Los líderes de la COCEI están nerviosos |
Gubidxa Guerrero
[Texto publicado en Enfoque Diario, el lunes 9/Dic/2013]
En julio se llevaron a cabo las elecciones municipales en Juchitán, así como en todo el Estado de Oaxaca y otras regiones del país. Los pronósticos se cumplieron con la victoria de Saúl Vicente Vázquez, abanderado de todos los grupos que se autodenominan COCEI, en contra de Héctor Matus Martínez, candidato del PRI y de un inexistente Partido Verde.
El triunfo, que parecía anticipado, se complicó en campaña porque el aspirante de la “izquierda” juchiteca no levantaba. Mientras tanto, Matus Martínez, que arrancó desde el suelo, fue sumando poco a poco adhesiones. De haberse prolongado un poco más los tiempos electorales, tal vez el resultado habría sido otro. De haberse adelantado, quizás no se hubiesen perpetrado las torpezas que se cometieron.
Si hoy existe incertidumbre acerca del futuro de Juchitán, se debe principalmente a la forma en cómo se dieron las elecciones; ya que cuando algunos líderes de la llamada COCEI vieron que su candidato tenía posibilidades reales de perder, hicieron todo lo posible por asegurarse el triunfo, dejando rastros en el camino de las irregularidades en campaña. Hubo de todo, desde el clásico acarreo, hasta compra de credenciales de elector y entrega de despensas al por mayor. Es preciso mencionar que los señalamientos de la ciudadanía fueron en contra de los dos principales contendientes.
Sin embargo, la genuina preocupación orilló a realizar una maniobra burda en Álvaro Obregón, agencia municipal de Juchitán, donde un sector de sus habitantes había anunciado que no permitiría la instalación de casillas, y en donde la misma autoridad electoral había declarado que no existían condiciones para ello.
No obstante, los comicios se llevaron a cabo en dicho lugar con una “aplastante” victoria de Saúl Vicente, misma que despertó muchas dudas; tantas, que el Tribunal Estatal Electoral tuvo que anular las casillas de la población, restando más de 1,200 votos al abanderado del PRD-PT-PAN, y sembrando las dudas legítimas de si toda la elección había estado plagada de parecidas irregularidades.
Ayer marcharon las distintas corrientes de la COCEI ratificando la victoria de su candidato que, afirman, es irreversible. Pero, si estuvieran tan seguros, ¿por qué ocupar anticipadamente el Palacio Municipal previendo una toma de los simpatizantes de Héctor Matus, cuando él mismo ha declarado que no le interesa el edificio? ¿Por qué insistir en la “contundente” victoria si la Sala Regional, con sede en Xalapa, todavía no se pronuncia? ¿Por qué marchar para “ratificar” el triunfo si no hay riesgo de que los resultados cambien?
Con las acciones y declaraciones de los últimos días, los jefes de la COCEI sólo demuestran su nerviosismo, lo que repercute entre la militancia leal, que también comienza a preocuparse.
Mejor es que todos esperen el fallo del Tribunal para saber en qué terminará el asunto y quién despachará, con todas las de la ley, en el corazón de Juchitán. Tan sencillo como tener paciencia.