Barack Obama y Raúl Castro durante los funerales de Nelson Mandela en diciembre de 2013 |
Gubidxa Guerrero
[Texto publicado en Enfoque Diario, el jueves 18/Dic/2014]
"No podemos seguir haciendo lo mismo por cinco décadas y esperar resultados distintos", dijo ayer, en cadena nacional, el Presidente de los Estados Unidos de América, Barack Obama, al referirse al inicio de la normalización de las relaciones con la República de Cuba; la cuba de los hermanos Fidel y Raúl Castro, la Cuba de la Revolución de ‘los barbudos’, que a dos años de tomar el poder se volvió comunista.
"Esta decisión del Presidente Obama, merece el respeto y reconocimiento de nuestro pueblo. Quiero agradecer y reconocer el apoyo del Vaticano y, especialmente, del Papa Francisco, al mejoramiento de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos. Igualmente, al Gobierno de Canadá por las facilidades creadas para la realización del diálogo de alto nivel entre los dos países”, dijo, por su parte, el mandatario Raúl Castro, hermano del líder histórico de la Revolución Cubana, también asaltante del Cuartel Moncada en 1953, combatiente en la Sierra Maestra de 1956 a 1958 y Ministro de las Fuerzas Armadas hasta su arribo al pináculo del Partido Comunista, luego del retiro del Comandante en Jefe en 2006.
Este 17 de diciembre de 2014 será recordado como un día histórico para los pueblos cubano y norteamericano, respectivamente. Previamente los dos mandatarios hablaron por teléfono para sellar el acuerdo que posibilitará mayores intercambios comerciales, así como vinculación de cubanos residentes en Estados Unidos que, por el momento, ven restringidos sus movimientos a la isla o muy limitadas las remesas que pueden enviar a sus familiares.
El primer paso público lo dio Raúl Castro al autorizar, “por razones humanitarias”, la liberación del contratista estadounidense Alan Gross, preso en La Habana desde hace un lustro. Por su parte, Washington excarceló a tres de los llamados Cinco Héroes cubanos presos en Estados Unidos, acusados de espionaje a grupos anticastristas asentados en Miami, Florida. Los otros dos ya habían cumplido condena hace algunos meses, por lo que se encontraban en la isla.
Aunque no debemos olvidar que el embargo continúa. Estas medidas anunciadas por los presidentes constituyen el inicio del fin del bloqueo, pero para que lo anterior sea posible es necesario que el Congreso de Estados Unidos lo determine, toda vez que las sanciones económicas y políticas contra Cuba gozan de carácter de Ley. En cuestión de semanas, los estadounidenses abrirán una embajada en la mayor de las Antillas, luego de más de medio siglo. Lo mismo harán los cubanos en el coloso del norte.
Estos pasos no son fortuitos. Se dan en momentos que el gobierno estadounidense pretende “reconquistar” América Latina, luego del peligroso acercamiento de Moscú. Mientras Obama se enfrenta a los rusos en Europa y Oriente Medio, trata de ganarse a sus aliados latinoamericanos, empezando con el más grande amigo de los rusos en América: el gobierno cubano.
Jugada maestra de los políticos yanquis, que, sin duda, sabrá ser bien aprovechada por los revolucionarios. Fidel Castro, mientras tanto, contempla los hechos desde su cómodo retiro, esbozando, quizá, una sonrisa de vencedor…