Gubidxa Guerrero
El Presidente de la República Islámica de Irán, Mahmud Ahmadinejad visitó el país de los cedros, Líbano, la semana pasada. Este viaje oficial despertó la polémica en los medios informativos del mundo entero. Y es que el líder persa no sólo realizó una visita oficial a la capital libanesa, Beirut, sino que participó en manifestaciones políticas en su frontera sur, que colinda con el Estado de Israel.
La región más conflictiva del orbe es Medio Oriente. Ahí se encuentran las mayores reservas de hidrocarburos; allí también se pelean las dos guerras más importantes de Estados Unidos (Irak y Afganistán); y allá, finalmente, está el epicentro del conflicto geopolítico más añejo: el conflicto israelí-palestino.
Hace tres años anoté que "a pesar de que para 1914 los judíos en Palestina no alcanzaban los doscientos mil habitantes la ONU les concedió, algunas décadas después, el derecho de formar un país independiente. El Estado de Israel nació a costa de los territorios árabes usurpados, y es de sobra conocido el uso sistemático de la violencia para apropiarse de las ciudades y bienes de la población originaria.
Desde 1948, año de la fundación de Israel, más de dos terceras partes de la población árabe en Palestina ha sido expulsada y confinada a pequeños espacios (Cisjordania y la Franja de Gaza) donde reinan la miseria, la violencia y la humillación de parte del ejército ocupante. Con el pretexto del Holocausto nazi y de algunos mitos fundacionales (como el que los judíos son dueños de Palestina porque así les fue “prometido” por su Dios) este país ha justificado la situación que impera hasta el día de hoy.
Desde entonces, la región ha sufrido la devastación de varias guerras, en las que Israel siempre había salido victorioso… A excepción de la última, que se libró en 2006 contra el Líbano. En dicho conflicto, el 'Partido de Dios' (Hezbolá), infligió una humillante derrota a Israel, causándole más de 100 bajas militares. Menos de cinco mil milicianos se enfrentaron en campo abierto a uno de los ejércitos mejor pertrechados del mundo, y ganaron.
¿Qué tiene que ver esto con Irán? Que es el principal patrocinador de Hezbolá. Los Guardianes de la Revolución --cuerpo de élite de la República Islámica-- entrenaron y armaron a los primeros combatientes de la Resistencia (nombre del brazo armado del 'Partido de Dios'). Y hoy Irán se encuentra en el ojo del huracán de la política mundial; pues por una parte, aspira a que se le reconozca como potencia regional, y por otra, es acusada de querer dotarse de armas atómicas.
Y si Irán es polémica, su Presidente, Mahmud Ahmadinejad, lo es más. Sus declaraciones han acaparado los titulares de los principales medios de prensa mundiales. Dijo, por ejemplo, que el genocidio contra los judíos durante la Segunda Guerra Mundial, no fue en las proporciones que se ha pretendido; declaró que el Estado de Israel, como entidad sionista, debe desaparecer; y ha defendido a capa y espada el derecho de su nación de dotarse de tecnología nuclear con fines pacíficos. Por lo anterior, Ahmadinejad es considerado el enemigo número uno de Israel. Y en días pasados, este hombre estuvo a unos cuantos kilómetros de su frontera.
De “provocación” tildaron las potencias occidentales esta visita. Pero con todo y los pronunciamientos en contra, nadie pudo evitarla. Esto nos habla del enorme poder que ha acumulado Irán en los últimos años, pues ha sido capaz de desarrollar sus propios mecanismos defensivos (misiles de mediano alcance, lanchas militares rápidas), y de diseñar una diplomacia dinámica en todo el mundo. Y a pesar de las sanciones internacionales y de otras maniobras para lastimar su economía, ha tejido alianzas con países como China, Rusia, Brasil, Turquía y Venezuela.
¿Somos testigos del nacimiento de una nueva potencia regional? Indudablemente. Y Ahmadinejad es el vocero que se lo ha dicho al mundo.
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Texto publicado en Enfoque Diario el martes 19/Oct/2010.