Gubidxa Guerrero
Las guerras no son de ‘buenos’ y ‘malos’. El tiempo ve transcurrir enfrentamientos entre dos o más entes políticos o sociales con intereses contrapuestos. La guerra es, generalmente, la culminación de una serie de tensiones que no admite salida negociada.
En muchas colisiones, el sentido común, la ideología o la mera simpatía nos hacen tomar partido. Le ‘vamos’ a un bando. Lo usual es que al que más ha sufrido expolios de sus gobernantes.
Libia es un caso especial. En aquél país norafricano hay una guerra interna. Rebeldes libios intentan desde hace meses derrocar a su presidente con más de cuarenta años en el poder. Muchas ciudades han caído desde entonces, e importantes zonas estratégicas por su producción petrolera también se encuentran en manos opositoras al régimen.
Paralelamente, Libia sufre ataques de la Organización del Atlántico Norte (OTAN), que con el pretexto de apoyar a los ciudadanos antigobiernistas han lanzado bombas al por mayor, matando no sólo a soldados del oficialismo, sino a muchos inocentes, como han denunciado organizaciones no gubernamentales.
No pueden analizarse los acontecimientos de aquel país de forma maniquea. Es cierto que Muammar Gaddafi ha sido un líder implacable, con actitudes despóticas. Es verdad que la mayoría de su pueblo no le tiene mucha estima. Pero tampoco se puede negar que la OTAN sea una asociación de países colonialistas que está apoyando a los rebeldes por las grandes riquezas petroleras que se encuentran en Libia.
Tiene razón Gaddafi cuando afirma que Estados Unidos y países europeos que integran la OTAN sólo apetecen sus riquezas. Tienen razón estos últimos cuando dicen que en Libia reina la tiranía. Tampoco mienten los rebeldes cuando hablan de atrocidades cometidas por el régimen; como los funcionarios al decir que los insurgentes han perpetrados incontables delitos.
En aquel país mediterráneo, más que en ninguna parte, se ha puesto de manifiesto la banalización de la guerra. En todos los bandos vemos intereses mezquinos, así como personas entregadas a su causa.
La guerra en Libia parece haber llegado a su fin, después de varios meses. Los hijos de Gaddfi han sido capturados y, tal vez, para cuando usted se encuentre leyendo esto, el mismo presidente libio haya caído en manos rebeldes o haya sido asesinado. Este episodio está cerrándose.
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Texto publicado en Enfoque Diario el martes 23/Ago/2011.