Gubidxa Guerrero
Cuanto más pasa el tiempo, más crece la alarma por lo que acontece en Japón, y más aumenta la angustia por quienes habitamos este planeta. Y aunque la guerra de Libia, Barack Obama en Brasil, las disputas en el PRD, y la renuncia del Embajador Pascual, sean temas destacados, el más trascendental me parece el del país del sol naciente, donde el número de muertos ya sobrepasa los ocho mil, y con todo y eso, sigue siendo considerablemente menor a que si el terremoto y posterior tsunami hubieran sucedido en otra parte.
Las pérdidas son multimillonarias. Pero ahora el temor no lo provocan las imágenes del maremoto, de las aguas atravesando ciudades enteras; sino el peligro latente de la radiación que podría afectar a un gran sector de la población.