Gubidxa Guerrero
[Texto publicado en Enfoque Diario, el jueves 21/Nov/2013]
Hace algunos días se realizó una de las festividades más significativas de la región istmeña: la Vela de las Auténticas Intrépidas Buscadoras del Peligro. Como es costumbre, hubo magia y algarabía; también hubo miles de visitantes nacionales y extranjeros. Y es que esta Vela es, como suelen repetirlo los organizadores, internacional.
Además de la fiesta antedicha hubo puente en el país; es decir, muchos paisanos ausentes tuvieron oportunidad de visitar a los familiares del terruño. Juchitán de Zaragoza se convirtió en uno de los principales destinos turísticos del sureste mexicano.
Cuando más notoriedad tenía la ciudad de las flores fue cuando se dio otro (sí, otro más) triste espectáculo: la invasión del Parque Central por comerciantes ambulantes que llenaron de fierros los andadores de este sitio.
Sin permiso de autoridad alguna, sin consideración de los visitantes y sin respeto del pueblo que lidia todos los días con el caos de Juchitán, un grupo de gente se apersonó con total impunidad; hizo suyo lo que es común, lo que es de todos.
El Ayuntamiento se limitó a "denunciar" ante la opinión pública esta arbitrariedad. No hizo nada más por impedir que algunos líderes políticos se agenciarán uno de los espacios más importantes del Istmo de Tehuantepec. Los funcionarios declararon que no habían concedido autorización, como si con ello estuvieran cumpliendo su deber.
¿Y si mañana algunos asaltantes despojan de su dinero a una vendedora en las narices del alcalde, éste o su secretario dirán que no "autorizaron" ese atraco? ¿No harán nada más por impedirlo? ¿Se limitarán a observar? Es lo que parece estar sucediendo en el centro. El gobierno municipal mira, declara y continúa su marcha hacia el último día de la administración.
Mientras tanto los grandes beneficiarios de este trienio priísta ―es decir, los coceístas― se siguen sirviendo con la cuchara grande. No se anticipan, sencillamente se agandallan, como en el argot popular, ciendos de metros cuadrados del corazón de Juchitán.
Faltando varias semanas para iniciar diciembre "apartaron los espacios" como si se tratara de cualquier cosa. Y los paisanos, los turistas y el mundo entero constataron cómo Juchitán marcha hacia el abismo en piloto automático...