Gubidxa Guerrero
La Federación Rusa se ha convertido en el único país en intervenir legalmente en Siria para combatir al Estado Islámico.
Esta semana aviones caza del ejército ruso bombardearon posiciones de mando del Estado Islámico en las montañas sirias, con el fin de coadyuvar en las tareas que realiza el Ejército Sirio que libra feroces combates desde hace aproximadamente cuatro años.
Como el lector recordará, hace varios años surgió un movimiento popular que fue denominado por los comentaristas como ‘Primavera Árabe’. Una erupción de protestas cimbraron las estructuras de poder de varios países árabes, como Egipto, Libia y Jordania.
Desafortunadamente, las protestas no ayudaron a democratizar los regímenes. En el mejor de los casos, lograron transiciones que fueron sofocadas violentamente por el Ejército, como sucedió en Egipto. En el peor, convirtieron en ruinas países prósperos, como Libia.
Algunas potencias occidentales que inicialmente se habían opuesto a la ‘Primavera Árabe’, pues significaba un riesgo para sus aliados, decidieron darle un nuevo sentido para combatir a gobiernos antisistémicos, como en el caso de Siria.
Las protestas en Siria devinieron en una guerra abierta en la que decenas de miles de combatientes extranjeros participan. Estados Unidos de América decidió apoyar a varias guerrillas que combatían contra el gobierno; a pesar de que Bashar Al Asaad había advertido que entre éstos había más terroristas que otra cosa. EE.UU. financió y entrenó a varios grupos de milicianos que con el paso del tiempo se aliaron a Al Qaeda o fundaron el Estado Islámico, grupo fundamentalista que trabaja en pro de la agenda geopolítica occidental.
Francia, Estados Unidos y Turquía intervinieron en Siria para, supuestamente, combatir al Estado Islámico. Pero lo que las pantallas de televisión mostraron fue el ataque a las posiciones del ejército gobiernista y la ayuda a los verdaderos terroristas.
El gobierno sirio jamás consintió la intervención de las potencias extranjeras. Declaró públicamente que éstas utilizaban al Estado Islámico como pretexto para dañar la infraestructura del país.
Al paso de los años la situación se ha estancado. Poco a poco, el gobierno sirio se ha fortalecido obteniendo nuevas victorias que le han devuelto la estabilidad. Y es en este contexto que Rusia ha decidido intervenir a petición expresa y formal del gobierno sirio.
Rusia se ha erigido como una potencia mundial. La única que realmente está atacando posiciones del Estado Islámico con la autorización del gobierno sirio. Seguramente este paso es el primero de muchos más, que le permitirán recuperar el protagonismo mundial que llegó a tener en su momento la URSS.
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Texto publicado en Enfoque Diario el viernes 02/Oct/2015.