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¿Qué pasa en Siria? [El futuro del mundo]

Gubidxa Guerrero

Oriente Medio se ha caracterizado por su conflictividad. En dicha región confluyen tres continentes: Asia, Europa y África. Actualmente es el sitio donde se encuentran las mayores reservas de hidrocarburos del mundo. A lo anterior se suma el hecho de que la zona alberga tres religiones monoteístas que, aunque con un mismo origen, mantienen diferencias irreconciliables en el terreno político: judaísmo, cristianismo e islam. Moisés, Jesús y Mahoma

Desde la caída del Imperio Turco (mejor conocido como Imperio Otomano), luego de su derrota en la Primera Guerra Mundial, sus antiguas dependencias quedaron divididas arbitrariamente, según áreas de influencia de las potencias que ganaron la contienda, sobre todo Francia e Inglaterra. Poco después dieron inicio a los actuales Estados de Líbano, Jordania, Iraq, Siria, Egipto

En 1948 la empresa colonizadora de los judíos europeos alcanzó su más caro objetivo: erigirse en Estado reconocido por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), lo que hoy viene siendo Israel. Esto detonó un nuevo problema conocido como el 'Conflicto israelí-palestino’

Desde finales de 2010 y durante todo el 2011, en varios países musulmanes del norte de África (como Túnez y Egipto) y de Asia (Siria), comenzaron a darse manifestaciones populares masivas, conocidas mediáticamente como la ‘Primavera Árabe’. Estas movilizaciones consiguieron derrocar a varios Gobiernos.

Pero a diferencia de Túnez o Egipto, cuyos mandatarios eran aliados de Estados Unidos de América y varias potencias occidentales, (por lo que éstos no vieron con muy buenos ojos su derrocamiento), el régimen sirio mantiene una alianza estratégica con la República Islámica de Irán y potencias mundiales antagónicas de Estados Unidos, como Rusia y China. Es decir, el gobierno de Bashar Al-Assad, gobernante en turno de Siria, estorba a los intereses geopolíticos de algunas potencias, mismas que están alentando el “levantamiento popular”.

Pero la caída del régimen sirio es una línea roja que Vladimir Putin, Presidente de Rusia, no está dispuesto a permitir que alguien cruce; porque significaría romper el frágil equilibrio de la zona. Una dimisión del mandatario sirio podría derivar en el posterior ataque a Irán (pretendiendo destruir su programa nuclear), o en un subsecuente bombardeo a Líbano, en cuyo seno se encuentra Hezbolá, el partido-milicia que ha logrado poner en jaque al Estado de Israel.

Muchos no se percatan de que en Siria se juega el futuro del mundo, pues es pieza clave del tablero internacional. Por ello, aunque su régimen sea repudiado por buena parte de su pueblo, y haya personas sensatas que desearían que cayera, Rusia y China lo sostendrán a como dé lugar. Ha tocado a estos últimos países hacer el papel del ‘villano’ del cuento; lo que habla de que el mundo ha dejado de ser patrimonio de nuestro vecino del norte...



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Texto publicado en Enfoque Diario el martes 17/Jul/2012.