Gubidxa Guerrero
[Texto publicado en Enfoque Diario el jueves 29/Ago/2013]
Hay un dicho simplista: “El enemigo de mi enemigo, es mi amigo”. Eso parece que muchos izquierdistas aplican en sus relaciones de amor y odio con el gobierno. Aplauden cuanto movimiento antipriísta o antigobiernista haya, olvidándose muchas veces de los contextos locales y/o regionales de las agrupaciones “revolucionarias”.
La Sección 22 es corrupta, como corrupto es el PRI. Somos de aquí y conocemos sus mañas. Y al decir que es corrupta, incurro en una generalización, como generalizamos cuando hablamos del PRI, PAN o del PRD. Obviamente hay excelentes cuadros en las filas de cada organización política, social o empresarial de México. Pero hablamos en la generalidad, según lo que ha dejado ver cada movimiento.
“El enemigo de mi enemigo, es mi amigo”, no aplica en mí. Para su servidor, el hecho de que el PRI o el gobierno federal sean buenos ejemplos de entreguismo, no me impide cuestionar a la Sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), que a lo largo de las últimas décadas ha secuestrado el derecho de millones de personas, con sus movilizaciones torpes, y de millones de niños, con el pésimo desempeño en las aulas. ¿Y sus líderes? Bien, gracias. ¿Y las ventas de plazas? Bien. ¿Esas no se denuncian? ¿Por qué? ¿Es traición a la patria?
Entiendo y me sumo a la exigencia de mejores escuelas, mejores condiciones laborales, y el cese de privilegio de una clase política corrupta. Pero, ¿esa es la lucha de la Sección 22? ¡No! En este momento, no son más que consignas huecas, que a la hora de la negociación quedan fuera.
¿Por qué se critica tanto a los diputados, pero a la primera oportunidad muchos profesores apoyados por el Sindicato se postulan a la legislatura? ¿Por qué se critica tanto al gobierno, pero se negocia con él en términos complacientes sobre temas centrales?
El meollo del presente asunto es el terror que tiene la dirigencia sindical de perder sus privilegios de manipulación sobre más de 70 mil afiliados. Nada más. Pero, obviamente, para conseguir persuadir a los profesores de que los respalden en sus intenciones malsanas, gritan “¡ladrón!” Por ello, he invitado a leer el texto íntegro de la Reforma Educativa. Para que nadie nos engañe. Ni yo, ni otros columnistas.
Hace algunos días, propuse en Facebook un sencillo ejercicio en el que desafortunadamente ningún profesor ha querido participar (y eso que escriben copiosamente en mi Muro). Los conminé a que consulten el texto de la Reforma Educativa, copien y peguen los párrafos privatizadores de la educación o que hablen de que les quitarán sus derechos laborales. Así me demostrarán que miento, o quedarán expuestas las mentiras de sus líderes. Lo pongo nuevamente a su consideración. En el siguiente vínculo podrán leer el documento íntegro: http://issuu.com/lasillarota/docs/reforma-educativa
Se me ha pretendido descalificar diciendo que estoy en contra “de los maestros”. Nada más lejos de la realidad, pues mi madre es profesora y considero el magisterio una de las profesiones más nobles. Estoy en contra de la manipulación de la información, de azuzar a miles de personas con mentiras absurdas; porque lo mismo que hace el gobierno federal y Televisa en muchos otros temas, hace la Sección 22 en éste de la Reforma: mienten y calumnian. Suficiente con que nos mantengamos informados para evitar que nos engañe un Enrique Peña Nieto, un Emilio Azcárraga, o un ilustre dirigente de la Sección 22. Todos ellos tienen intereses, todos ellos negocian, manipulan y juegan con la buena fe de millones.
Cada ciudadano tiene derecho a pensar diferente, por lo que tolero a quienes disienten, sean de la tendencia que sean. Pero no quieran imponerme un pensamiento que no va acorde con mis principios; pues el mismo derecho que tienen los que apoyan al SNTE, tengo yo de discrepar de su “lucha”.