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Opinión: Ahora en Juchitán…


Gubidxa Guerrero 

Texto publicado en Enfoque Diario, el miércoles 27/Feb/2013]

La Séptima Sección es el corazón social de Juchitán. Si bien el mercado central es el eje que articula a las personas y al comercio, la populosa Séptima, como le dicen, es la síntesis de los anhelos, carencias y virtudes de la ciudad zapoteca más grande en la actualidad.
     Guidxiguié’ (‘Ciudad de flores’) como se nombra en idioma zapoteco, es una población con larga historia de lucha por defender su autonomía política y sus recursos naturales.
     En décadas recientes, el cáncer de la politiquería invadió la tierra del General Charis. Las luchas tradicionales por mejorar las condiciones de vida se tornaron en meras causas electoreras. Los “líderes” se volvieron simples demagogos que no dudaron en servir dócilmente a los intereses partidistas de agrupaciones ajenas al sentir y a los sueños de los binnizá de la planicie costera del Istmo de Tehuantepec.
     Desde hace mucho la clase política, en conjunto, está desprestigiada. En contraposición, surgen grupos amorfos sin estructura ni disciplina que intentan llenar el vacío de liderazgo en la defensa de lo que nos pertenece como etnia. 
     Por razones de índole táctico, dichos grupos se han asociado a entidades políticas extrañas, que defienden causas más abstractas que concretas, sumándose en lo discursivo a movimientos como el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) o a las corrientes globalifóbicas. A las personas comunes aquellas banderas les resultan igual de extrañas que las defendidas por los dirigentes tradicionales coceístas...
     Como todos sabemos, hace algunos meses subió de todo en conflicto en torno al parque eólico que pretende construir Mareña Renovables en terrenos de San Dionisio del Mar. Puesto que el acceso terrestre a la Barra de Santa Teresa pasa por la Colonia Álvaro Obregón (Agencia Municipal de Juchitán), los campesinos y pescadores zapotecas se vieron involucrados. 
     Aunque Guixhiró’ (Álvaro Obregón) está conformado mayoritariamente por juchitecos y sus descendientes, el hecho de que se encuentre distante unos cuantos kilómetros del núcleo urbano hace que a veces se le trate como pueblo diferentes, siendo que es uno mismo con su cabecera.
     Sin embargo, en el presente caso no hay distinción posible. El Barrio de los Pescadores es el corazón mismo de esta ciudad de cien mil habitantes.
     No es exagerado anunciar que el conflicto con las transnacionales está en un punto crucial. Se ha dicho que hay una diferencia cualitativa entre los parques de La Ventosa, La Venta y San Dionisio del Mar, por cuanto los primeros están sobre terrenos particulares y éste sobre terrenos comunales. 
     Si los juchitecos logran frenar el establecimiento del parque por el rumbo de Playa San Vicente, todo el andamiaje del proyecto puede venirse abajo. Estemos atentos a lo que ocurra…