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San Dionisio del Mar y el proyecto eólico

Gubidxa Guerrero 

Nuevamente los ikoots del municipio de San Dionisio del Mar; nuevamente un bloqueo por el proyecto eólico en el Istmo de Tehuantepec. Hace un par de días comuneros huaves de san Dionisio, inconformes por la manera en que se realizó la negociación con una empresa generadora de electricidad, decidieron movilizarse ocupando el Palacio Municipal y cerrando la entrada a la población.
Ellos alegan que “el contrato no cumplió con los estándares nacionales e internacionales de derecho para pueblos indígenas y en materia agraria”; o en otras palabras, no se les dio información suficiente y veraz, tampoco se les advirtió de todas las implicaciones del acuerdo que se materializó mediante Acta de Asamblea, con fecha 7 de noviembre de 2004. 

Además, los ikoots acusan al alcalde de extracción priísta, Miguel López Castellanos, de recibir 17 millones de pesos por el cambio de uso de suelo; 13 millones en efectivo, y 4 más en obras de infraestructura social. Piden asimismo su destitución. 
En cuanto al proyecto que pretende realizar la empresa ‘Mareña Renovable’, filial de la española Preneal, en 1 643 hectáreas de tierra, solicitan su cancelación puntual por “desventajosa y en perjuicio del medio ambiente”.
El asunto de los parques eólicos en el Istmo sigue dando de qué hablar. Baste recordar que en semanas previas tomó nueva fuerza debido a la detención, y posterior liberación, de Bettina Cruz Velázquez, férrea opositora a dichos proyectos.
Como he comentado en otras ocasiones, la decisión de rentar o no las tierras corresponde a los comuneros y/o campesinos. Pero ésta debe ser ulterior a un balance adecuado de costos y ganancias. Dicho balance debe considerar no únicamente el aspecto económico sino medioambiental, político, cultural y los que para las partes sean importantes.
También he dicho que si un pueblo consume energía, es preciso que la produzca, y una de las mejores formas de producirla es mediante el viento, por ser limpia, segura y renovable (con sus implicaciones, claro, pero ¿qué manera de generar energía no las tiene?) Dicen que “el diablo está en los detalles”, por tanto, los acuerdos deben ser claros y sin engaños. Pero si después de que las empresas y las poblaciones han alcanzado acuerdos benéficos para las partes, se apuesta por su realización, también debe respetarse. 
Satanizar una manera de producir energía es absurdo e incongruente, pues todos la utilizamos. Santificarla es igual de absurdo y hasta ingenuo, porque ninguna empresa viene a hacer favores; más bien a procurar ganancias, y mientras menos ganen los pueblos, más ganarán ellas. 
Lo importante es saber negociar, estar informados y decidir colectivamente. Ni viles mercenarios que venderían a su pueblo por tres pesos, ni falsos profetas que venderían una “lucha” por igual cantidad. Unidos e informados todos ganan.


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Texto publicado en NOTICIAS, Voz e Imagen de Oaxaca el domingo 08/Abr/2012.