Gubidxa Guerrero
[Texto publicado en Enfoque Diario, el miércoles 29/Oct/2014]
Torpes resultan las declaraciones de los adversarios políticos de Andrés Manuel López Obrador, dos veces candidato presidencial. Con un cinismo increíble, personajes de todas las corrientes ideológicas insinúan que el líder de Morena está relacionado con José Luis Abarca Velázquez y, por ende, con la desaparición de 43 normalistas.
No es en el Partido de la Revolución Democrática (PRD) ni en el Revolucionario Institucional (PRI) donde miran los reflectores. El primero mandaba en Iguala y el Estado de Guerrero; el segundo en el país. Ahora quiere acusarse sin ningún fundamento al ex jefe de gobierno del Distrito Federal.
Circulan una curiosa fotografía en la que AMLO aparece junto a la pareja que gobernaba Iguala de la Independencia hasta hace pocas semanas. Imagen de campaña, como las que se guardan en miles de hogares de simpatizantes de Obrador. Lo anterior no significa nada. Como tampoco las fotografías en las que el alcalde aparece con Enrique Peña Nieto, Miguel Ángel Mancera, Rosario Robles o Ángel Aguirre Rivero.
Los políticos, como las estrellas del espectáculo, van por los distintos escenarios complaciendo a las mayorías. Se retratan con medio mundo y no andan con un detector de criminales en el bolsillo.
Lo curioso de este caso es que, en lugar de perjudicarlo, terminarán favoreciendo al tabasqueño, de quien no teníamos noticia desde hace varios meses en que su partido recibió el registro del Instituto Nacional Electoral (INE). ¿Recuerdan el desafuero que lo convirtió en víctima de la “Mafia en el Poder”?
Es burda la intentona de los políticos que han gobernado México desde todos los espectros ideológicos, porque el debate no debe estar en la figura de Andrés Manuel sino de los gobiernos municipales de todo el país que gobiernan como les viene en gana.
El asesinato de seis personas la noche del 26-27 de septiembre y la desaparición de 43 normalistas refleja la descomposición de nuestra vida pública. No es culpa únicamente de los perredistas guerrerenses ni de los priístas de Los Pinos. Viene siendo fruto de 12 años de panismo ramplón que libró una guerra contra el narco sin tener los mínimos elementos estratégicos para ello. Que inició una contienda en la que el Estado Mexicano no tenía pleno control, pues a nivel regional tenía pactos con distintos grupos del crimen organizado.
Guerreros Unidos no surgió con Abarca, con Aguirre ni con Peña Nieto. Nació en época calderonista. Pero Felipe Calderón tomó decisiones en el terreno por la herencia nociva del priísmo, y así sucesivamente…
De la podredumbre de la política nacional han sido partícipes todos los partidos políticos, sin que ello signifique que todos sean iguales. No es lo mismo un José Luis Abarca que un Enrique Peña Nieto, un Ángel Aguirre que un Andrés Manuel López Obrador. Existen responsables que deben ser procesados.
Quienes dispararon no son los únicos, ni quienes dieron la orden para ello. Hay culpables entre quienes mandaron a los muchachos a la boca del lobo, sabiendo que Iguala era gobernada por una pareja de narcopolíticos. Hay muchos involucrados, pero ¿El Peje? Definitivamente no.