El Istmo de Tehuantepec se caracteriza por la bravura de sus hombres, la festividad de sus habitantes y la belleza inigualable de sus mujeres, quienes son mundialmente famosas, inmortalizadas con el traje bordado de flores y sus adornos de oro.
¿Quién no se sorprende al ver los collares engarzados con monedas doradas? ¿O con los brazaletes, anillos y aretes? Todo elaborado con este precioso metal.
Aunque los adornos originales se usan cada vez menos, la gente guarda en sus baúles o roperos estas finísimas piezas de orfebrería. La mayoría de las familias zapotecas o istmeñas tienen cuando menos una prenda de oro para lucir en alguna ocasión especial o para afrontar un apuro, debido a que el oro es tanto un adorno característico de las mujeres en nuestra región, como una manera usual de ahorro. Y aquí viene la parte esencial de mi comentario: alertar sobre el saqueo que algunas casas de empeño hacen con el oro istmeño.
Mucho tiempo atrás las abuelas encontraron en el oro el mejor medio de ahorro. No se devalúa, ocupa poco espacio, no se corroe, se puede utilizar como adorno, entre otras ventajas. Por ello, en nuestra región, existe una considerable cantidad de este metal, que en años recientes subió de precio de forma estrepitosa, lo que aumentó la codicia.
Las casas de empeño proliferaron en las recientes décadas con tentadoras ofertas y trámites ágiles. Las paisanas que anteriormente se endrogaban cuando la necesidad apremiaba (la educación de los hijos o la salud, por ejemplo), comenzaron a recurrir a estos negocios para salir de los aprietos cotidianos, como ir a la pachanga o adquirir el regalo.
El problema se presenta cuando la gente pierde sus prendas por los “robos” a estas casas de empeño o su cierre repentino. Personas que heredaron sus bienes de generación en generación, se quedan sin nada. Física y legalmente.
Mientras algunos dicen que estos robos son como cualquier otro, hay quienes sospechan de un plan mayúsculo, encaminado a saquear sistemáticamente las joyas de las mujeres de nuestros pueblos y ciudades.
Cada año se establecen más de estos negocios, mientras se extinguen las colecciones riquísimas de collares, pulseras, y prendas finas. Tomemos conciencia. Valoremos el patrimonio que con tanto esfuerzo acumularon nuestros antecesores.
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Texto publicado en Enfoque Diario el sábado 20/Abr/2013. Publicado en Cortamortaja el martes 24 de septiembre de 2024.