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El pecado de Palestina

Niño palestino de la Franja de Gaza, ultimado por los bombardeos israelíes

Gubidxa Guerrero 

[Texto publicado en Enfoque Diario, el miércoles 09/Jul/2014]

Mientras el mundo habla con admiración de la “masacre” alemana contra Brasil en el ámbito futbolístico, en Medio Oriente se perpetra una matanza real que está costando la vida a decenas de niños, mujeres y hombres palestinos.

En Brasil 2014 la selección anfitriona recibió  7 anotaciones en un partido vergonzoso. Pero más allá de la vergüenza nacional, ninguna vida está realmente en riesgo. Sólo murió la esperanza deportiva de un pueblo. En Palestina, en cambio, una sociedad pagará las consecuencias de la ocupación israelí.

¿Por qué vemos que las agencias noticiosas comparten imágenes terribles de niños asesinados por bombas “inteligentes”? Porque acaba de iniciar una operación por parte del Estado de Israel para derrotar a Hamas, que tiene su bastión en una pequeña franja mediterránea sobrepoblada.

¿A qué debemos esta nueva “guerra”, que es como definen los especialistas al ataque inmisericorde contra una entidad infinitamente inferior? Se dirá que por la escalada que se originó con el secuestro de tres jóvenes judíos ultraortodoxos israelíes en Cisjordania. Se podrá decir, también, que por el asesinado de un joven palestino, quemado vivo por muchachos israelíes. Lo cierto es que la verdadera causa es otra y es de carácter intrínsecamente político.

Hace algunas semanas Hamas y Al-Fatah, dos agrupaciones palestinas, lograron reconciliarse después de muchos años de ruptura que creó dos entidades en una: por un lado Gaza, controlado por Hamas; y por el otro Cisjordania, bajo dominio de Fatah. 

El gobierno israelí sabe que Palestina unida tiene más posibilidades de lograr vivir como país independiente y reconocido formalmente como Estado de pleno derecho. Por tanto, desde hace décadas ha mantenido una política de “divide y vencerás”, apoyando alternativamente a distintas facciones árabes. 

El guión, que los líderes palestinos habían respetado, cambió cuando las partes en conflicto hicieron un loable esfuerzo por dejar sus diferencias de lado. Eso no gustó a la potencia ocupante, que ha lanzado amenazas abiertas en contra del gobierno de unidad. 

Como Estados Unidos y Europa toleraron el entendimiento nacional palestino, Israel está recurriendo a su gastada estrategia: provocar un conflicto de envergadura con el más mínimo pretexto. Desea que la sociedad culpe a una de las facciones palestinas y que el divisionismo impere de nuevo.

Vienen días aciagos para el mundo. Veremos cómo en Tierra Santa se violan los más elementales derechos de un pueblo entero.