Palestinos festejando la inminencia de su reconocimiento. Foto tomada de Internet. |
Gubidxa Guerrero
Lo que sucedió ayer en Nueva York quedará en los anales de la historia. Palestina; ese pequeño territorio árabe cercado y bloqueado por el Estado de Israel, se hizo escuchar ante el pleno de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Pero no sólo se oyó la voz del representante de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) en el máximo sitial del mundo, sino que a dicho pueblo se le reconoció el estatus de ‘Estado observador’, luego de que en 1974 se le hubiese reconocido el derecho a la autodeterminación. La votación quedó de la siguiente manera: 138 sufragios a favor (incluyendo México), 9 en contra, y 41 abstenciones.
La lucha de los palestinos por su soberanía viene de hace al menos seis décadas. Inicia precisamente después de que la ONU decretara la partición; es decir, el reconocimiento de dos Estados vecinos en la Palestina histórica: uno judío y otro árabe. El primero de ellos se concretó, pero el Estado Palestino únicamente existe en los sueños de sus habitantes.
Estos últimos han luchado con las armas en la mano para que se les permita regresar a los lugares de los que fueron expulsados. También han fundado varias organizaciones militares con el fin de recuperar su tierra y echar de ella a los soldados ocupantes. Sin embargo, con el paso de los años, sólo se había conseguido que Israel fuera más fuerte, mientras la pequeña Palestina se iba debilitando.
Por ello, desde hace algún tiempo, el liderazgo de la ANP optó por fortalecer la vía diplomática. Como algunos recuerdan, en septiembre del año pasado se intentó lograr el reconocimiento como ‘Estado miembro’, medida que aunque contaba con amplio respaldo de la Asamblea General, fue vetada por Estados Unidos de América, que ostenta derecho de veto en el Consejo de Seguridad.
Lo anterior obligó a los líderes palestinos a modificar la estrategia, y este año se presentaron buscando ser aceptados como ‘Estado observador’, en lugar de ‘Estado miembro’, lo que no requiere del aval del Consejo de Seguridad y, por ende, no puede ser vetado por ninguna potencia.
Lo que para muchos representa apenas una simple denominación simbólica, en realidad es una poderosa herramienta jurídica, pues permitirá a la Autoridad Nacional Palestina acceder a instituciones como la Corte Penal Internacional (CPI) en la Haya.
Y es en esto último donde reside el temor de Israel, ya que desde ahora los palestinos podrán denunciar ante las instancias debidas a ciertos líderes israelíes por crímenes de guerra y otros delitos. En los juicios se determinará si existen, o no, violaciones que perseguir.
El episodio de ayer se enmarca en una justa demanda. Ojalá el mundo ―incluyendo a los políticos israelíes, así como a los extremistas palestinos― entienda que existe un camino para la paz.
[Para escuchar y/o descargar en audio esta opinión: Votación histórica en la ONU Mp3]
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Texto publicado en Enfoque Diario, el viernes 30/Nov/2012.