Gubidxa Guerrero
[Texto publicado en Enfoque Diario el lunes 26/Ago/2013]
Los problemas en México son muchos. La Reforma Energética tiene en vilo al país. Las protestas de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) causan consternación en mucha gente acostumbrada a aplaudir la "lucha magisterial" desde la comodidad del hogar, y que hoy padecen en el Distrito Federal lo que sufrimos continuamente en el Estado de Benito Juárez. Sin embargo, el mundo sigue girando…
El planeta está al borde de una guerra de proporciones catastróficas. Los televisores de todo el orbe transmiten imágenes de civiles muriendo terriblemente a causa de lo que parecen ser armas químicas, cerca de Damasco. Esto ha sido motivo suficiente para que Estados Unidos afile sus garras a la vista del mundo, amagando con intervenir militarmente en Siria.
Para quien no lo sepa, Siria está envuelta desde hace más de dos años en una desgastaste guerra civil. Israel, EE.UU. y varios países europeos apoyan militar y económicamente a los rebeldes. Rusia, Irán y Hezbolá (partido político y milicia libanesa) ayudan al régimen constitucional encabezado por Bashar al-Asad.
El Presidente sirio estuvo a punto de caer hace algunos meses, pero Hassan Nasralá, líder de Hezbolá, decidió enviar milicianos libaneses a combatir junto a su aliado estratégico, ya que Siria había apoyado a la Resistencia de Líbano frente al enemigo israelí algunos años antes. Esto significó un revés importante a la intentona rebelde de derrocar a al-Asad.
Pero justo ahora que el régimen parecía consolidar su victoria es acusado de utilizar armas químicas contra la población civil... Lo anterior resulta muy sospechoso, pues la administración siria sabe que valerse de tales armas equivaldría al suicidio político, ya que ningún gobierno ―incluyendo Rusia e Irán― respaldaría a quien emplease tal recurso.
Por ello, respetados analistas han visto, en el sorpresivo ataque, una maniobra desesperada para arrastrar a Estados Unidos a la intervención, pues Barack Obama había declarado reiteradamente que solamente atacaría Siria en caso de que el gobierno cruzara la "línea roja", que implica la utilización de armamento prohibido por los tratados internacionales.
Sea quien sea el responsable, la mesa está servida para una agresión estadounidense en Siria. Mientras los tambores de guerra suenan, se afianzan las alianzas regionales entre dicho país y la nación persa ―la República de Irán― que seguramente proporcionará a su socio estratégico todo el apoyo logístico y militar que requiera.
Estamos en un momento crucial. Ojalá no se desencadene una escalada de proporciones inconmensurables…