta piedra en el zapato de la actual administración haya sido sacada de buena manera. Fue el diálogo el que imperó.
Ahora falta que el remedio no resulte peor que la enfermedad y no sea utilizado como pretexto por algunos líderes para violar acuerdos previos de no circular por el centro de Juchitán. Ojalá.