Fotografía.- Gustavo López |
Gubidxa Guerrero
[Texto publicado en Enfoque Diario el miércoles 18/Sep/2013]
Sí. Sé que muchas personas piensan que Juchitán se encuentra en estado caótico permanente y que, por tanto, es redundante repetir lo que de por sí sabemos.
Sin embargo, hay ocasiones en que el relajo cotidiano se exacerba y esta población comercial rompe nuestros esquemas.
¿Qué fue esta vez?, preguntará el amable lector. Porque son tantos los problemas que ha prohijado la clase política, que ya no se sabe cuál será el siguiente en estallar...
¿Acaso las invasiones de terrenos? ¿Será que el caos lo provocó, en esta ocasión, la disputa postelectoral? ¿Tal vez fue el comercio ambulante o el asunto eólico?
Esta vez los grupos que desquiciaron la cotidianeidad en esta importante ciudad zapoteca son los taxistas. Ellos, con toda la razón del mundo, exigen que se cumplan los acuerdos que han firmado con los grupos de mototaxistas y autoridades estatales para impedir la instalación de bases de mototaxis en el primer cuadro de la ciudad.
Y eso del primer cuadro es un decir, porque desde hace varios meses todo el centro está abarrotado de pequeñas unidades. Quien baje del ‘puente grande’, quien vaya al Calvario, a la capilla del Señor de la Piedad o al Parque Revolución lo comprobará. Puntos de referencia a menos de 200 metros del Palacios Municipal.
Entonces, los amigos del volante tal vez se refieran al Palacio mismo, porque ahora las bases se están fijando en las esquinas de la sede del poder local.
El caso es que los dos mil mototaxis pululan por doquier y resultan ser una competencia desleal para los taxistas, que pagan mucho más por combustible y refacciones, que quienes conducen pequeñas unidades de transporte. Sin contar que los taxistas se enfrentan en una batalla desigual, ya que están compitiendo contra grupos políticos bien identificados. Es como si un vendedor de zapatos se quisiera enfrentar a Antorcha Campesina, del PRI, o a la COCEI. Difícilmente un gremio laboral derrotará a un pulpo político, con suficiente experiencia en el arte de presionar y negociar.
Pero el hecho de que la parte que bloquea tenga razón en sus demandas, no le debe dar derecho de perjudicar a personas que diariamente se trasladan al centro de esta ciudad. Porque debido al bloqueo de ayer, muchos comerciantes que vienen de poblaciones vecinas no pudieron ingresar al primer cuadro a mercar, perdiendo con ello dinero que sirve para los gastos apremiantes.
Pedir que el asunto se resuelva es ilusorio. Los intereses políticos no lo permitirán; menos ahora que el municipio ha sido recuperado por los coceístas, quienes representan a la mayoría de los mototaxistas. Porque si frente a la administración priísta de Daniel Gurrión hicieron lo que se les vino en gana, con Saúl Vicente a la cabeza, ¿creen que se contendrán? Queda la cuestión en el aire.