Raymundo Regalado. Uno de los voceros del movimiento en defensa de los terrenos comunales de Juchitán. |
[Texto publicado en Enfoque Diario el martes 26/Mar/2013]
El hartazgo por los bloqueos es mucho y generalizado. La sociedad ya está cansada de que se viole flagrantemente su derecho al libre tránsito por defender otras prerrogativas. Tanto importan los reclamos de quien cierra vialidades principales, como la queja de las personas que se ven impedidas de transitar por los caminos del país.
Muchos apologistas del bloqueo ―no como la principal sino como la única forma de presión― afirman que “no les queda de otra” que recurrir a cerrar carreteras, pues de otra manera ninguna autoridad los atendería.
Es importante mencionar que detrás de algunos bloqueos hay causas legítimas que demandan atención inmediata y especial. Pero detrás de algunos otros simplemente hay intereses económicos, pues es sabido que los gobiernos brindan suficientes “estímulos” pecuniarios para desbloquear, lo que propicia que esto se vuelva un jugoso negocio.
Hay, sin embargo, una alternativa que, independientemente de la justicia de la causa que defiende, debemos resaltar: los campesinos y pescadores de Juchitán que se encuentran apostados en el camino que conduce de esta ciudad a Playa San Vicente.
Ellos, entendiendo las razones de sus paisanos, decidieron implementar un método distinto. No están propiamente bloqueando el paso a los habitantes y comerciantes que diariamente acuden a las palapas de la playa a degustar sabrosos platillos, sino que únicamente están vigilantes ante el paso de la maquinaria que pretende levantar un nuevo parque eólico en terrenos que, afirman, les pertenece a los juchitecos.
Según palabras de uno de los voceros de este movimiento, Raymundo Regalado, “Nosotros nunca hemos impedido el paso a Playa Vicente, porque siempre buscamos la unidad con nuestros hermanos. Las falacias y mentiras que han dicho a través de otros medios son simplemente eso: falacias y mentiras. Los compañeros vendedores y pescadores han tenido acceso. ¿Quiénes no pueden? Los representantes y trabajadores de las empresas eólicas. Contra ellos peleamos, no contra nuestros hermanos. Hemos dicho a los campesinos que tienen sus parcelas de ese lado, a todos los pescadores, a los habitantes de Playa Vicente, a los que van de paso, que con ellos no es el pleito, sino con los que pretenden despojarnos de nuestra tierra y de las lagunas que tenemos”.
Apenas ayer, los “opositores” a este movimiento popular, se apostaron en la carretera federal para exigir que los desalojen. Argumentaron que no les permiten transitar libremente por el camino secundario Juchitán-Playa San Vicente. ¿Y cómo exigieron que les permitan el paso? Bloqueando un paso mayor.
Una de las partes miente. Como yo mismo he podido comprobar, efectivamente todos tienen paso libre a la playa, siempre y cuando no pertenezcan a las empresas eólicas. Por tanto, cabría la pregunta, ¿quién está detrás o qué intereses defienden quienes denuncian un bloqueo inexistente? La mejor respuesta la tiene el amable lector.