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División en la CNTE

Gubidxa Guerrero

[Texto publicado en Enfoque Diario el jueves 19/Sep/2013]

La noche antes del operativo para recuperar la Plaza de la Constitución circulaba la versión de que todo estaba arreglado entre la dirigencia de la CNTE y la Secretaría de Gobernación.

No obstante, se ponía hincapié en que la dirigencia necesitaba su espectáculo para decir que “resistió”. Por eso a muchos les dieron el aviso a tiempo, y desde la noche del 12 de septiembre se movieron, retirando sus casas de campaña hacia el Monumento a la Revolución, a poco más de dos kilómetros.

El viernes 13 no se derrotó a los profesores, como muchos afirmaron, ya que la mayoría prefirió evadir la confrontación. Los enfrentamientos se dieron entre los cuerpos de seguridad y una minoría de jóvenes autodenominados anarquistas, y algunos profesores que no quisieron retirarse.

En su momento, muchos no dieron crédito al rumor. Después de todo, los rumores no constituyen prueba en ningún sitio. Sin embargo, ayer pareció que las diferencias al interior de la Coordinadora se ahondaron, cuando el dirigente de la Sección 22 del magisterio fue, literalmente, corrido a rechiflas. 

Rubén Núñez, secretario general de dicho gremio, fue acusado por decenas de profesores, de haber “vendido” el movimiento magisterial, ya que en su corta intervención pidió respetar los acuerdos signados con las autoridades federales, uno de los cuales se refería a no reocupar el Zócalo defeño. Ante eso, se hizo un pequeño coro gritando “urgente, urgente, cambiar al dirigente”, lo que confirmó que la presión al interior es fuerte.

La tarde del viernes 13 de septiembre, fueron los líderes quienes pidieron ser obedecidos, exhortando a los pocos que quedaban en el corazón de la Ciudad de México a que se fueran. Mismo modus operandi que en 2006. ¿Los Rueda Pacheco de 2013? Quién sabe. El magisterio del sureste mexicano tiene sus propios códigos. 

Lo que es un hecho, es que en breve sabremos si el plantón continúa en la capital del país o la CNTE hace un repliegue táctico, reiniciando labores y cobrando las quincenas atrasadas. Tal vez no haya tal dirigencia traidora y lo que vimos ayer sea simple síntoma de la desesperación en las filas de la poderosa Sección 22.

Juchitán vuelto un caos

Fotografía.- Gustavo López
Gubidxa Guerrero

[Texto publicado en Enfoque Diario el miércoles 18/Sep/2013]

Sí. Sé que muchas personas piensan que Juchitán se encuentra en estado caótico permanente y que, por tanto, es redundante repetir lo que de por sí sabemos.

Sin embargo, hay ocasiones en que el relajo cotidiano se exacerba y esta población comercial rompe nuestros esquemas.

¿Qué fue esta vez?, preguntará el amable lector. Porque son tantos los problemas que ha prohijado la clase política, que ya no se sabe cuál será el siguiente en estallar...

¿Acaso las invasiones de terrenos? ¿Será que el caos lo provocó, en esta ocasión, la disputa postelectoral? ¿Tal vez fue el comercio ambulante o el asunto eólico?

Esta vez los grupos que desquiciaron la cotidianeidad en esta importante ciudad zapoteca son los taxistas. Ellos, con toda la razón del mundo, exigen que se cumplan los acuerdos que han firmado con los grupos de mototaxistas y autoridades estatales para impedir la instalación de bases de mototaxis en el primer cuadro de la ciudad.

Y eso del primer cuadro es un decir, porque desde hace varios meses todo el centro está abarrotado de pequeñas unidades. Quien baje del ‘puente grande’, quien vaya al Calvario, a la capilla del Señor de la Piedad o al Parque Revolución lo comprobará. Puntos de referencia a menos de 200 metros del Palacios Municipal.

Entonces, los amigos del volante tal vez se refieran al Palacio mismo, porque ahora las bases se están fijando en las esquinas de la sede del poder local.  

