[Texto publicado en Enfoque Diario, el jueves 7/Mar/2013]
El Gobernador priísta del Estado de Chiapas instruyó a sus operadores para que emprendieran una jugada llamativa, pero ridícula: decir que más de una docena de municipios istmeños están dentro de su jurisdicción.
De salirse con la suya, poblaciones como Chahuites, Tapanatepec, Guichicovi, Santa María Petapa, Gueva de Humbolt, Ixcuintepec, Ixtaltepec, entre otras, tendrían que comenzar a denominarse chiapanecas y regirse bajo sus normas, así como respetar a las autoridades superiores de la Entidad vecina.
Más allá de lo anecdótico del episodio, es importante contrastar la importancia que los chiapanecos le brindan al problema por límites con el Estado de Oaxaca, mientras que las autoridades que dicen representarnos hacen menos que nada.
Mientras ellos caen en lo absurdo, procurando ganar tiempo a su favor, y legalizan el despojo a los zoques de la selva de los Chimalapas, Gabino Cué y sus funcionarios se dedican a emitir declaraciones.
El conflicto limítrofe en San Miguel y Santa María Chimalapa es de suma trascendencia, no por un sentimiento chovinista de que seamos oaxaqueños o chiapanecos (denominación circunstancial de cuando se fraccionó el virreinato de Nueva España al adquirir vida independiente. De hecho, la gran mayoría somos chontales, zapotecas, zoques, huaves o mixes ―o simplemente istmeños―; identidades étnicas que trascienden las delimitaciones jurisdiccionales), sino porque está en juego la explotación irracional de uno de los últimos pulmones de México
Del lado del Gobierno de Chiapas hay poderosos ganaderos que pretenden seguir deforestando más territorio selvático, utilizando para ello a indígenas necesitados de tierra, que mandan con el fin de apoderarse de grandes extensiones. Del lado de los Chimalapas ―que no del lado del Gobierno de Oaxaca, que ni por equivocación procura servir a la sociedad que encarna― están los migueleños humildes que no saben a qué otra instancia acudir para que le respeten su territorio.
Gabino Cué Monteagudo está más preocupado por auxiliar a Mareña Renovables que por apoyar a los zoques. Y mientras éste se duerme en sus laureles, el joven Gobernador chiapaneco, Manuel Velasco Coello, se sirve con la cuchara grande…