De por qué los totopos tienen agujeros

"Alcaravanes". Ilustración de Azteca De Gyves. 
Gubidxa Guerrero


Millones de personas en todo el mundo afirman que la tortilla es el pan de México. Esta aseveración se ha difundido como verdad irrefutable, pues se dice que no hay pueblo de origen mesoamericano en que la referida tortilla no sirva como principal elemento en las comidas.

Sin embargo, tal verdad no es del todo exacta. Hay al menos una región en donde el maíz molido, cocido en un comal y que puede hacerse taco o cortarse en pequeños trozos para tomar con ellos la comida, no es la base de la alimentación: el Istmo de Tehuantepec.

En nuestra región es un producto deshidratado el que impera. Tiene, al igual que la tortilla, al maíz como ingrediente único, pero la forma y consistencia, además del tiempo de conservación, la hacen diferente. Se le conoce en idioma zapoteco como guetabiguii, y ‘totopo’ se le dice en lengua española.

Diego Rivera en Pasu Mani


Gubidxa Guerrero

Diego Rivera en Pasu Mani pudo haberse llamado la obra a la que titularon Río Juchitán. 

Es considerada, por muchos, la obra cumbre del muralista mexicano. Al menos es la mejor valuada, considerándose, hasta el momento, su pieza más cara. Por ella se han pagado decenas de millones de dólares.

El bixé’

Ilustración.- Gregorio Guerrero
Gubidxa Guerrero

El universo es infinito; no sólo por su extensión sino por los secretos que guarda. El mundo es vasto; y aunque los seres humanos lo poblamos casi todo, todavía no descubrimos los hilos que lo mueven. La naturaleza es sabia; únicamente ella atiende a sus razones. 

En varios pueblos zapotecas se tiene la creencia ―y por algo será― de que existen seres increíbles, capaces de transformarse en ciertos animales a voluntad. Son llamados bidxaa, o nahuales. Ellos son el pináculo de otro tipo de conocimiento que va más allá de nuestro entendimiento. Los bidxaa son juguetones, traviesos. Pero también curan o pueden provocar algún ‘daño’. Saben de las plantas y de muchos secretos que la tierra guarda.

Junto con los bidxaa habitan otros personajes todavía más misteriosos: los bixé’, cuyo término puede traducirse como ‘eco’; pero que también designa a ciertos personajes con la capacidad de tomar forma humana. Un bixé’ puede llegar de repente a una reunión de pequeños que estén jugando muy noche. Cuando quedan pocos, generalmente ocupa la forma del último en marcharse, y llega al lugar aparentando estar de  regreso. De esta manera el bixé’ se divierte y puede causar mucho mal. Se ha sabido de casos en que la desaparición de ciertos niños se debió a que fueron raptados por los bixé’. Por eso nuestras madres repiten a los hijos que deben entrar temprano a casa; y si no lo hacen, los regañan, no sea que el Bixé’ los asuste.

Jugando a las canicas era muy común que el bixé’ hiciera de las suyas. Suplantando en la identidad a un infante le decía “el que no persigue muere”. Y así lo iba alejando de su hogar paulatinamente, hasta que éste no sabía cómo regresar. Quién sabe a qué mundo iba a parar. Ahora no se ha sabido de historias similares, porque los niños cada vez juegan menos en la calle o en los patios. 

Pero el bixé’ también toma forma adulta. Muchos señores se han quejado de cómo algún bixé’ adquirió forma del mejor amigo o de la mismísima esposa. Engaña a los borrachos, sean hombres o mujeres. Les quita el dinero. A diferencia de con los niños, ahora es más común que se le presente a la gente grande, porque cada vez hay más alcoholismo.

Cuando sientan un eco en las calles solitarias muy de madrugada, cuando vean a un familiar o conocido repitiendo por la noche una actividad de la mañana, estarán seguramente frente a un bixé’ que intentará engañarlos. ¡Váyanse a casa!


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Texto publicado en Enfoque Diario, el domingo 1/Dic/2013.