Gubidxa Guerrero
[Texto publicado en Enfoque Diario el martes 01/Oct/2013]
Oaxaca sufre una profunda crisis educativa. Desde hace décadas, gobierno y sindicato de maestros han utilizado a la niñez como arena para dirimir sus disputas. Lo último en que se piensa es en la afectación del derecho de miles de pequeños a recibir la formación que el Estado provee.
Y entre dimes y diretes, el país también padece las movilizaciones de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) que ya tiene más de un mes en el Distrito Federal. Justas o no las demandas de la Sección 22, sus agremiados no se han presentado a trabajar, por lo que sus salarios les han sido retenidos.
Seguramente, una vez que inicie el ciclo escolar ―que debió empezar en agosto―, el gobierno estatal pagará a los más de setenta mil afiliados los sueldos retenidos. Pasará como en tiempos del priísta Ulises Ruiz, quien depositó a los profesores varias quincenas juntas una vez que éstos retornaron a las aulas.
Lo injusto, como quiera que se mire, es que cinco mil docentes que han trabajado normalmente en la Entidad, adscritos a la Sección 59, no hayan cobrado sus quincenas. Uno pensaría que quien trabaja podría cobrar tranquilamente sus salarios; pero el gobernador Gabino Cué Monteagudo ―presionado por la poderosa CNTE― se ha negado a ello.
En Oaxaca no todas las escuelas gubernamentales están en paro. Decenas de miles de niños han acudido a clases desde hace cinco semanas, sólo que a sus maestros no se les ha querido pagar.
Recordemos que el ciclo escolar anterior, el Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO) se negaba a entregar la documentación de los niños que había cumplido cabalmente los días que marca el calendario escolar. Ponía miles de pretextos para no dar cumplimiento a sus obligaciones, porque los alumnos afectados recibían clases de profesores de un gremio distinto a su favorito. Y así fue hasta que maestros y padres de familia se movilizaron exigiendo la entrega de los papeles oficiales.
Todos vimos la mezquindad con que se conduce el gobierno “del cambio” en el tema educativo, pues mientras a unos premia, a otros castiga. Lo malo es que suele castigar a quien se apega a lo que estipula la normatividad, y premia a quien bloquea, amenaza y se ausenta.
Ojalá el gobierno estatal libere los salarios de los docentes que han trabajado varias quincenas, tal como han hecho todas las administraciones donde se encuentran laborando con normalidad. Porque en Oaxaca no todos están en paro…