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De fútbol y otras desgracias

Estos niños han logrado más que la
selección mexicana de fútbol
Gubidxa Guerrero

No acostumbro ver el fútbol profesional. Para mí, desde hace mucho, la televisión perdió su encanto. Prefiero jugar un partido de salón con amigos entrañables, apostando una tlayuda, que mirar acongojado cómo son derrotados once tipos que ganan muchísimo más dinero que, digamos, un científico.

Como repiten los comentaristas, el balompié es un simple espectáculo destinado a brindar entretenimiento a las masas, lo que no constituye ningún delito. Sin embargo, cuando los valores de un país se encuentran tan invertidos, resulta preocupante el protagonismo de los grandes clubes.

La elección en Juchitán, también a tribunales

Saúl Vicente en Álvaro Obregón, siendo echado
del lugar por pobladores.
Gubidxa Guerrero

[Texto publicado en Enfoque Diario, el miércoles 16/Oct/2013]

El lunes hablamos de la situación de Salina Cruz, donde el Tribunal Estatal Electoral del Poder Judicial de Oaxaca (TEEPJO) declaró inválida la victoria de Mariano Vicente, candidato del Panal a la presidencia municipal, y ordenó, en cambio, otorgar la constancia de mayoría a la planilla encabezada por Rosa Nidia Villalobos, del PRI-PVEM.

Lo anterior nos deja dos lecciones. Una mala y una buena. La primera, es que los intereses políticos siguen pesando en la democracia mexicana, ya que puede más la voluntad del PRI-PRD-PAN-PT juntos, que la de miles de votantes que dieron una ventaja contundente al “médico de los pobres”. La segunda enseñanza que nos brinda ―la buena―, es que nunca está dicha la última palabra, y los resultados pueden modificarse en tribunales.

Para el caso de Salina Cruz, los magistrados ajustaron los números de tal modo que la candidata priísta, hoy alcaldesa electa, quedara ligeramente por encima de su contrincante. Apenas 43 sufragios de ventaja. Lo que pronostica un incesante movimiento en la Sala Regional, con sede en Xalapa, Veracruz, que tendrá la última palabra en este asunto. También predice una posible negociación entre los equipos de cada personaje. Y existe el riesgo genuino de que a alguien se le ocurra sacrificar la victoria de Mariano Vicente en aras de algunas prebendas…

Hoy hablaremos de Juchitán, ciudad que cuenta con un presidente electo con constancia de mayoría. Saúl Vicente Vázquez se alzó con la victoria, impulsado por la poderosa COCEI y algunos aliados priístas descontentos con la candidatura del doctor Héctor Matus Martínez. 

En este asunto particular, el Tribunal Electoral no invalidó la victoria coceísta. Sin embargo, reconoció algo inocultable: el grosero fraude electoral en la agencia municipal Álvaro Obregón, así como otras irregularidades. Como recordarán los lectores, Guixhi ro’ (como se conoce a esta población en idioma zapoteco) se declaró en rebeldía y sus habitantes anunciaron que no permitirían la instalación de las casillas, pues no querían a ningún partido político. Pese a que el Instituto Estatal Electoral había declarado que no violentaría la elección instalando por la fuerza las urnas, el día de los comicios éstas se montaron a la salida del pueblo, y recibieron a cientos de votantes, que casualmente sufragaron en su inmensa mayoría por Saúl Vicente Vázquez, candidato de la COCEI (representado en las boletas por el PRD-PAN-PT). 

Si bien, el Tribunal Estatal no desconoció el resultado final de la elección, sí anuló nueve casillas, “al haberse acreditado la indebida integración de las mesas directivas de casilla, ya que ciudadanos no autorizados recibieron la votación en las casillas 330 B, 330 C1, 330 C2, 331 B, 331 C1, 331 C2”.

En Salina Cruz, donde la elección fue ejemplar, la victoria de un candidato ciudadano se invalidó; y en Juchitán, donde el Tribunal Estatal reconoció violaciones flagrantes a los principios democráticos, se ratificó el triunfo del candidato del PRD-PAN-PT. Paradojas de la democracia. 

Toca esperar lo que se exprese en Xalapa, Veracruz, donde los jueces deberán analizar todas las pruebas, hablar con claridad y apegados a lo que marca la normatividad. 