El caso es que los dos mil mototaxis pululan por doquier y resultan ser una competencia desleal para los taxistas, que pagan mucho más por combustible y refacciones, que quienes conducen pequeñas unidades de transporte. Sin contar que los taxistas se enfrentan en una batalla desigual, ya que están compitiendo contra grupos políticos bien identificados. Es como si un vendedor de zapatos se quisiera enfrentar a Antorcha Campesina, del PRI, o a la COCEI. Difícilmente un gremio laboral derrotará a un pulpo político, con suficiente experiencia en el arte de presionar y negociar. 

Pero el hecho de que la parte que bloquea tenga razón en sus demandas, no le debe dar derecho de perjudicar a personas que diariamente se trasladan al centro de esta ciudad. Porque debido al bloqueo de ayer, muchos comerciantes que vienen de poblaciones vecinas no pudieron ingresar al primer cuadro a mercar, perdiendo con ello dinero que sirve para los gastos apremiantes.

Pedir que el asunto se resuelva es ilusorio. Los intereses políticos no lo permitirán; menos ahora que el municipio ha sido recuperado por los coceístas, quienes representan a la mayoría de los mototaxistas. Porque si frente a la administración priísta de Daniel Gurrión hicieron lo que se les vino en gana, con Saúl Vicente a la cabeza, ¿creen que se contendrán? Queda la cuestión en el aire.

El ‘grito’, termómetro político

Gubidxa Guerrero

[Texto publicado en Enfoque Diario el martes 17/Sep/2013]

La ceremonia del 'grito' es excepcional. Pocos líderes mundiales se ven ondeando una bandera mientras echan vivas a una lista de héroes patrios.

En el siglo diecinueve, dos fechas se disputaban el honor de fungir como el Día de la Independencia mexicana: el 16 y el 27 de septiembre. Pues si bien es cierto que Miguel Hidalgo tiñó las campañas de Dolores una madrugada del 16, iniciando con ello la Guerra de Independencia; Agustín de Iturbide y Vicente Guerrero entraron a la Ciudad de México un 27, once años después, consumándola.

Según la filiación política cada bando escogía una de las dos fechas. Los conservadores lo hacían el 27, ensalzando a Iturbide, quien fue proclamado Emperador poco después de reconocida la separación respecto España. Los liberales, por su parte, celebraban el 16 los actos solemnes para recordar a Hidalgo, Aldama, Allende, Morelos y Guerrero.

El 'grito', como tal, es una costumbre posterior. Fue en época revolucionaria que adoptó el formato que le conocemos. Se dice que Venustiano Carranza fue el primer mandatario en recitar los nombres de los insurgentes, mientras tocaba la campana con la que supuestamente Hidalgo llamara a la rebelión más de cien años antes. Hoy en día no podemos concebir una celebración patria sin el famoso 'grito'.

¿A qué viene este recuento? A destacar el hecho de que la noche del 15 cada alcalde, cada gobernador y el presidente de la República en turno se ponen delante de una muchedumbre que no se sabe cómo pueda reaccionar. Las buenas maneras no son norma obligada entre quienes acuden a la verbena popular...

Cuando un gobernante ve nutrida asistencia al acto y escucha fuertes vítores a los héroes nacionales, podrá decir que es bien aceptado por sus conciudadanos. Pero si escucha rechiflas al por mayor, sabrá claramente que no es a los personajes históricos a quienes desaprueban, sino a quien está frente al balcón.

El domingo en el Istmo, en el Estado y en el país hubo innumerables ceremonias. Cada presidente municipal tuvo oportunidad de saber el grado de aprobación que tiene entre los suyos, y desafortunadamente no fue muy bueno. Eso tal vez nos hable de que hay muchas tareas pendientes que una noche festiva no borran.

A celebrar con trabajo y constancia, que es la mejor manera de rendir tributo a quienes dieron sus vidas por hacer de Nueva España el país soberano que hoy llamamos México. Más trabajo y menos gritos, que en los callos está el patriotismo.

