El Gobierno norcoreano ha desatado nuevas tenciones en Asia debido a sus recientes amenazas lanzadas contra Corea del Sur y Estados Unidos. De forma muy peligrosa Pyongyang elevó el tono de sus intimidaciones diciendo que respondería a unas maniobras militares planeadas por ambos países “con una poderosa disuasión nuclear”.
Recientemente el mundo recibió la noticia del hundimiento de una fragata surcoreana. Varios países han sugerido que Corea del Norte pudo estar detrás del ataque, lo que éstos han negado rotundamente. Personajes como Fidel Castro, por su parte, vieron en dicho hundimiento un pretexto de Corea del Sur y de Estados Unidos para atacar a Norcorea, desatando una guerra de dimensiones inimaginables.
En el nuevo episodio del conflicto, se tiene contemplada la realización de una maniobra militar conjunta entre Seúl y Washington; y es por eso que Corea de Norte ha emitido sus declaraciones, diciendo además estar dispuesto a llevar a cabo una “sagrada guerra”.
Estados Unidos contestó a las amenazas por medio de un portavoz de su Departamento de Estado, expresando: “No estamos interesados en una guerra de palabras con Corea del Norte. Lo que necesitamos de Corea del Norte son menor palabras provocadoras y acciones más constructivas”.
La posición de Pyongyang se entiende también como una consecuencia de las recientes sanciones promovidas por Hillary Clinton. Cabe recordar que Corea del Norte es de los pocos países en el mundo que posee armas nucleares, las mismas que fueron fabricadas en su propio territorio, pese al bloqueo que ha sufrido los últimos años. Esto ha hecho que la comunidad internacional tema que el conflicto se agudice.
Por lo pronto, diversos mediadores han surgido, el principal de los cuales es China, que es de las pocas potencias que mantiene buenas relaciones con Norcorea. Se espera que con su intervención las tensiones puedan opacarse.
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Texto publicado en Enfoque Diario el miércoles 28/Jul/2010.