Salina Cruz y el conflicto por venir

Gubidxa Guerrero

[Texto publicado en Enfoque Diario, el lunes 14/Oct/2013]

No conozco al médico Mariano Vicente, ni simpatizo con el partido que lo postuló a la alcaldía de Salina Cruz ―el Panal―, pero debo reconocer el gran entusiasmo que su candidatura despertó entre los electores del puerto.

Hace algunos meses mencioné que: 
en Salina Cruz no votan por el partido sino por el candidato. Es una verdad que todo el Istmo constata en cada proceso comicial, y que quedó demostrada en la reciente elección.
Con poco presupuesto, sin una gran campaña propagandística, el médico de los pobres saltó al ruedo para invitar a los salinacrucences a brindarle su confianza. Poco a poco, conforme iba caminando las colonias del puerto, fue sumando adhesiones. 
Primero se le ignoró. Pocos pensaban que su campaña levantaría. Después fue motivo de burlas, por la mera idea de pensar en competir contra los grandes. Pero con el paso de las semanas el PRI-PVEM y el PAN-PRD-PT fueron viendo en él a un verdadero adversario, de tal manera que los principales candidatos entraron en apuros.
Este fin de semana el Tribunal Estatal Electoral del Poder Judicial de Oaxaca (TEEPJO) declaró inválida su victoria, y ordenó al Instituto Estatal Electoral y de Participación Ciudadana de Oaxaca (IEEPCO), otorgar la constancia de mayoría a la planilla postulada por la Coalición Compromiso por Oaxaca (PRI-PVEM) encabezada por Rosa Nidia Villalobos.

Lo anterior, además de constituir una grave afrenta para miles de ciudadanos porteños que confiaron en las instituciones democráticas, pone a una de las ciudades más importantes del Estado en riesgo de un grave conflicto postelectoral.

Mariano Vicente no cuenta con estructura suficiente para chantajear al gobierno, como suelen hacer perredistas y priístas; tampoco es amigo de prominentes políticos del país; pero goza de simpatía genuina entre miles de personas hartas de la politiquería, que indudablemente defenderán el resultado que arrojaron las urnas en julio.

Es importante mencionar que el proceso no está concluido, y que existen otras instancias de apelación, a nivel federal, que pueden voltear nuevamente el resultado. Será en Xalapa, Veracruz, donde se defina este brollo, desde el punto de vista legal, pero en las calles y plazas de Salina Cruz podría vivirse otra batalla ―ésta de carácter social y político― por defender el voto popular. Estaremos al pendiente. 

Las hormigas de la calle Libertad

Gubidxa Guerrero

Para mi hermano Elvis Valdivieso

[Texto publicado en Enfoque Diario el domingo 13/Oct/2013]

Goyo sale todas las mañanas con su abuela. Camina del Barrio de los Pescadores al centro del pueblo cargando el bolso en que la matrona de la casa depositará los bastimentos del día.

Cuando no va a la escuela, sirve de bastón a la anciana, a quien faltan pocos meses para cumplir 84 primaveras. Quien la viera, pensaría que tiene quince o veinte años menos. Pero es que, como ella siempre repite, está hecha de madera de antes, fuerte y resistente como los árboles de caoba que antaño habitaban los bosques cercanos. 

El pequeño, a quien sus padres pusieron Gregorio, en honor al abuelo, disfruta los recorridos con ella, porque mientras camina los callejones centenarios ―entre saludos de la gente, charcos y ladridos de perros― va imaginando cosas. 

El árbol hueco que se encuentra a dos cuadras de su hogar es, en la mente del chamaco, la casa de algún curandero. El edificio grande, con las paredes agrietadas, que mira cuando se aproximan al mercado, se vuelve en su imaginación un viejo cuartel militar. Pero lo mejor de todo, la escena que más disfruta ver, son las hormigas de la calle Libertad. 

Cada que él y su abuela atraviesan esta importante vialidad de Juchitán, Goyito comienza a mirar con otros ojos su entorno. Imagina cientos de hormigas rojas atravesando un caminito terroso, una tras otra, como vagones del ferrocarril. Sólo que las hormigas son los mototaxis, y el caminito es esta calle de cemento bastante transitada.

A veces, cuando la abuela lleva prisa o sus pies amanecen sin fuerzas, ella y su nieto abordan uno de estos pequeños vehículos, y entonces Gregorio se vuelve el ser más dichoso, sabiendo que comienza la aventura trepado en una de las cientos de hormigas mecánicas.