Un regalo de la lluvia

Ilustración.- Francisco Toledo
Gubidxa Guerrero

[Texto publicado en Enfoque Diario el domingo 15/Sep/2013]

A veces, cuando uno camina por las veredas calurosas de nuestra región, entre árboles de mezquite y grandes pochotes, levantando el polvo a nuestro paso, sucede que nos llevamos gratas sorpresas. ¿Nunca se han topado con alguna tortuga terrestre de avanzar pausado? Seres por los que no transcurre el tiempo, y que pueden permanecer quietos una eternidad.

Éstas son pequeñas, de un color verde obscuro (muchos dirán que café), con el cuello largo y la piel arrugada. Su capazón tiene grabadas pequeñas figuras geométricas que algunas personas saben leer. Se esconden de los extraños. Suelen introducir sus extremidades en la casa que llevan a cuestas. Durante la infancia me pregunté muchas veces de dónde provenían, pues me las llegué a encontrar en lugares inverosímiles: en lo alto de la montaña de Guiengola, entre las pirámides que construyeron nuestros abuelos binnigula’sa’; en Dani xumbé, o Cerro de la garza, habitado todavía por juguetones changos; en los extensos campos de Tehuantepec y de San Blas Atempa; o entre los terrenos de Chicapa, azotados por los ventarrones. 

Al sentarme a descansar, miraba de repente que de entre las hojas caídas de los árboles surgía una pequeña tortuga. Decía yo: a ese paso, ¿cuántos años ha de tardar en ascender desde la llanura istmeña? ¿Cuánto tiempo ha de pasar entre su caminar de un pueblo a otro? Todas, preguntas difíciles de responder a mi tierna edad.

Una tarde, mi abuelo llegó muy contento a casa. Desunció los bueyes de la carreta y fue directamente con mi abuela. Llevaba su morral abultado del que sacó una pequeña tortuga. “Mira, mujer, lo que cayó. Prepárala en caldo”. No me sorprendía que la fuéramos a merendar, pues en nuestros pueblos es común aprovechar para sustento nuestro a los animales del campo, como iguanas, armadillos, conejos, chachalacas, entre muchos otros. Lo que hizo que yo parara la oreja fue su afirmación de que la tortuguita había caído de algún lado. ¿De dónde?, pensé yo. ¿Quién la aventó o la dejó caer?

Mi abuelo se retiró del lugar y me acerqué tímidamente a mi abuela para averiguar de dónde había traído aquel animal. “Lo trajo del monte”. “Pero ¿por qué dijo que ‘cayó’?”. Y ella con una expresión de ternura ante quien desconoce lo obvio, me explicó: “Pues porque cayó del cielo. Verás, las tortugas no son de esta tierra; son seres que viajan por entre las nubes que riegan nuestros campos. Ellas ayudan a que rompan el líquido precioso que acaba con la sequía temporal. Retozan entre las piedras que existen allá arriba y que provocan los rayos. Los truenos, que tanto nos asustan, se producen cuando dos grandes rocas chocan en lo alto. Por eso retumban tan fuerte, y por eso a la lluvia le decimos en zapoteco nisaguie (‘agua de piedra’). A veces, una tortuguita juguetona cae por descuido al monte o a los cerros, de donde los campesinos las traen para que nos sirvan de alimento.”

Entonces lo entendí todo, y supe finalmente la procedencia de las tortugas nuestras. ¡Son un regalo de la lluvia! 

Cuando Juárez usurpó atribuciones

Gubidxa Guerrero

[Texto publicado en Enfoque Diario el sábado 14/Sep/2013]

Benito Juárez es reconocido como un personaje de estricto apego a derecho. De él se dice que fue escrupuloso en el cumplimiento de las leyes. Sin embargo, ya en su momento se le hicieron duros señalamientos por la manera en que se condujo como mandatario del Estado de Oaxaca, y posteriormente del país. 

Cuando era Gobernador enfrentó, primero, la rebelión de los zapotecas istmeños comandados por José Gregorio Meléndez, quienes se alzaron en abril de 1850. Posteriormente, en agosto de 1851, se levantó en armas Máximo Ramón Ortiz.

Para, según Juárez, pacificar la región, pidió al Congreso del Estado facultades extraordinarias, con las que tomó una serie de medidas que no pasaron desapercibidas para la opinión pública nacional. Nos referimos a los Decretos que promulgó en Juchitán y en Tehuantepec en noviembre de 1851; el primero de los cuales fue duramente criticado en El Universal, uno de los diarios más importantes del país. 

