Gubidxa Guerrero
[Texto publicado en Enfoque Diario, el lunes 07/Mar/2016]
Ayer se realizaron las elecciones internas en la llamada Coalición Obrero Campesino Estudiantil del Istmo (COCEI). Nueve precandidatos y quince “expresiones” (o mejor dicho, jefes) compitieron para ver quién será el candidato de unidad del conglomerado de tribus de la llamada izquierda juchiteca.
Hasta el momento, nadie sabe a ciencia cierta quién se alzó con el triunfo. La elección transcurrió relativamente tranquila, salvo algunos episodios lamentables en La Ventosa, agencia municipal de Juchitán.
Pero, independientemente del resultado, es casi seguro que varios precandidatos desconocerán al ganador. Es lógico, que existiendo tres opciones para aparecer en la boleta, más de uno se vea tentado a irse por la libre, argumentando juego socio. El episodio vivido entre José Antonio Estefan Garfias y Benjamín Robles Montoya, se repetirá en la tierra de José Gregorio Meléndez.
He afirmado que es imposible lograr la unidad coceísta cuando existen, al menos, tres partidos políticos dispuestos a postular a sus aspirantes. El PRD-PAN, Morena y el Partido del Trabajo han ofrecido reiteradamente el registro a los derrotados.
En la coalición encabezada por el PRD están bien relacionadas Rogelia González Luis y Gloria Sánchez. En Morena, ni se diga, porque Manuel Yodo tiene las puertas abiertas para ser el candidato de ese instituto político para la presidencia municipal de Juchitán, mientras que Alberto Reyna Figueroa está destinado a ser el abanderado para la diputación local. En el PT, la voz de Mariano Santana se sigue escuchando fuerte. Por tanto, Jorge Magariño tendrá grandes posibilidades de ser postulado por ese partido, si así lo desea, ya que su precandidatura estuvo apoyada por Leopoldo De Gyves y Santana.
La única posibilidad de que los coceístas se unan bajo la misma bandera, es que todos respeten el proceso interno de este domingo 6 de marzo y que se comprometan a no postularse por ningún otro partido que no sea el que decidan por consenso. Es decir, que si la mayoría opta por irse con el PRD-PAN, que ninguna fracción se marche a Morena o al PT, o a los partidos menores que puedan ofrecerse.
Pero eso parece imposible. Todos saben que aunque la elección fuera técnicamente limpia, no fue democrática en el mejor sentido de la palabra. Es decir, hubo miles de acarreados y un despilfarro de recursos para inducir el voto, sin mencionar que acudieron a las urnas muchos priístas para favorecer a sus aliados dentro de la Coalición.
La unidad se construye sobre una contienda impecable, sobre compromisos éticos y sobre el interés general. No sobre intereses monetarios o de facciones.
Muy pocos juchitecos creen que los coceístas piensen en el bien común. Con sus hechos tan lamentables, con sus continuos bloqueos carreteros, con la protección de delincuentes, con la invasión de predios a diestra y siniestra, con las amenazas y chantajes, sólo dañan a la sociedad que alguna vez confió en ellos.
En los días subsecuentes veremos cómo termina este capítulo. Veremos si logran postular sólo a una sola persona o, como es más probable, se dividen facilitando su derrota en los próximos comicios. Estemos pendientes.