Gubidxa Guerrero
Hace algún tiempo escribí un artículo donde alertaba acerca del mal uso del Internet. “Las redes sociales son una importante plataforma donde la información viaja a niveles sin precedentes. Lo que acontece en otro continente, en cuestión de segundos nos puede ser asequible. Tal pasa con las noticias, con los artículos, videos y demás; lo que ha posibilitado mayor cantidad y calidad en la información. Pero así como una noticia vuela en Internet, lo hacen también los prejuicios”, anoté entonces. “Y los falsos rumores”, debí completar.
Por notas alarmistas falsas se han provocado tragedias inenarrables. Desde la época medieval ―en que se decía que los judíos sacrificaban niños para ofrendar a Yaveh― los ejemplos cunden. No existe país que no cuente con anécdotas lamentables de inocentes asesinados por turbas ignorantes en tiempos pasados.
Si cualquier linchamiento de un “culpable” es preocupante, por ser síntoma de inseguridad y de ausencia de estado de derecho, cuánto y más el asesinato tumultuario de quien no la debe.
Hace algunos días comenzó a circular un mensaje en redes sociales de usuarios istmeños. Se hablaba de una banda de secuestradores que estaba atentando contra la vida de niños y jóvenes para “robarles sus órganos” y después venderlos.
Este burdo rumor ―más que clásico, ‘choteado’― estuvo a punto de costar la vida a dos personas inocentes en Tehuantepec. Dizque una camioneta blanca, sin placas, andaba recorriendo los pueblos de la planicie costera. Inclusive se tuvo la desfachatez de decir que adentro del vehículo había un frigorífico para "conservar" los órganos (como si éstos fueran paletas heladas o bolis "de bolsita"). Esto, sin que alguno de los rumorólogos hubiese visto tal camioneta ni, mucho menos, el mentado refrigerador.
Lo que en cualquier región medianamente informada sería motivo de burla, en el Istmo provocó varios daños materiales, como una camioneta incendiada, y un intento de linchamiento. Sin contar el bloqueo que desquició una vez más la circulación a la altura del ‘puente de fierro’ en Santo Domingo Tehuantepec.
No existe tal banda, no hay dicha camioneta ni se están extrayendo órganos a diestra y siniestra. Como si sacar un pulmón, corazón o riñón fuera tan sencillo... Hay hospitales respetables que no cuentan con la manera de hacerlo. Por eso es que tantos donantes no ven cumplir su voluntad: son incontables factores tecnológicos, médicos y biológicos necesarios para la extracción, conservación y trasplante exitoso.
No contribuyamos a aumentar la psicosis colectiva alimentando rumores irresponsables. Piensen en los pobres individuos que padecieron el susto de sus vidas cuando una turba enardecida estuvo a punto de lincharlos por una tontería.
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Texto publicado en Enfoque Diario, el jueves 30/Ene/2014. Publicado en NOTICIAS, Voz e Imagen de Oaxaca el sábado 01/Feb/2014.