Gubidxa Guerrero
[Texto publicado en Enfoque Diario, el jueves 27/Feb/2014]
Año con año, “tradicionalmente”, alumnos normalistas del Estado de Oaxaca se movilizan en el mes de febrero para obtener supuestas mejoras. Para ello, suspenden clases en las instituciones de educación superior formadoras de docentes, como la Escuela Normal Urbana Federal del Istmo (ENUFI), con sede en Ixtepec, en la región istmeña.
El desconocimiento de la reglamentación hace que los jóvenes alumnos sean llevados como corderos a las principales carreteras de la Entidad con el fin de bloquear la circulación, mientras los líderes negocian con las autoridades en turno. Después, éstos presentan derechos de por sí estipulados, como si fueran “victorias” de la lucha.
Esto que ocurre usualmente con los profesores de la Sección 22, se replica casi exactamente con el alumnado que aspira a dar clases. Por citar un ejemplo: los útiles escolares gratuitos. No hay profesor que no cite este derecho como “logro” de las gestas sindicales, cuando, más bien, es una promesa de campaña hecha por el actual gobernador a semejanza de lo que hizo su mentor Andrés Manuel López Obrador en el Distrito Federal cuando fue Jefe de Gobierno. En la Ciudad de México no existe la Sección 22 ni hay paros por meses enteros, y desde antes que en Oaxaca los útiles y uniformes son gratuitos allá.
A nivel normalista sucede con las famosas matrículas. A muchos estudiantes les dicen que no tienen derecho de estar matriculados, aunque hayan aprobado sus exámenes y estén debidamente inscritos. Se les hace creer que para obtener la matrícula necesitan participar en las movilizaciones.
Lo cierto es que lo anterior es una total mentira. Según las Normas de control escolar relativas a la selección, inscripción, reinscripción, acreditación, regularización, certificación y titulación de las Licenciaturas para la Formación de Docentes de Educación Básica, en la modalidad escolarizada (Plan 2012): “Una vez que los aspirantes seleccionados cumplan con los requisitos de inscripción establecidos en la norma 5.5 de esta etapa, el Responsable de la Educación Normal en la entidad en coordinación con el Responsable del Área de Control Escolar, asignarán el número de matrícula correspondiente, que identificará al alumno durante su permanencia en las instituciones educativas; verificando en todos los casos que los alumnos a los que se les asigne dicho número sean únicamente los aspirantes seleccionados en el proceso de selección y que el número total de matriculados por licenciaturas e institución, sea el establecido en la convocatoria respectiva”.
En estos momentos cientos de jóvenes normalistas se encuentran “movilizados” desquiciando las principales arterias vehiculares del Estado. A algunos se les dijo que es para acceder a “plazas automáticas” evadiendo, con eso, las normas de la Reforma Educativa. A otros se les mencionó que deben luchar por la matrícula a la que de por sí tienen derecho. Ambas afirmaciones carecen de sustento. Porque lo primero ya no es legalmente posible, y lo segundo es una prorrogaría consagrada en la normatividad. ¿A quiénes benefician estas movilizaciones? Claramente que no a los estudiantes que aprobaron sus exámenes de ingreso.