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Opinión: El ocaso de Elba Esther


Gubidxa Guerrero 

[Texto publicado en Enfoque Diario, el jueves 28/Feb/2013]

“El inquilino de Los Pinos acaba de presentar la Iniciativa de Reforma Constitucional en Materia Educativa con la que pretende llevar hasta sus últimas consecuencias las modificaciones que el rubro requiere. Es importante señalar que dicha reforma descansa en los cimientos del panismo, que ya sin la presión del poder, podrá enriquecer la propuesta. Los sectores de izquierda, siempre duros con la Maestra, también tendrán la oportunidad histórica de dignificar con sus planteamientos el modelo educativo futuro.
     ¿Es el principio del fin de Gordillo? Nadie puede aseverarlo. Esa mujer ha sabido sortear peores riesgos. Sin embargo, para ella sería preferible un retiro honroso en la cima de su poder, que una caída estrepitosa por la conjunción de sus adversarios”.
     Eso fue lo que escribí recién comenzado el mandato de Enrique Peña Nieto, hace casi tres meses. Muchos de quienes leyeron la columna de su servidor probablemente pensaron que el ocaso de la lideresa del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) era una quimera. Después de todo, era Presidenta Vitalicia de su gremio, así como una de las personas más poderosas de México.
     …Pero los tiempos cambian y la mayoría de los actores, por muy imprescindibles que se crean, son piezas sustituibles del engranaje político. La profesora Gordillo acaba de conocer su fin, políticamente hablando. No obstante, durante varios meses estuvo en posibilidad de tener una salida arreglada, opción que finalmente rechazó.
     La detención de Elba Esther no será el gran acontecimiento del sexenio. De hecho, el móvil es político más que judicial. Y se deduce, no porque la señora sea idealista, sino porque pudiendo detener a una gama de personajes igual de nocivos, se les ve libres y hasta cercanos a los corredores de Palacio Nacional. 
     Falta el líder petrolero (y de paso su hija), el Gober Precioso, el Niño Verde, Felipe Calderón (no por los muertos que lleva en la conciencia, sino por el negociazo de la Estela de Luz), Salinas de Gortari... Faltan, también, algunos líderes vendeplazas de la Sección 22, ciertos políticos istmeños, varios seudoluchadores sociales y algunos legisladores. Si a Peña Nieto se le ocurriera poner tras las rejas a todos los funcionarios corruptos, no le alcanzaría el sexenio.
     De cualquier manera se reconoce la medida. Aunque es importante que la escena de Gordillo tras las rejas, no impida que veamos los aumentos a la gasolina y la intentona de gravar los alimentos y las medicinas. El PRI es el PRI. Que no se nos olvide.