Gubidxa Guerrero
[Texto publicado en Enfoque Diario, el lunes 26/May/2014]
Después de veinte años del levantamiento armado en Chiapas, el líder militar, mediático y moral del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), el Subcomandante Insurgente Marcos, dejó de existir como figura publicitaria. Ahora se llamará Galeano, en honor al líder neozapatista José Luis Solís López (cuyo pseudónimo era ése), asesinado a principios de mes en La Realidad, territorio controlado por el EZLN, pero en disputa con otros grupos que luchan por el poder local.
“Siendo las 02:08 del 25 de mayo del 2014 en el frente de combate suroriental del EZLN, declaro que deja de existir el conocido como Subcomandante Insurgente Marcos, el autodenominado subcomandante de acero inoxidable. Eso es. Por mi voz ya no hablará la voz del Ejército Zapatista de Liberación Nacional”. Así finalizó su carta el popular personaje, dividida en cinco puntos, en la que “mataba” al histrión que le había dado voz al movimiento guerrillero chiapaneco, para así renacer “en colectivo”.
Los llamados medios alternativos de información recogieron la noticia y fueron los únicos acreditados para atestiguar el episodio. No obstante, las grandes cadenas internacionales hicieron eco del suceso, tal como RT, que puso como titular “El subcomandante Marcos ‘deja de existir’ tras liderar 20 años el EZLN”. Lo mismo hizo La Jornada.
Lo cierto es que no es la primera vez que Marcos cambia de nombre. ¿Recuerdan cuando se llamó Delegado Zero’? En aquella ocasión encabezaba un movimiento denominado “La Otra Campaña” que, como acostumbra, surgió en un momento coyuntural del país. Luego de sus declaraciones no muy favorables al candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador, lo dejaron de seguir las multitudes. Participó, inclusive, en el llamado de solidaridad con San Salvador Atenco en aquel lejano 2006.
Aunque dijo que no se iría de la Ciudad de México hasta ver liberados a todos los presos políticos de Atenco, se fue antes de que eso se consiguiera. Los medios dejaron de hablar de él, poco a poco.
Mucha gente le reprochó el prolongado silencio durante la guerra contra el narco de Felipe Calderón. Marcos siempre se defendió diciendo que él no era EZLN. Que los comunicados ahí estaban; que él era un simple elemento en las filas guerrilleras.
Ahora llama “botarga” al personaje que constituyó la esperanza de millones de mexicanos hace dos décadas. En la carta de despedida insinúa que Marcos, el héroe, fue una creación de la dirigencia neozapatista para hacerse entender ante quienes menospreciaban a los indígenas. No reconoce, pues, su propia responsabilidad en el ensalzamiento del hombre, por encima de las causas.
Queriendo llamar la atención, se apareció con un parche de pirata en un ojo. Así se tomó la más ridícula de las fotografías de Marcos, ahora llamado Galeano. Y el rollo de siempre. Al morir José Luis Solís López, apodado Galeano; Sebastián Guillén, Marcos, adopta el mote de aquél. Y cuando caiga otro, digamos Moisés, puede que el Sup Galeano se suicide de nuevo para renacer una y otra y otra vez. El mismo discurso. El mismo comediante, llámese Guillén, Marcos, Zero o Galeano…