Los Decretos aquí referidos se publicaron en tres periódicos de la época: El Universal, El Monitor Republicano (ambos de circulación nacional) y La Cucarda (que funcionaba como diario oficial del Gobierno del Estado de Oaxaca). También formaron parte de los Anexos de la Exposición que el Gobernador del Estado hace en cumplimiento del Artículo 83 de la Constitución al Soberano Congreso al abrir sus Primeras Sesiones Ordinarias el día 2 de Julio de 1852

Para conocer una de las reacciones que generó, compartimos, asimismo, la introducción de El Universal al primero de ellos:
“AL SENADO.- Llamamos la atención de esta Cámara sobre el siguiente Decreto expedido en Juchitán, con fecha 6 del pasado por el Gobernador de Oaxaca.
     Asombro nos causa que una de las notabilidades del partido democrático, exaltado haya dado una medida que no tiene igual en la época del absolutismo, porque el Gobernador no sólo ha usurpado las facultades del Poder Legislativo, sino también las del Judicial, pues él califica quienes son cabecillas, y les conmuta e impone una pena. 
     De esperarse es que el Senado, previa la correspondiente declaración de anticonstitucionalidad del Decreto, mande pasar el expediente a la sección del gran jurado, pues no debe quedar impune tan escandaloso acto despótico. [El Universal, lunes 1° de diciembre de 1851]. 
A continuación algunos extractos: 
“El Gobernador Constitucional del Estado a los habitantes del mismo, sabed: Que usando de las facultades que me concede el Decreto supremo de 13 de Septiembre próximo pasado, he tenido a bien decretar lo que sigue: 
     Art. 1º Se indulta a todos los individuos que hayan tomado parte en los diversos movimientos de Juchitán ocurridos desde al año de 1850 hasta la fecha, de la pena que por sus delitos contra el orden público merezcan, salvo el derecho de tercero.
     2º Se exceptúan de esta gracia los cabecillas que promovieron o acaudillaron los movimientos que menciona el artículo anterior, salvo que dentro de treinta días, contados desde la publicación de este Decreto, se presenten en persona, poniéndose lisa y llanamente a disposición del Gobierno del Estado, o a la de cualquiera de los Gobernadores de Departamento, en cuyo caso se les conmutará la pena capital a que se hayan hecho acreedores, en otra que el Gobierno tenga por conveniente. […]
     5º Los individuos que sin ser cabecillas, y que por los delitos expresados en Art. 1º de este decreto estén presos y a disposición de las autoridades judiciales del Estado, gozarán la misma gracia, sin necesidad de acudir al Gobernador del Departamento. En consecuencia, los jueces y tribunales del Estado ante quienes penden las respectivas causas, sobreseerán en ellas. […]
     8º Todo el que sin permiso expreso de la autoridad política, promueva alguna reunión popular por medio del sonido de tambores, concha o campanas, para avisos privados o de cualquier otro modo, será reputado como promovedor de motín. […]
     Y para que llegue a noticia de todos y produzca sus efectos, mando de publique y circule a quienes corresponde. Dado en Juchitán a 6 de Noviembre de 1851.―Benito Juárez.―”
Aquí un fragmento del Decreto sobre Tehuantepec:
“Art. 1° Se concede amnistía a todos los que directa o indirectamente hayan tomado parte en los sucesos ocurridos en esta Villa los días 2, 25 y 26 de agosto del presente año, salvo el derecho de tercero.
     2° Las diligencias judiciales que por cualquiera de las ocurrencias de los citados días se estén practicando se terminarán en el acto sin más trámite que un auto en que se haga referencia de este Decreto, archivándose en los juzgados o tribunales que las tenga en giro o pendientes de resolución. […]
     Dado en el Palacio del Gobierno del Estado en Tehuantepec, a 8 de Noviembre de 1851.―Benito Juárez.―”.
Espero que estos documentos nos ayuden a desmitificar a ciertos personajes que, como seres humanos, cometieron errores de menor o mayor gravedad.