Gubidxa Guerrero
[Texto publicado en Enfoque Diario, el sábado 12/Oct/2013]
El 12 de octubre de 1492 llegó Cristóbal Colón al Continente nuestro. El mundo no es el mismo desde entonces. Dos grandes bloques humanos con pueblos y culturas diversas ―e intereses contrapuestos― quedaron definitivamente vinculados. Durante tres siglos, con la Cruz y la espada, España se hizo dueña y señora del Nuevo Mundo. Un 12 de octubre comenzó todo. Para bien y para mal.
Cuando era niño se festejaba el Día de la Raza. Feo nombre para conmemorar el arribo de Cristóbal Colón al nuevo continente y la posterior conquista y colonización de los pueblos amerindios. De cualquier manera es un día importante para reflexionar:
Ni los hispanos son victimarios, ni los indígenas mártires. Historias de guerra y muerte ha habido siempre y las seguirá habiendo. La vida continúa, para bien y para mal. Y ésta da muchas vueltas. No sabemos cómo estarán las cosas en las próximas generaciones…
El para mal y para bien debe entenderse en plural, ya que son muchísimos aspectos en que el "descubrimiento" de América fue benéfico para el mundo (fuentes nuevas de materias primas, nuevas plantas, enriquecimiento genético, etcétera) y perjudicial (genocidio, despojo, epidemias).
Un 12 de octubre marcó el inicio de una nueva era. Es una fecha simbólica. En esa época, los pueblos se conquistaban, existía la limpieza étnica (los aztecas lo hacían, y los zapotecas y mayas también lo hicieron). No estoy acusando a nadie (pues no fueron los europeos de hoy quienes vinieron al Nuevo Mundo) ni, mucho menos, estoy exigiendo una disculpa. Pero tampoco imaginen que hago un reclamo por mencionar que un 12 de octubre cambió el mundo radicalmente.
Varias civilizaciones fueron conquistadas mediante la espada y la Cruz. No tiene nada de malo mencionarlo. Los romanos no instauraron su imperio de mejor manera (y no veo a los italianos queriendo justificar la dominación del mundo de hace 2 mil años, ni a los franceses disculpando a Napoleón por invadir media Europa, España incluida).
Otros valores, otros tiempos. ¿De qué nos sorprendemos? Nuevas agresiones al mundo están en puerta. Siria e Irán ven con preocupación su futuro inmediato. Estados Unidos e Israel levantan la bandera del neocolonialismo y la limpieza étnica. Y el planeta sigue girando.