La elección en Estados Unidos

Gubidxa Guerrero 

El mundo está cada vez más interconectado. Lo que acontece en ciertos países repercute irremediablemente en otro. Más todavía tratándose de la potencia más poderosa del mundo, con la que nuestro país, para bien y para mal, comparte una línea fronteriza de más de dos mil kilómetros de largo.

Estados Unidos de América vive un proceso electoral para definir al que ocupará la Casa Blanca durante los próximos cuatro años. Barack Obama, actual mandatario, aspira a ser relegido mediante el Partido Demócrata. Mitt Romney por su parte, es postulado por el Partido Republicano y desea derrotar a su contrincante.

Pero, ¿qué importancia tiene esta elección para México? Mucha. El coloso del norte no sólo es nuestro principal socio comercial, sino que más de 20 millones de connacionales habitan del otro lado de la frontera, y Estados Unidos es el principal proveedor de armamento a nuestro país, así como el principal consumidor de drogas del mundo.

Se ha dicho que un estornudo en EEUU provoca una pulmonía en México. Y esta frase, aplicada a la economía, resulta válida también en la política.

Aunque las élites gobernantes obedecen a intereses bien claros, siempre queda un pequeño margen para que el Presidente del país más poderoso del mundo maniobre. Así pues, en caso de que Obama sea relegido, seguramente lo veremos conducirse con más soltura en ciertos temas que competen a todo el mundo, tales como los conflictos en Medio Oriente o la lucha contra el crimen organizado en nuestro país.

El desempeño del primer Presidente afroamericano en la historia de Estados Unidos no ha sido el mejor. De hecho, varios de los sectores que lo apoyaron para que llegara a su posición se encuentran muy decepcionados. No impulsó la Reforma Migratoria que tanto prometió; no cerró la Base Militar de Guantánamo; tampoco generó los empleos que se esperaban ni impulsó la economía como había dicho. Sin embargo, eso no significa que los republicanos lo hubiesen hecho mejor.

Dentro de las dos opciones que tienen los ciudadanos estadounidenses, los demócratas siguen representando el “menos peor” para nosotros. Siempre será mejor para nuestro país y para el mundo, un mandatario menos beligerante y más comprensivo de los problemas del orbe.

Estados Unidos es una maquinaria imparable. Lleva una dinámica que la obliga a mantener una política imperialista. Por ello es bueno que obtenga la victoria un personaje afable y que al menos en el discurso, se diga preocupado por los problemas de los que menos tienen. 


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Texto publicado en Enfoque Diario el jueves 18/Oct/2012.