Saúl Vicente arropado por la COCEI |
Gubidxa Guerrero
[Texto publicado en Enfoque Diario el martes 08/Oct/2013]
“Juchitán propone”, fue como se divulgaron los Foros de Consulta Ciudadana promovidos por los concejales electos de la autodenominada izquierda juchiteca. Mediante estos ejercicios se pretendía escuchar la voz de los ciudadanos apartidistas para conformar el Plan Municipal de Desarrollo, que supuestamente ha de orientar a la próxima administración encabezada por Saúl Vicente Vázquez.
Sin embargo, pronto se hizo evidente el fracaso de dichos encuentros, no sólo porque estuvieron ausentes representantes genuinos de la sociedad civil juchiteca, sino por la notoria contradicción entre los hechos y las buenas intenciones.
Mientras en cuatro foros algunas personas de buena fe discutían con militantes de distintas corrientes coceístas, la ciudad sufría la violación flagrante de sus derechos colectivos por parte de los mismos concejales que convocaban a los habitantes. Mientras en una sala se parlaba amablemente de los conflictos viales y urbanos, o de la seguridad pública, afuera, colonos bloqueban calles y carreteras, mototaxistas instalaban bases en avenidas céntricas, y líderes amagaban con tomar el Palacio Municipal.
No es necesario ser un entendido de la cosa pública para percatarse de la burla de los coceístas, quienes a la vez que convocan a emitir propuestas, se comportan con total arbitrariedad e impunidad.
En tanto no haya una distancia sana entre Saúl Vicente y sus padrinos políticos, será difícil, si no es que imposible, que su administración goce de credibilidad. Y en estos tiempos es la legitimidad lo que escasea (pero lo único que puede dar un nuevo rostro a las autoridades).
De nada sirve tener el reconocimiento del árbitro electoral si no se cuenta con la aprobación de los habitantes. Baste recordar el altísimo abstencionismo en los comicios pasados, para hacernos una idea de cuán desprestigiado está el ejercicio público.
Es pronto para hacer un vaticinio aciago. Pero también sería apresurado otorgar el beneficio de la duda a quien llegó de la mano de los causantes de tantos males en la tierra del General Heliodoro Charis Castro.
Si “Juchitán propone”, ¿quién dispone? Porque una cosa es la buena fe del alcalde electo de una de las ciudades más conflictivas del sureste mexicano, y otra muy distinta es la voluntad de los líderes que parecen tenerlo maniatado.