Gubidxa Guerrero
[Texto publicado en Enfoque Diario, el lunes 21/Oct/2013]
Los mototaxis llegaron para quedarse. Desde hace un par de años van en aumento, sin que nadie pueda ponerles freno. Lo que comenzó como un servicio necesario para las colonias y la periferia de Juchitán, se ha vuelto uno de los principales problemas de esta ciudad de cien mil habitantes.
No existe político importante que no regentee algún grupo de mototaxistas. Los hay priístas y, por supuesto, coceístas (quienes llevan amplia ventaja en el negocio). Conforme pasan los meses se suscita algún conflicto debido a la circulación de estos vehículos en zonas céntricas. Quienes más se han opuesto a que esto suceda son los taxistas, queriendo evitar la pérdida de ganancias, no porque se preocupen por la ciudadanía. Pero también hay personas que se resisten a que se instalen bases junto a sus domicilios, no porque se opongan a esta modalidad de transporte público, sino por la notoria majadería de algunos conductores.
Hace algunas semanas escribí sobre la disposición, de quién sabe qué autoridad, de convertir una importante avenida ―originalmente para transitar de poniente a oriente― en doble sentido. De la noche a la mañana se instaló una base de mototaxis en Hidalgo, esquina con Independencia, y sus choferes comenzaron a transitar a sus anchas, lo que provocó algunos percances y la molestia de los vecinos que jamás fueron notificados.
Luego de quejarse ante la autoridad municipal, sin encontrar respuesta, los vecinos de la calle Hidalgo se hartaron. En asamblea decidieron cerrar esta importante vialidad juchiteca al paso de mototaxistas y demás vehículos motores. Exigen que los funcionarios que dispusieron de su suerte sin consultarles, se presenten a resolver el problema que crearon.
“Ya no podíamos salir a la calle sin el riesgo de ser arrollados por algún mototaxi circulando en doble sentido”, dijo una vecina indignada ante la indiferencia oficial. “Nosotros no nos oponemos a que las motos pasen. Todos tenemos derecho de trabajar honradamente. Lo que nos molesta es que instalen bases en donde sea y transiten sin respetar el sentido de la calle”, agregó otra persona.
Con palos, piedras y otros objetos, la asamblea vecinal decidió cerrar la vialidad hasta que sea resuelto el asunto. Además, cooperaron para comprar material para unos reductores de velocidad, que mediante ‘tequio’ ellos mismos pusieron.
Se escuchan voces sugiriendo cerrar definitivamente esta calle, para evitar que personas ajenas circulen, porque además del problema vial existe preocupación por la ola de robos. “Si el gobierno municipal nos ignora vamos a poner dos grandes portones: uno en la esquina con Independencia y otro en Reforma. Así nos evitamos de problemas. Pero queremos encontrar una solución que deje satisfechos a todos”, agregó una joven apostada en el plantón vecinal.
Se sabe que los mototaxis pertenecen a las corrientes del doctor Alberto Reyna Figueroa y Leopoldo de Gyves de la Cruz, quienes todavía no se han pronunciado. La ciudadanía comienza a despertar, cansada de las arbitrariedades de los grupos políticos.