La naturaleza le va a Obama

Gubidxa Guerrero 

Lo que podría ser la peor tragedia natural de los últimos años, bien puede resultar una bendición para uno de los candidatos presidenciales en Estados Unidos de América. 

El huracán Sandy, que afortunadamente se degradó a la categoría de 'tormenta tropical', tocó tierra recientemente en Nueva York, Washington y Nueva Jersey, dejando cuantiosos daños.

Van más de tres decenas de muertos. Los daños materiales se estiman superiores a los veinte mil millones de dólares, y los servicios públicos se restablecerán por completo hasta los próximos días. Los automóviles cubiertos de agua, el Metro inundado y los incendios en las calles de Nueva York dan escalofríos. En todos los noticiarios del mundo van dándose partes meteorológicos para ponernos al tanto del fenómeno.

Mientras tanto, pareció olvidarse la política. De pronto nadie se acordó de que el 6 de noviembre (en menos de una semana) se realizarán comicios para definir al que será gobernante, por los próximos cuatro años, de la potencia más poderosa del mundo.

Antes de Sandy había un empate técnico entre el candidato republicano Mitt Romney y el demócrata, actual mandatario de EEUU, Barack Hussein Obama. Cuando se supo de que el huracán golpearía la costa Este, el equipo de campaña del primer presidente negro de la Unión Americana se puso a trabajar, pues a diferencia de Rommey, Barack Obama es presidente en funciones, lo que le facilita una exposición mediática.

En el año 2000 George W. Bush (hijo) llegó a la Casa Blanca luego de una crisis institucional que estuvo apunto de devenir en la anulación de las elecciones. No obstante, en septiembre del siguiente año, los atentados terroristas contra las Torres Gemelas dotaron de legitimidad a su administración, pues aquél apareció como el presidente de todos los estadounidenses. En 2004 se religió sin problemas

Obama fue muy hábil al suspender su campaña durante lo más álgido del huracán. Una de sus declaraciones fue bastante inteligente, políticamente hablando, pues expresó algo así como “en este momento me importan más las vidas humanas que las elecciones”. Irónicamente, declarando lo anterior apoyaba más a su campaña presidencial que los millones de dólares destinados a ello previamente.

Antes de Sandy yo era de quienes dudaba de la relección de Barack Obama. Hoy me encuentro completamente seguro de su victoria, a menos que acontezca algo realmente extraordinario. La semana próxima veremos si el vaticinio resulta preciso… 


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Texto publicado en Enfoque Diario el viernes 02/Nov/2012. [verificar]